Usualmente las negrillas y subrayados son nuestros.

domingo, febrero 26, 2023

Lo casual, lo causal y lo científico. Proposiciones para entender la teoría científica de Economía Política.

La Realidad Objetiva, existe, es total, pero tiene dimensiones: realidad de la naturaleza, realidad de la sociedad y realidad del espíritu que implica realidad del pensamiento. 

La realidad subjetiva es una propiedad de la realidad social e individual y de la realidad del espíritu y del pensamiento. 

La realidad subjetiva se convierte de realidad subjetiva corriente en realidad subjetiva científica cuando supera prejuicios, explicaciones casuales de los fenómenos y logra la explicaciones causales de los fenómenos, y descubre las leyes, las causas del comportamiento obligatorio de las cosas en la naturaleza, la sociedad, el espíritu y el pensamiento.

La realidad objetiva abarca la realidad subjetiva individual en el sentido de que el individuo tiene un nivel de abstracción para observar su propia realidad objetiva.

 Frases para discutir: “Cada cabeza es un mundo”. “La verdad es una y nada más que una” (JHC). “Existen tres verdades; la tuya, la mía y la correcta”. “El vaso esta medio vacío y medio lleno al mismo tiempo”.

Para ubicar la dimensión de realidad subjetiva de la Economía Política

La realidad es un todo, una totalidad concreta. 

Con el ser humano surge la realidad subjetiva, que es la realidad de la conciencia, del pensamiento y del sentimiento. 

El ser humano forma parte de la realidad objetiva, de la realidad total, de la existencia. Pero aporta un nuevo tipo de realidad a esa realidad total, objetiva, con el ser humano surge la dimensión de la realidad subjetiva.

El ser humano forma parte de la realidad objetiva, total, no esta fuera de ella.

domingo, febrero 19, 2023

División del trabajo capitalista: industrialización y producción en masa

División del trabajo capitalista: industrialización y producción en masa

La Economía de Mercado Capitalista se caracteriza fundamentalmente por el desarrollo y generalización del trabajo asalariado y de un proceso de industrialización que implica la producción en masa de mercancías.

Históricamente el proceso de industrialización capitalista se inició en Inglaterra en el Siglo XIX; ese proceso de industrialización implicó la producción en grandes cantidades y diversas calidades de bienes que se destinan al intercambio mercantil.

La producción industrial en masa, propia del sistema capitalista, tuvo características especiales, únicas, importantes en cuanto a la división del trabajo, por eso es que se habla de división capitalista del trabajo.

No es una división del trabajo a secas, no es la división del trabajo que tuvieron nuestros antecesores para organizarse, por ejemplo, para cazar un mamut; también la división capitalista del trabajo no es la división del trabajo que existió en el modo de producción esclavista en donde, por ejemplo, en Egipto, el faraón, los amos y los sacerdotes dirigían el trabajo de los esclavos asignando tierras fértiles después de las temporales inundaciones del Río Nilo; y tampoco es la división del trabajo que ocurría en la sociedad feudal o medieval en donde los siervos trabajaban una una parte del día en los campos del señor propietario y luego regresaban a su a su pequeña parcela a seguir trabajando para su propia subsistencia; parcelas ubicadas en la misma propiedad donde trabajaban para el señor feudal.

En todos los procesos de división del trabajo, anteriores al sistema capitalista, no predominaba el trabajo asalariado y las fuerzas que movían las herramientas desde la lanza del salvaje hasta el transporte de las piedras con que construyeron unas pirámides; las herramientas y los animales de carga y tiro que se usaban en los cultivos que se hacían en las haciendas esclavistas o en los campos de los señores feudales y en las ciudades y los mares era predominio de la energía motriz de la fuerza de trabajo del ser humano, esclava o servil, que proyectaba su fuerza de trabajo conduciendo directamente a los animales domesticados o canalizando la energía de los elementos naturales como el sol y el viento de los cuales dependía, para la navegación en alta mar y molinos de viento en la agricultura, por ejemplo.

En el capitalismo la cosa cambia. La industria tiene trabajadores asalariados, no esclavos ni siervos, amarrados a un amo o a un señor, se amarran a los capitalistas, pero los empresarios capitalistas no son dueños de las personas que trabajan para ellos ni pueden jurídicamente obligarlas a que residan en la fábrica o en la tierra donde trabajan. 

Los empresarios capitalistas son dueños de la mercancía que venden los trabajadores, que es la fuerza de trabajo; los trabajadores asalariados con la protección formal de las leyes, se pueden mover libremente y vender su fuerza de trabajo, como una mercancía, a quien pague mejor en un complejo y convulso mercado de trabajo. En el contexto de esta relación mercantil se desarrolla la producción industrial, se aleja cada vez más la industria de la agricultura, se generan más trabajadores asalariados que a su vez generan cantidades, calidades y diversidades de mercancías. 

Una fuerza motriz determinante, única, se incorporó en el siglo XIX en el proceso de división del trabajo capitalista: el vapor. La producción e intercambio con el vapor como fuerza motriz, movió un sistema de máquinas y sustituyó el poder físico de los trabajadores supeditando a los trabajadores al ritmo de trabajo que impuso el vapor como energía básica del sistema mecanizado. Las herramientas y las máquinas que antes dependían de la energía de los trabajadores asalariados cambió. Con el vapor como fuerza motriz fueron los trabajadores quienes dependieron de la energía física de la fuerza motriz que movía el sistema de máquinas. La dependencia se invirtió, a partir de ese momento histórico el ser humano dependió de la máquina y la máquina y la herramienta independizó su fuerza de la fuerza del ser humano. Y no solamente fué una máquina, sino que fue un sistema de máquinas, se trató de máquinas enlazadas con otras máquinas concurrentes en la producción y el intercambio.

sábado, febrero 18, 2023

Dos premisas de una Economía de Mercado Capitalista.

 Dos premisas de una Economía de Mercado Capitalista.

Toda Economía Capitalista es una Economía de Mercado pero no toda Economía de Mercado es una Economía Capitalista. 

1. La Economía Capitalista surge cuando surge de manera generalizada el Mercado de Tierra y el Mercado de Fuerza de Trabajo. 

Estos dos tipos de Mercado si bien existían en sistemas económicos anteriores al sistema capitalista, no estaban generalizados. En el sistema esclavista no era usual la compra venta de tierra y de mano de obra, predominaba la hacienda esclavista con el trabajo esclavo; en el sistema feudal, predominaba el feudo en la propiedad de la tierra y el trabajo servil. En el sistema capitalista lo usual, lo predominante es la compra venta de tierra y de trabajo asalariado.

2. En el sistema capitalista predomina la producción masiva de mercancías.

El capitalismo se distingue de sistemas económicos anteriores por el hecho de que desarrolla la industria como una forma fundamental de generar bienes que son mercancías. En los sistemas económicos esclavista y feudal no predominaba la producción de mercancías sino la producción autárquica, auto suficiente. Los bienes en la hacienda esclavista y en el feudo no se destinaban predominantemente a la venta, se utilizaban principalmente en el auto sostenimiento de la producción en la hacienda esclavista y en el feudo. Los bienes que se destinan a la compra y a la venta se llaman mercancías; los bienes que no se compran y no se venden no son mercancías son simplemente bienes, un valor de uso, algo que se utiliza.