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Resumen breve, prácticamente completo de la obra de Ricardo, Principios de Economía Política...Se reproduce con finalidad educativa y para efectos de destacar lo que parece importante para el autor de este blog, se destacan en negrillas subrayadas las palabras.
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PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA Y TRIBUTACIÓN, DAVID RICARDO
On the principles of political economy and taxation (1817) es el libro más conocido del economista inglés David Ricardo (1772 – 1823). A parte de su vocación de escritor, sobre todo en el campo de la economía, también se le conoce por haber sido parlamentario hasta su muerte, un gran hombre de negocios y extraordinario especulador, consiguió amasar una gran fortuna. Ricardo tomó como punto de partida la obra y las teorías de Adam Smith, aunque durante el transcurso de la obra también menciona y reflexiona sobre diferentes ideas de autores como Robert Malthus, Jean-BCritica la teoría de Adam Smith, de que un alza en los salarios provoca un alza en el precio de todas las mercancías, declarando que esta carece de fundamento.aptiste Say, Buchanan… Si se desea profundizar en el pensamiento de Ricardo se debe de leer la correspondencia mantenida con James Mill y Malthus, en ella se expone bastante de su ideario. Según John Reeder la obra presenta un enfoque analítico abstracto, con coherencia lógica interna y un gran poder explicativo.
CAPÍTULO 1: Sobre el valor.
«La utilidad no es la medida del valor de cambio, aunque resulte esencial para el mismo. Si un artículo no es útil para nada -en otras palabras, si es incapaz en modo alguno de contribuir a nuestra satisfacción-, carecería de valor de cambio por más escaso que fuera y cualquiera que fuese la cantidad de trabajo necesaria para conseguirlo». Cuando un bien posee utilidad, las mercancías derivan su valor de cambio de dos fuentes: escasez (pocas mercancías la cumplen, ej: vinos peculiares) y la cantidad de trabajo que su obtención requiere.
La cantidad relativa de mercancías que el trabajo produce es lo que determina su valor relativo, y no las cantidades relativas de bienes que se entregan al trabajador a cambio de su faena. «La causa de la variación entre el cereal y las otras cosas es la menor cantidad de trabajo necesaria para producirlo, y entonces, razonando con buen juicio, estoy obligado a calificar la variación del cereal y del trabajo como una caída en su valor, y no como una subida en el valor de las cosas con las que se los compara».
«El valor de cambio de las mercancías producidas estará en proporción al trabajo invertido en su producción».
Ninguna variación en los salarios pueden producir cambios en el valor relativo de las mercancías, aunque los salarios aumenten no se requerirá una cantidad mayor de trabajo en ninguna de las actividades. Por lo que al aumentar los salarios, los bienes y el oro también aumentarán de valor, de este modo el valor relativo de los bienes y el oro no se modificaría.
Pero si en una mercancía, como la pesca, se produjera más cantidad con el mismo trabajo y capital con el que se produce la caza y el oro, el valor relativo de la pesca disminuiría en comparación con la caza y el oro. Del mismo modo a la inversa, si se produjera menos cantidad de pesca, el valor relativo de esta aumentaría en comparación con la caza y el oro.
El capital se puede clasificar en dos tipos:
Capital circulante: se consume rápidamente y debe ser repuesto con frecuencia (salarios, bienes consumibles…). Este tipo de capital tiene un plazo de circulación o de retorno al poseedor muy desigual.
Capital fijo: es más duradero debido a un desgaste más lento (edificios, maquinaria…).
Debido a las diferentes duraciones de los dos tipos de capitales, es decir, a causa del tiempo que transcurre hasta que los bienes están preparados para ser vendidos, éstos no se pueden valorar en proporción a la cantidad de trabajo empleada en ellos. Ya que si acumulamos unos cuantos años, las personas que hayan usado máquinas (capital fijo) para su producción obtendrán más valor por sus bienes que la persona que ha trabajado manualmente (capital circulante).
«No puede haber subida de los salarios sin una disminución de los beneficios».Critica la teoría de Adam Smith, de que un alza en los salarios provoca un alza en el precio de todas las mercancías, declarando que esta carece de fundamento.
Si la mercancía que se ha obtenido se debe repartir entre el trabajador y el patrón, cuanto más aumente la parte del trabajador, menor debe ser la del patrón.
Dependiendo de como se reparta el capital en la producción de bienes, una disminución o aumento en los salarios, sin variación alguna en la cantidad de trabajo, tiene efectos diferentes. «Todas las mercancías que se producen con máquinas o edificios muy costosos, o que necesitan que transcurra mucho tiempo antes de estar dispuestas para ser vendidas, bajarían en valor relativo, mientras que subirían todas aquellas que son producidas principalmente por el trabajo directo o están rápidamente en disposición de ser lanzadas al mercado».
Por lo que un alza en los salarios provocará una disminución en el valor y precio de cambio de los bienes en los que se destine mayor capital fijo, y cuanto mayor sea este valor, mayor será el descenso.
Critica la teoría de Adam Smith, de que un alza en los salarios provoca un alza en el precio de todas las mercancías, declarando que esta carece de fundamento.
CAPÍTULO 2: Sobre la renta.
«Renta es aquella parte del producto de la tierra que se paga al propietario por el uso de las fuerzas originales e indestructibles del suelo».
David Ricardo nos enuncia que se paga una renta debido a que la tierra es limitada en cantidad y de diferente calidad (fertilidad).
Como las tierras son de diferente calidad se clasifican siguiendo un orden de fertilidad. Se comienza en un primer orden donde solo se cultivan las tierras más fértiles. Cuando aumenta la población, se comienza a usar las tierras de segundo orden, que evidentemente son menos fértiles que las primeras. De modo que las primeras pasan a pagar una renta. El importe de la renta dependerá de la calidad entre esas dos tierras. Pero si continua aumentando la población y es necesario cultivar las tierras de tercer orden, las tierras de primer orden pagaran la renta más alta, la de segundo orden una renta menor que la primera y las de tercer orden estarán exentas.
«Las tierras más fértiles y mejor situadas serán las primeras que se cultiven, y el valor de cambio de su producto se formará de la misma manera que el valor de cambio de las otras mercancías, o sea, por la cantidad total de trabajo que en varias formas es necesaria para producirlo desde el comienzo hasta que esté dispuesto para ser vendido. Cuando la tierra de inferior calidad se abra al cultivo, el valor de cambio del producto nuevo subirá, porque se requiere más trabajo para obtenerlo». Debido a los rendimientos decrecientes que ofrecen las tierras de segundo orden, estás deben emplear más capital y trabajo para conseguir las misma producción que las tierras de primer orden.
«La razón por la cual el nuevo producto sube de valor relativo estriba en que se emplea más trabajo en la producción de la última porción obtenida, y no en que se paga un renta al propietario».
«La elevación de la renta es siempre el efecto del aumento de riqueza en un país y de la dificultad de suministrar alimentos a su crecida población. … La renta aumenta rápidamente cuando se reduce el poder productivo de la tierra disponible».
La teoría de David Ricardo sobre la renta, difiere de la de Smith, ya que piensa que la renta no es una parte de componente del precio de los bienes. En cambio Smith, expone que el valor de cambio de las mercancías puede ser modificado por la apropiación de tierra y el pago de la renta.
Las mejoras en la agricultura pueden ser de dos tipos:
Primera, que aumenten el poder productivo de la tierra (abonos, barbecho…). Estas mejoras obtienen la misma cantidad de bienes con una menor cantidad de tierra.
Segunda, que gracias a mejores maquinarias, se puedan obtener bienes con menos trabajo (arado, máquina trilladora…).
«Ambas conducen a una disminución en el precio del producto, ambas afectan a la renta, pero no la afectan por igual».
CAPÍTULO 3: Sobre las rentas de las minas.
Según Ricardo los metales como cualquier otro tipo de bien se obtienen mediante el trabajo. Si existiera abundancia de minas y todas tuvieran idéntica fertilidad no producirían renta alguna. El valor de los metales es el trabajo que cuesta extraerlo más su transporte al mercado. Este valor está sujeto a cambios: adaptación de maquinaría para la extracción, descubrimiento de nuevas minas, facilidades para transportarlos al mercado…
Pero hay minas de diversa calidad, por lo que con el mismo trabajo se obtienen diferentes cantidades de producto. Las minas de inferior orden, que no pagarán renta, regularán las rentas de órdenes superiores. Para Ricardo las rentas de las minas se regulan de igual manera que las rentas de la tierra.
CAPÍTULO 4: Sobre el precio natural y el precio de mercado.
El capital en una economía se asignará con la mayor exactitud posible en la abundancia requerida a la producción de las diferentes mercancías para las que existe una demanda. Las personas buscan rentabilizar sus inversiones, por lo que desplazarán su capital si produciendo otros productos pueden obtener mayores beneficios.En ocasiones el capitalista puede renunciar a una parte del beneficio para conseguir seguridad, sencillez, tranquilidad… en sus inversiones.
Como el capitalista busca desplazar su capital a las actividades más rentables, esto impide que el precio de mercado se mantenga durante un periodo de tiempo apreciable por encima o por debajo de su precio natural. De esta manera la competencia es la que ajusta el valor de cambio de los bienes. Después de pagar todos los gastos para la producción el sobrante es el valor del capital invertido.
«Al hablar, pues, del valor de cambio de los bienes, o del poder de compra de cualquier mercancía en particular, siempre aludo al poder que poseería si no fuera perturbada por ninguna causa temporal o accidental, es decir, a su precio natural».
CAPÍTULO 5: Sobre los salarios.
La mano de obra, como cualquier mercancía, tiene su precio natural y su precio de mercado.
El precio natural es el precio necesario para que los trabajadores subsistan y mantengan su raza, es decir, puedan alimentarse, comodidades… y mantener a su familia. El precio natural del trabajo depende del precio de los alimentos, comodidades…«La tendencia del precio natural del trabajo siempre es a aumentar con el progreso de la sociedad, porque uno de los bienes principales que determinan su precio tiende a encarecerse debido a la creciente dificultad de su producción».
El precio de mercado es el precio al que se les remunera, se establece mediante el juego de la oferta y la demanda. Cuando el precio de mercado supera al natural, el trabajador obtiene mayores ingresos en comparación con sus gastos, su condición es próspera. En cambio, cuando el precio de mercado es inferior al natural, el trabajador no puede adquirir todos los bienes necesarios para su subsistencia, por lo que su condición es mísera.
Independientemente del valor del dinero, ya que Ricardo lo considera uniforme del mismo valor para explicar su teoría, los salarios pueden verse afectados por: la ley de la oferta y la demanda, y el precio de los bienes en los que se gastan los salarios.
«Se ha estimado que en circunstancias favorables la población puede duplicarse cada veinticinco años; pero bajo las mismas circunstancias favorables posiblemente el capital total de un país se duplique en un lapso más breve. En tal caso, los salarios durante toda la etapa registrarán una tendencia al alza, porque la demanda de trabajo aumentará más que la oferta».
En esta cita podemos observar la influencia de T. R. Malthus en su pensamiento. Basada en una de las teorías, conocida como la ley de Malthus, que se explican en el libro -Ensayo sobre el Principio de la Población- de dicho autor.
«Parece, entonces, que la misma causa que eleva la renta, a saber, la creciente dificultad de suministrar una cantidad adicional de alimento con la misma cantidad proporcional de trabajo, también eleva los salarios; y así, si el dinero es de valor invariante, tanto la renta como los salarios tienden a subir con el progreso de la riqueza y la población».
El incremento en los salarios es debido al aumento de la riqueza y el capital, que da lugar a una transformación de la demanda de trabajo y por lo tanto aumentará las mercancías producidas.
Cuando un bien es demandado en exceso que antes, su valor relativo se verá incrementado respecto a los bienes con los que es adquirido.
Pero para Ricardo, afirmar que las mercancías suben de precio debido a un aumento en los salarios es incurrir en una grave contradicción. «Decimos primero que el oro aumenta su valor relativo como consecuencia de la demanda, y después que baja su valor relativo porque suben los precios, dos efectos totalmente incompatibles entre sí».
Con las siguientes citas en el presente capítulo se percibe su pensamiento más liberal: «Tales son, pues, las leyes que regulan los salarios y que gobiernan la felicidad de la amplia mayoría de cualquier comunidad. Como todos los demás contratos, los salarios deben ser dejados a la leal y libre competencia del mercado, y nunca deben ser sometidos a la intervención del legislador».
«Al contraer gradualmente el ámbito de las leyes de pobres (Poor Laws: fue un sistema de ayudas a los pobres establecido en Inglaterra en el medievo s.V al s.XV), al hacer hincapié ante los pobres en el valor de la independencia, enseñándoles que no deben contar para ganarse la vida con la caridad sistemática o eventual sino con sus propios esfuerzos, y que la prudencia y la previsión no son virtudes innecesarias ni inconvenientes, nos acercaremos poco a poco a un estado más sólido y sano».
CAPÍTULO 6: Sobre los beneficios.
En este capítulo, Ricardo aborda las causas de las variaciones en la tasa de beneficios.
Si lo salarios no varían, lo beneficios tampoco lo harán. Pero si los salarios aumentan, a causa de un aumento del precio de un bien (como el cereal), entonces los beneficios descenderán y viceversa.
«Los beneficios agrícolas, como los industriales, descenderán cuando suba el precio de las materias primas, si esta subida va acompañada de un alza de salarios». En un pie de página de esta cita, Ricardo comenta que no se tiene en consideración años buenos o malos, cambios en la demanda… se habla del precio natural y permanente del cereal, no del precio accidental y fluctuante.
No es necesario que los salarios monetarios aumenten cuando lo haga el precio de los bienes, ya que el trabajador puede vivir con menos disfrutes.
Una caída en la tasa general de beneficios no es incompatible con el aumento de los beneficios en otras actividades. «El capital se desplaza de una inversión a otra a través de la desigualdad en los beneficios».
La gravitación de los beneficios: «La tendencia natural de los beneficios, entonces, es a la baja, porque con el progreso de la sociedad y la riqueza, la cantidad adicional de alimentos requerida se obtiene con el sacrificio de más y más trabajo». Pero esta teoría puede verse contrarrestada, mediante los adelantos que produce la maquinaria y diferentes técnicas de cultivo que nos permiten reemplazar de una parte del trabajo necesaria, y reducir así el precio de las subsistencias.
Los aumentos en los salarios y en los precios de los bienes tienen sus límites. Ya que cuando estos igualen los ingresos del agricultor, no habrá ningún capital que produzca un beneficio, no se demandará trabajo y la población habrá llegado a su nivel máximo. «El agricultor y el industrial no pueden vivir sin beneficios, igual que el trabajador no puede hacerlo sin salarios».
CAPÍTULO 7: Sobre el comercio exterior.
«El comercio exterior no produce nunca como efecto inmediato un aumento en la totalidad de los valores de un país, aunque puede contribuir muy poderosamente a aumentar la masa de bienes y, por ende, la suma de satisfacciones».
Si un país aumenta la compra de bienes extranjeros, disminuirá la compra de bienes nacionales. Por lo que retirará capital de la producción de los bienes nacionales para aumentar el capital en los bienes con los que se adquieren las mercancías en el extranjero. Por lo que la suma de de mercancías nacionales e importadas, el total, en lo que se refiere al valor, está limitado por el producto y capital del país.
Teoría del comercio de Ricardo.
«Cada país produce aquellas mercancías para las que está especialmente capacitado por su situación, clima u otras ventajas naturales o artificiales, mercancías que cambia por las producidas en otros países».
Si gracias al comercio, los alimentos y otros artículos necesarios para el trabajador consiguen tener un precio reducido, aumentarán los beneficios. «Si en vez de cultivar nuestro propio cereal o de fabricar los tejidos y otras cosas que son necesarias para el trabajador descubrimos un nuevo mercado en el que podamos proveernos de esas mercancías a precios más baratos, los salarios descenderán y los beneficios aumentarán». Pero si estas mercancías a precios más bajos, gracias al comercio, solo son consumidas por los ricos, los beneficios no se verán afectados.
«En un sistema de intercambio perfectamente libre, cada país decidirá lógicamente su capital y trabajo a aquellas producciones que son las más beneficiosas para él. Pero este propósito de perseguir la ventaja individual está admirablemente unido a la conveniencia general del conjunto. Estimulando la industria, premiando la invención y utilizando del modo más eficaz las facultades especiales concedidas por la naturaleza, se distribuye el trabajo con la mayor eficiencia y economía; y aumentando al mismo tiempo la cantidad total de bienes, difunde un bienestar general y liga con el vínculo común del interés y el intercambio a todos los pueblos del mundo civilizado».
Para Ricardo, el tipo de cambio se determinará estimando el valor del dinero en un país en términos del dinero de otro país, y nunca al valor del dinero estimado en bienes (cereales, paños…) en cualquier país.
«El comercio es beneficioso por aumentar la cantidad y no el valor de la producción».
CAPÍTULO 8: Sobre los impuestos.
«Los impuestos son una parte del producto de la tierra y el trabajo de un país que se pone a disposición del Estado y cuyo importe siempre se paga en última instancia con el capital o el ingreso del país».
Los impuestos tienden a recortar la capacidad para acumular capital, por lo que sin impuestos la expansión del capital habría sido mucho mayor. Los impuestos deben recaer sobre el capital, reducen la dimensión de la actividad productiva del país; o los ingresos, fuerzan al contribuyente a realizar un recorte en el consumo de sus gastos improductivos.
Los impuestos sobre la transmisión de propiedad impiden que el capital sea distribuido de la forma más rentable para el conjunto de la sociedad. Este tipo de impuesto dificulta las futuras inversiones.
CAPÍTULO 9: Impuestos sobre los productos del suelo.
«Cualquier gravamen que se imponga sobre el cultivador, sea en la forma de impuesto sobre la tierra, diezmos o un impuesto sobre el producto una vez obtenido, elevará el coste de producción y aumentará por tanto el precio del producto del suelo».
Un aumento en el precio de la mercancía es la única forma que tiene el productor de poder repercutir el impuesto y mantener sus beneficios inalterados. Ya que si no aumenta el precio de la mercancía, llegaría un momento en el que el productor dejaría la producción al no obtener beneficios por su capital.
Debido a este incremento del precio de la mercancía, aunque deba pagarlo el agricultor, este lo repercutirá sobre el consumidor aumentando el precio del producto.
Otro efecto derivado del impuesto sobre el suelo es que aumentarán los salarios, de modo que los beneficios caerán.
«Cabe por ello objetar contra este impuesto:
El precio de mercado es el precio al que se les remunera, se establece mediante el juego de la oferta y la demanda. Cuando el precio de mercado supera al natural, el trabajador obtiene mayores ingresos en comparación con sus gastos, su condición es próspera. En cambio, cuando el precio de mercado es inferior al natural, el trabajador no puede adquirir todos los bienes necesarios para su subsistencia, por lo que su condición es mísera.
Independientemente del valor del dinero, ya que Ricardo lo considera uniforme del mismo valor para explicar su teoría, los salarios pueden verse afectados por: la ley de la oferta y la demanda, y el precio de los bienes en los que se gastan los salarios.
«Se ha estimado que en circunstancias favorables la población puede duplicarse cada veinticinco años; pero bajo las mismas circunstancias favorables posiblemente el capital total de un país se duplique en un lapso más breve. En tal caso, los salarios durante toda la etapa registrarán una tendencia al alza, porque la demanda de trabajo aumentará más que la oferta».
En esta cita podemos observar la influencia de T. R. Malthus en su pensamiento. Basada en una de las teorías, conocida como la ley de Malthus, que se explican en el libro -Ensayo sobre el Principio de la Población- de dicho autor.
«Parece, entonces, que la misma causa que eleva la renta, a saber, la creciente dificultad de suministrar una cantidad adicional de alimento con la misma cantidad proporcional de trabajo, también eleva los salarios; y así, si el dinero es de valor invariante, tanto la renta como los salarios tienden a subir con el progreso de la riqueza y la población».
El incremento en los salarios es debido al aumento de la riqueza y el capital, que da lugar a una transformación de la demanda de trabajo y por lo tanto aumentará las mercancías producidas.
Cuando un bien es demandado en exceso que antes, su valor relativo se verá incrementado respecto a los bienes con los que es adquirido.
Pero para Ricardo, afirmar que las mercancías suben de precio debido a un aumento en los salarios es incurrir en una grave contradicción. «Decimos primero que el oro aumenta su valor relativo como consecuencia de la demanda, y después que baja su valor relativo porque suben los precios, dos efectos totalmente incompatibles entre sí».
Con las siguientes citas en el presente capítulo se percibe su pensamiento más liberal: «Tales son, pues, las leyes que regulan los salarios y que gobiernan la felicidad de la amplia mayoría de cualquier comunidad. Como todos los demás contratos, los salarios deben ser dejados a la leal y libre competencia del mercado, y nunca deben ser sometidos a la intervención del legislador».
«Al contraer gradualmente el ámbito de las leyes de pobres (Poor Laws: fue un sistema de ayudas a los pobres establecido en Inglaterra en el medievo s.V al s.XV), al hacer hincapié ante los pobres en el valor de la independencia, enseñándoles que no deben contar para ganarse la vida con la caridad sistemática o eventual sino con sus propios esfuerzos, y que la prudencia y la previsión no son virtudes innecesarias ni inconvenientes, nos acercaremos poco a poco a un estado más sólido y sano».
CAPÍTULO 6: Sobre los beneficios.
En este capítulo, Ricardo aborda las causas de las variaciones en la tasa de beneficios.
Si lo salarios no varían, lo beneficios tampoco lo harán. Pero si los salarios aumentan, a causa de un aumento del precio de un bien (como el cereal), entonces los beneficios descenderán y viceversa.
«Los beneficios agrícolas, como los industriales, descenderán cuando suba el precio de las materias primas, si esta subida va acompañada de un alza de salarios». En un pie de página de esta cita, Ricardo comenta que no se tiene en consideración años buenos o malos, cambios en la demanda… se habla del precio natural y permanente del cereal, no del precio accidental y fluctuante.
No es necesario que los salarios monetarios aumenten cuando lo haga el precio de los bienes, ya que el trabajador puede vivir con menos disfrutes.
Una caída en la tasa general de beneficios no es incompatible con el aumento de los beneficios en otras actividades. «El capital se desplaza de una inversión a otra a través de la desigualdad en los beneficios».
La gravitación de los beneficios: «La tendencia natural de los beneficios, entonces, es a la baja, porque con el progreso de la sociedad y la riqueza, la cantidad adicional de alimentos requerida se obtiene con el sacrificio de más y más trabajo». Pero esta teoría puede verse contrarrestada, mediante los adelantos que produce la maquinaria y diferentes técnicas de cultivo que nos permiten reemplazar de una parte del trabajo necesaria, y reducir así el precio de las subsistencias.
Los aumentos en los salarios y en los precios de los bienes tienen sus límites. Ya que cuando estos igualen los ingresos del agricultor, no habrá ningún capital que produzca un beneficio, no se demandará trabajo y la población habrá llegado a su nivel máximo. «El agricultor y el industrial no pueden vivir sin beneficios, igual que el trabajador no puede hacerlo sin salarios».
CAPÍTULO 7: Sobre el comercio exterior.
«El comercio exterior no produce nunca como efecto inmediato un aumento en la totalidad de los valores de un país, aunque puede contribuir muy poderosamente a aumentar la masa de bienes y, por ende, la suma de satisfacciones».
Si un país aumenta la compra de bienes extranjeros, disminuirá la compra de bienes nacionales. Por lo que retirará capital de la producción de los bienes nacionales para aumentar el capital en los bienes con los que se adquieren las mercancías en el extranjero. Por lo que la suma de de mercancías nacionales e importadas, el total, en lo que se refiere al valor, está limitado por el producto y capital del país.
Teoría del comercio de Ricardo.
«Cada país produce aquellas mercancías para las que está especialmente capacitado por su situación, clima u otras ventajas naturales o artificiales, mercancías que cambia por las producidas en otros países».
Si gracias al comercio, los alimentos y otros artículos necesarios para el trabajador consiguen tener un precio reducido, aumentarán los beneficios. «Si en vez de cultivar nuestro propio cereal o de fabricar los tejidos y otras cosas que son necesarias para el trabajador descubrimos un nuevo mercado en el que podamos proveernos de esas mercancías a precios más baratos, los salarios descenderán y los beneficios aumentarán». Pero si estas mercancías a precios más bajos, gracias al comercio, solo son consumidas por los ricos, los beneficios no se verán afectados.
«En un sistema de intercambio perfectamente libre, cada país decidirá lógicamente su capital y trabajo a aquellas producciones que son las más beneficiosas para él. Pero este propósito de perseguir la ventaja individual está admirablemente unido a la conveniencia general del conjunto. Estimulando la industria, premiando la invención y utilizando del modo más eficaz las facultades especiales concedidas por la naturaleza, se distribuye el trabajo con la mayor eficiencia y economía; y aumentando al mismo tiempo la cantidad total de bienes, difunde un bienestar general y liga con el vínculo común del interés y el intercambio a todos los pueblos del mundo civilizado».
Para Ricardo, el tipo de cambio se determinará estimando el valor del dinero en un país en términos del dinero de otro país, y nunca al valor del dinero estimado en bienes (cereales, paños…) en cualquier país.
«El comercio es beneficioso por aumentar la cantidad y no el valor de la producción».
CAPÍTULO 8: Sobre los impuestos.
«Los impuestos son una parte del producto de la tierra y el trabajo de un país que se pone a disposición del Estado y cuyo importe siempre se paga en última instancia con el capital o el ingreso del país».
Los impuestos tienden a recortar la capacidad para acumular capital, por lo que sin impuestos la expansión del capital habría sido mucho mayor. Los impuestos deben recaer sobre el capital, reducen la dimensión de la actividad productiva del país; o los ingresos, fuerzan al contribuyente a realizar un recorte en el consumo de sus gastos improductivos.
Los impuestos sobre la transmisión de propiedad impiden que el capital sea distribuido de la forma más rentable para el conjunto de la sociedad. Este tipo de impuesto dificulta las futuras inversiones.
CAPÍTULO 9: Impuestos sobre los productos del suelo.
«Cualquier gravamen que se imponga sobre el cultivador, sea en la forma de impuesto sobre la tierra, diezmos o un impuesto sobre el producto una vez obtenido, elevará el coste de producción y aumentará por tanto el precio del producto del suelo».
Un aumento en el precio de la mercancía es la única forma que tiene el productor de poder repercutir el impuesto y mantener sus beneficios inalterados. Ya que si no aumenta el precio de la mercancía, llegaría un momento en el que el productor dejaría la producción al no obtener beneficios por su capital.
Debido a este incremento del precio de la mercancía, aunque deba pagarlo el agricultor, este lo repercutirá sobre el consumidor aumentando el precio del producto.
Otro efecto derivado del impuesto sobre el suelo es que aumentarán los salarios, de modo que los beneficios caerán.
«Cabe por ello objetar contra este impuesto:
1. Que como sube los salarios y baja los beneficios, es un impuesto no equitativo. … Se deja exento al terrateniente, el tenedor de acciones y otros que gozan de ingresos fijos.
2. Que medirá un intervalo considerable entre la subida en el precio del cereal y la subida de los salarios, durante el cual el trabajador padecería una acusada miseria.
3. Que subir los salarios y bajar los beneficios desalienta la acumulación y opera de modo análogo a la pobreza natural del suelo.
4. … no podríamos competir con los fabricantes extranjeros en pie de igualdad en el mercado mundial».
Para Ricardo, los impuestos sobre la producción o sobre los beneficios del capital son prácticamente ineludibles por la comunidad, ostentan está ventaja sobre otros impuestos.
Este tipo de impuesto, aunque aumenta el precio de los bienes, afectaría durante un tiempo limitado la exportación de la mercancía nacional, pero no llegaría a impedir el comercio exterior y no nos dejaría en desventaja en los mercados internacionales.
CAPÍTULO 10: Impuestos sobre la renta.
«Un impuesto sobre la renta afecta exclusivamente a la renta; incide totalmente sobre los terratenientes y no puede ser trasladado a ninguna clase de consumidores».
Un impuesto sobre la renta tiene el inconveniente de que desimana el cultivo de las tierras por parte del terrateniente. Ya que es un impuesto que recae sobre los beneficios que obtiene el terrateniente.
CAPÍTULO 11: Diezmos.
«Los diezmos son un impuesto sobre el producto bruto de la tierra y, al igual que los gravámenes sobre la producción del suelo, recaen totalmente sobre el consumidor».
Para Ricardo, es un impuesto equitativo. Las tierras pagan el impuesto en proporción a la cantidad de producto obtenido de ellas.
El problema de este impuesto es que no es permanente ni fijo, debido a que su valor se altera en proporción a la variación de la dificultad de producir los bienes de la tierra.
Gracias a este impuesto la iglesia obtiene una parte del producto neto de la tierra y el trabajo del país. Concretamente, son la décima parte del producto bruto de la tierra (10%).
«Los diezmos, además, pueden ser considerados perjudiciales para los terratenientes, en la medida en que actúan como una prima a la importación, al gravar el cultivo del cereal nacional sin que se imponga traba alguna a la importación del cereal extranjero».
CAPÍTULO 12: Impuesto sobre la tierra.
«Pero si un gravamen sobre la tierra se impone sobre toda la tierra cultivada, por moderado que dicho tributo pueda ser, será un impuesto sobre el producto, y elevará por consiguiente su precio».
Para Ricardo este impuesto será muy poco equitativo y se contrapondría con los cuatro cánones a los que deben ajustarse los impuestos de Adam Smith.
Pero un impuesto igualitario sobre la tierra sería, para Ricardo, aquel que grava indiscriminadamente y sin tener en cuenta la calidad de la tierra, elevando el precio del cereal en proporción al impuesto pagado por el cultivador de la tierra peor.
La taille en Francia fue un impuesto sobre la tierra muy desigualitario, este impuesto no gravaba a la nobleza por lo que estos no pagaban impuesto sobre la tierra, el precio de los bienes subía y concretamente a ellos, al no pagar el impuesto, aumentaba su renta en la cantidad del impuesto.
El agricultor calcula cual será el montante del impuesto el próximo año para intentar repercutírselo al terrateniente en la negociación de la renta. Para Ricardo, en la mayoría de ocasiones, no podrá repercutirselo al terrateniente por lo que tendrá que aumentar el precio del producto.
«Si la tierra no estuviese gravada y se hubiese recaudado la misma suma por otros medios, la agricultura habría prosperado al menos tanto como lo ha hecho, porque es imposible que ningún impuesto sobre la tierra sea un estímulo para la agricultura; un gravamen moderado puede no obstaculizar marcadamente la producción, y es probable que no lo haga, pero no puede incentivarla».
CAPÍTULO 13: Impuestos sobre el oro.
Si un rey de Europa, siguiendo el ejemplo de Ricardo, el rey de España, fuera el único poseedor de las minas y solo se utilizara el oro como dinero, si le aplicara un impuesto a este, elevaría su valor natural, y como su valor de mercado viene regulado por su valor natural en Hispanoamérica, se deberían de dar más bienes en Europa por una misma cantidad de oro antes.
En cambio, si el rey de España, no fuera el único poseedor de estas minas, su poder de imposición se suavizaría debido a la limitación de la demanda y el consumo en Europa, como consecuencia de la sustitución del papel moneda.
Los impuestos sobre el oro pueden ser de dos tipos, ambos tienden a reducir la cantidad y a aumentar el valor del oro, por lo que estos impuestos recaen durante un tiempo sobre los tenedores de oro y sobre los propietarios de las minas:
Primero, sobre la cantidad efectiva de oro en circulación.
Segundo, sobre la cantidad anual que producen las minas.
CAPÍTULO 14: Impuestos sobre las casas.
«Los impuestos sobre las casas … , aunque gravan al ocupante, incidirán con frecuencia sobre el propietario, debido al descenso de la renta».
Este impuesto será pagado por el ocupante de forma inmediata o en última instancia.
CAPÍTULO 15: Impuesto sobre los beneficios.
«Un impuesto parcial sobre los beneficios eleva el precio de la mercancía sobre la que recae».
En un país sin impuestos, los cambios en el valor del dinero derivada de la escasez o la abundancia donde afectará en igual proporción a los precios de todos los bienes. Pero en un país donde los precios aumentan debido a los impuestos, la abundancia de dinero o su escasez, no influirá en la misma proporción sobre los precios de todos los bienes.
CAPÍTULO 16: Impuestos sobre los salarios.
«Los impuestos sobre los salarios harán que éstos se eleven y, por consiguiente, disminuirán la tasa de beneficios del capital».
Normalmente cuando se gravan los salarios estos aumentan, porque si no lo hiciera no podría mantenerse la población.
«Generalmente, pues, los impuestos, en la medida en que merman el capital real del país, disminuyen la demanda de trabajo y, por consiguiente, se produce como consecuencia no necesaria pero sí probable del impuesto sobre los salarios que aunque éstos puedan subir, no lo hagan en una suma equivalente al impuesto».
Nos explica que cualquier impuesto que eleve los salarios será pagado con una disminución de los beneficios y no recae sobre el terrateniente, por lo que un impuestos sobre los salarios es en realidad un impuesto sobre los beneficios. Ya que el fabricante no podrá aumentar el precio de los bienes, deberá pagar él íntegramente el impuesto.
Ricardo cita a Say de la siguiente manera: «El mejor de todos los planes hacendísticos consiste en gastar poco, y el mejor de todos los impuestos es aquel cuyo monto es menor».
Normalmente, y según la experiencia del autor, todos los días que se provoca un aumento en la cantidad nominal del impuesto a menudo disminuye la recaudación.
«Todo individuo tiene su propia escala de valores de acuerdo con la cual ordena sus preferencias, pero esa escala de valores es tan variada como los caracteres humanos».
Si los impuestos estan continuamente aumentando, los precios se elevan, llegará un punto donde el hombre ya no desee comprar el bien debido a su alto precio, ese bien no se ajusta a sus preferencias, por lo que buscará un sustitutivo o ya no lo consumirá.
CAPÍTULO 17: Impuestos sobre otros artículos distintos de los productos del suelo.
«La imposición sobre todos los bienes, tanto si se trata de artículos de lujo como si se trata de artículos de primera necesidad, elevará sus precios en una suma igual al impuesto mientras no se altere el valor del dinero».
Hay que tener cuidado ya que cuando se recaudan los impuestos, estás sacando ese montante de dinero del capital productivo de la nación.
En muchas ocasiones hay personas que pueden intentar eludir el impuesto, bien engañando o buscándose la residencia en otro país con mejor fiscalidad.
CAPÍTULO 18: Impuestos para la asistencia de los pobres.
Este tipo de impuestos recae sobre el consumidor, bienes, los beneficios del capital y la renta de la tierra. Al afectar al agricultor y al industrial, también afectará al precio de los productos del suelo, manufacturas y a los beneficios del capital. Por lo que saber donde recae el impuesto es bastante complicado.
CAPÍTULO 19: Sobre los cambios repentinos en los canales comerciales.
«Una gran nación está especialmente expuesta a reveses y contingencias temporales producidas por el traslado de capital de una actividad a otra».
La demanda de productos agrícolas es uniforme, en cambio, la demanda de las manufacturas dependen, no solo de las necesidades, sino tambien de los gustos y caprichos de los compradores.
2. Que medirá un intervalo considerable entre la subida en el precio del cereal y la subida de los salarios, durante el cual el trabajador padecería una acusada miseria.
3. Que subir los salarios y bajar los beneficios desalienta la acumulación y opera de modo análogo a la pobreza natural del suelo.
4. … no podríamos competir con los fabricantes extranjeros en pie de igualdad en el mercado mundial».
Para Ricardo, los impuestos sobre la producción o sobre los beneficios del capital son prácticamente ineludibles por la comunidad, ostentan está ventaja sobre otros impuestos.
Este tipo de impuesto, aunque aumenta el precio de los bienes, afectaría durante un tiempo limitado la exportación de la mercancía nacional, pero no llegaría a impedir el comercio exterior y no nos dejaría en desventaja en los mercados internacionales.
CAPÍTULO 10: Impuestos sobre la renta.
«Un impuesto sobre la renta afecta exclusivamente a la renta; incide totalmente sobre los terratenientes y no puede ser trasladado a ninguna clase de consumidores».
Un impuesto sobre la renta tiene el inconveniente de que desimana el cultivo de las tierras por parte del terrateniente. Ya que es un impuesto que recae sobre los beneficios que obtiene el terrateniente.
CAPÍTULO 11: Diezmos.
«Los diezmos son un impuesto sobre el producto bruto de la tierra y, al igual que los gravámenes sobre la producción del suelo, recaen totalmente sobre el consumidor».
Para Ricardo, es un impuesto equitativo. Las tierras pagan el impuesto en proporción a la cantidad de producto obtenido de ellas.
El problema de este impuesto es que no es permanente ni fijo, debido a que su valor se altera en proporción a la variación de la dificultad de producir los bienes de la tierra.
Gracias a este impuesto la iglesia obtiene una parte del producto neto de la tierra y el trabajo del país. Concretamente, son la décima parte del producto bruto de la tierra (10%).
«Los diezmos, además, pueden ser considerados perjudiciales para los terratenientes, en la medida en que actúan como una prima a la importación, al gravar el cultivo del cereal nacional sin que se imponga traba alguna a la importación del cereal extranjero».
CAPÍTULO 12: Impuesto sobre la tierra.
«Pero si un gravamen sobre la tierra se impone sobre toda la tierra cultivada, por moderado que dicho tributo pueda ser, será un impuesto sobre el producto, y elevará por consiguiente su precio».
Para Ricardo este impuesto será muy poco equitativo y se contrapondría con los cuatro cánones a los que deben ajustarse los impuestos de Adam Smith.
Pero un impuesto igualitario sobre la tierra sería, para Ricardo, aquel que grava indiscriminadamente y sin tener en cuenta la calidad de la tierra, elevando el precio del cereal en proporción al impuesto pagado por el cultivador de la tierra peor.
La taille en Francia fue un impuesto sobre la tierra muy desigualitario, este impuesto no gravaba a la nobleza por lo que estos no pagaban impuesto sobre la tierra, el precio de los bienes subía y concretamente a ellos, al no pagar el impuesto, aumentaba su renta en la cantidad del impuesto.
El agricultor calcula cual será el montante del impuesto el próximo año para intentar repercutírselo al terrateniente en la negociación de la renta. Para Ricardo, en la mayoría de ocasiones, no podrá repercutirselo al terrateniente por lo que tendrá que aumentar el precio del producto.
«Si la tierra no estuviese gravada y se hubiese recaudado la misma suma por otros medios, la agricultura habría prosperado al menos tanto como lo ha hecho, porque es imposible que ningún impuesto sobre la tierra sea un estímulo para la agricultura; un gravamen moderado puede no obstaculizar marcadamente la producción, y es probable que no lo haga, pero no puede incentivarla».
CAPÍTULO 13: Impuestos sobre el oro.
Si un rey de Europa, siguiendo el ejemplo de Ricardo, el rey de España, fuera el único poseedor de las minas y solo se utilizara el oro como dinero, si le aplicara un impuesto a este, elevaría su valor natural, y como su valor de mercado viene regulado por su valor natural en Hispanoamérica, se deberían de dar más bienes en Europa por una misma cantidad de oro antes.
En cambio, si el rey de España, no fuera el único poseedor de estas minas, su poder de imposición se suavizaría debido a la limitación de la demanda y el consumo en Europa, como consecuencia de la sustitución del papel moneda.
Los impuestos sobre el oro pueden ser de dos tipos, ambos tienden a reducir la cantidad y a aumentar el valor del oro, por lo que estos impuestos recaen durante un tiempo sobre los tenedores de oro y sobre los propietarios de las minas:
Primero, sobre la cantidad efectiva de oro en circulación.
Segundo, sobre la cantidad anual que producen las minas.
CAPÍTULO 14: Impuestos sobre las casas.
«Los impuestos sobre las casas … , aunque gravan al ocupante, incidirán con frecuencia sobre el propietario, debido al descenso de la renta».
Este impuesto será pagado por el ocupante de forma inmediata o en última instancia.
CAPÍTULO 15: Impuesto sobre los beneficios.
«Un impuesto parcial sobre los beneficios eleva el precio de la mercancía sobre la que recae».
En un país sin impuestos, los cambios en el valor del dinero derivada de la escasez o la abundancia donde afectará en igual proporción a los precios de todos los bienes. Pero en un país donde los precios aumentan debido a los impuestos, la abundancia de dinero o su escasez, no influirá en la misma proporción sobre los precios de todos los bienes.
CAPÍTULO 16: Impuestos sobre los salarios.
«Los impuestos sobre los salarios harán que éstos se eleven y, por consiguiente, disminuirán la tasa de beneficios del capital».
Normalmente cuando se gravan los salarios estos aumentan, porque si no lo hiciera no podría mantenerse la población.
«Generalmente, pues, los impuestos, en la medida en que merman el capital real del país, disminuyen la demanda de trabajo y, por consiguiente, se produce como consecuencia no necesaria pero sí probable del impuesto sobre los salarios que aunque éstos puedan subir, no lo hagan en una suma equivalente al impuesto».
Nos explica que cualquier impuesto que eleve los salarios será pagado con una disminución de los beneficios y no recae sobre el terrateniente, por lo que un impuestos sobre los salarios es en realidad un impuesto sobre los beneficios. Ya que el fabricante no podrá aumentar el precio de los bienes, deberá pagar él íntegramente el impuesto.
Ricardo cita a Say de la siguiente manera: «El mejor de todos los planes hacendísticos consiste en gastar poco, y el mejor de todos los impuestos es aquel cuyo monto es menor».
Normalmente, y según la experiencia del autor, todos los días que se provoca un aumento en la cantidad nominal del impuesto a menudo disminuye la recaudación.
«Todo individuo tiene su propia escala de valores de acuerdo con la cual ordena sus preferencias, pero esa escala de valores es tan variada como los caracteres humanos».
Si los impuestos estan continuamente aumentando, los precios se elevan, llegará un punto donde el hombre ya no desee comprar el bien debido a su alto precio, ese bien no se ajusta a sus preferencias, por lo que buscará un sustitutivo o ya no lo consumirá.
CAPÍTULO 17: Impuestos sobre otros artículos distintos de los productos del suelo.
«La imposición sobre todos los bienes, tanto si se trata de artículos de lujo como si se trata de artículos de primera necesidad, elevará sus precios en una suma igual al impuesto mientras no se altere el valor del dinero».
Hay que tener cuidado ya que cuando se recaudan los impuestos, estás sacando ese montante de dinero del capital productivo de la nación.
En muchas ocasiones hay personas que pueden intentar eludir el impuesto, bien engañando o buscándose la residencia en otro país con mejor fiscalidad.
CAPÍTULO 18: Impuestos para la asistencia de los pobres.
Este tipo de impuestos recae sobre el consumidor, bienes, los beneficios del capital y la renta de la tierra. Al afectar al agricultor y al industrial, también afectará al precio de los productos del suelo, manufacturas y a los beneficios del capital. Por lo que saber donde recae el impuesto es bastante complicado.
CAPÍTULO 19: Sobre los cambios repentinos en los canales comerciales.
«Una gran nación está especialmente expuesta a reveses y contingencias temporales producidas por el traslado de capital de una actividad a otra».
La demanda de productos agrícolas es uniforme, en cambio, la demanda de las manufacturas dependen, no solo de las necesidades, sino tambien de los gustos y caprichos de los compradores.
En los países ricos donde se invierten en más maquinaria, se experimentan más cambios en los canales comerciales, que en países pobres donde existe menor capital fijo y mayor capital circulante (mano del hombre).
«No ven que el fin de todo comercio es aumentar la producción y que aumentando la producción, aunque se experimenten pérdidas parciales, se incrementa el bienestar general».
CAPÍTULO 20: Valor y riqueza: sus caracteres distintos.
«Toda persona es rica o pobre -escribe Adam Smith- según el grado en que pueda disfrutar de las cosas necesarias, convenientes y agradables para la vida».
«Así pues, el valor se distingue esencialmente de la riqueza porque el primero no depende de la abundancia, sino de la dificultad o facilidad de la producción».
Por lo que un hombre será rico o pobre dependiendo de la cantidad de bienes de primera necesidad y de lujo de los que pueda disponer, independientemente de su valor de cambio, contribuirán a la satisfacción del propietario.
La riqueza de un país puede aumentar mediante dos procedimientos:
Primero, empleando una mayor parte del capital en trabajo productivo. Aumentaría la riqueza del país y su valor de la riqueza.
Segunda, haciendo más productiva la misma cantidad de trabajo. Aumentaría la riqueza pero no el valor de la riqueza.
«El Sr. Say acusa al Dr. Smith de no haber tenido en cuenta el valor que los agentes naturales y la maquinaria aportan a los bienes porque considera que el valor de todas las cosas deriva del trabajo del hombre. Pero a mí no me parece que esta acusación esté justificada, porque en ninguna parte Adam Smith menosprecia los servicios que nos prestan la maquinaria y esos agentes naturales, sino que muy acertadamente distingue la naturaleza del valor que añaden a los bienes; son útiles a nosotros porque aumenta la cantidad de la producción, hacen más ricos a los hombres, aumentan el valor de uso, pero, como realizan gratuitamente su trabajo, como no se paga nada por el uso del aire, el calor o el agua, la ayuda que nos proporcionan no aumenta en absoluto el valor de cambio».
CAPÍTULO 21: Los efectos de la acumulación sobre los beneficios y el interés.
Ricardo cita a Adam Smith cuando comenta en el WoN que la caída de beneficios se debe a la acumulación de capital y a la competencia. Pero en cambio, critica que nunca indica la dificultad de proveer alimentos a un número mayor de trabajadores. Según Ricardo, Adam Smith habla de un aumento de los salarios, pero en realidad este alza temporal es producido por un aumento de los fondos al aumento de la población.
«Por consiguiente, la naturaleza ha limitado necesariamente la cantidad de capital que puede emplearse durante un tiempo en la agricultura, pero no ha puesto límites a la cantidad de capital que puede emplearse en conseguir las comodidades y artículos de lujo de la vida».
De modo permanente el tipo de interés está regulado por la tasa de beneficios, aunque también está sujeto a variaciones temporales debido a otras causas (oferta y demanda, cantidad y valor del dinero…).
CAPÍTULO 22: Primas a la exportación y prohibiciones a la importación.
«Las primas a la exportación del cereal tienden a bajar el precio de este artículo para el consumidor extranjero, pero no tienen efecto permanente alguno sobre su precio en el mercado nacional».
Una prima puede disminuir el precio de un bien en un país extranjero, por lo que aumentará la demanda de este bien en el extranjero. Al producirse este aumento de la demanda, provocará un aumento temporal de los precios de mercado de ese bien en el mercado nacional, pero nunca variará su precio natural.
Ricardo apoya la idea de Smith donde dice que el efecto de una prima es causar una depreciación parcial en el valor del dinero.
Para Ricardo, la prima, no es un problema desde este punto de vista ya que no es permanente. Esta elevará durante un periodo de tiempo su precio de mercado, pero no elevará su precio natural.
«El único efecto de los aranceles elevados sobre la importación o el de una prima sobre la exportación, bien sea de productos manufacturados, bien sea de cereal, es desviar una porción de capital a una actividad que no buscaría de forma natural. … Es la peor clase de imposición, porque no da al país extranjero todo lo que quita del propio, y el saldo negativo es una distribución menos ventajosa del capital».
CAPÍTULO 23: Sobre las primas a la producción.
Una prima a la producción de un bien en concreto, supongamos que el Estado la concede al cereal, disminuiría su precio y los productos manufacturados fuesen relativamente más caros. No causaría un efecto visible sobre la producción anual de la tierra y de la mano de obra del país.
Si se concede una prima sobre algún producto en un mercado de libre comercio, al alterar el valor relativo de los bienes, estaríamos impulsando la exportación de los bienes que reciben una prima al ser más baratos, e importaríamos los bienes que se han encarecido relativamente a causa de esta prima. Ricardo califica estás primas a la producción de ruinosas y absurdas, debido a que alteran la distribución natural de las distintas actividades del país en beneficio de los países extranjeros.
CAPÍTULO 24: La teoría de Adam Smith sobre la renta de la tierra.
Para Ricardo, la renta del cultivo y las minas está determinada por la mina menos productiva. En cambio para Smith, tenía la idea de que hay productos que siempre deben de tener una demanda suficiente para que compense llevarlos al mercado, como los productos de la tierra. Smith no pensó que existen tierras cuya calidad impide que se obtenga una producción que sea suficiente para reponer el capital invertido más los beneficios.
«Si la perceptiva mente de Adam Smith se hubiese fijado en este hecho, no habría sostenido nunca que la renta constituye una de las partes que componen el precio de la producción primaria, ya que en todas partes el precio está regulado por el rendimiento que se obtiene de esta última parte del capital, por la que no se paga renta. Si hubiera advertido este principio, no habría hecho distinción alguna entre la ley que regula la renta de las minas y la que regula la renta de la tierra».
CAPÍTULO 25: Sobre el comercio en las colonias.
«Adam Smith ha demostrado del modo más satisfactorio las ventajas del libre comercio y la injusticia que sufren las colonias al impedirles las metrópolis vender su producción en los mercados más caros y comprar los productos manufacturados y las provisiones en los mercados más baratos. Ha demostrado que si se permite que cada país intercambie libremente la producción de su industria donde y cuando le plazca, se obtiene la mejor distribución internacional del trabajo y se asegura la mayor abundancia de bienes de primera necesidad y de artículos agradables para la vida humana».
«El aumento del valor del dinero significa la misma cosa que la disminución del precio de los bienes».
El monopolio del comercio colonial perjudicará la distribución del capital y de la industria, por lo que se producirá menos cantidad. El precio natural de los bienes aumentará, al comprar con el mismo valor monetario, recibirá una menor cantidad de bienes.
CAPÍTULO 26: Sobre la renta bruta y neta.
Según Smith, un país obtiene más ventaja de una mayor renta bruta que de una mayor renta neta. Cuanto mayor capital se dedique a la agricultura, mayor será la cantidad de trabajo productivo, después el capital en la industria y por último el comercio. Para Smith, el poder de un país depende de la riqueza, que deben ser proporcionales al valor de su producción anual que es el fondo del cual deben pagarse los impuestos.
Para Ricardo, cuando un individuo mantiene una misma cantidad de beneficios no importa que de trabajo a más o menos trabajadores. La capacidad de pagar impuestos es proporcional a la renta neta y no a la bruta.
Sintetizando, para Smith los impuestos se pagan por la cantidad de productos producido en un país, en cambio, para Ricardo, los impuestos se pagan según la cantidad de beneficios.
CAPÍTULO 27: Sobre la moneda y los bancos.
«La circulación de moneda no puede ser nunca tan abundante que llegue a ser excesiva, porque al disminuir su valor, aumenta su cantidad en la misma proporción, y al aumentar su valor, disminuirá su cantidad».
Cuando se crearon los bancos, los Estados ya no tenían en exclusividad la capacidad para emitir y acuñar moneda. Los Estados no podían depreciar o apreciar su moneda debido a que los bancos también tenían la misma capacidad para aumentar la cantidad de moneda en circulación.
«No ven que el fin de todo comercio es aumentar la producción y que aumentando la producción, aunque se experimenten pérdidas parciales, se incrementa el bienestar general».
CAPÍTULO 20: Valor y riqueza: sus caracteres distintos.
«Toda persona es rica o pobre -escribe Adam Smith- según el grado en que pueda disfrutar de las cosas necesarias, convenientes y agradables para la vida».
«Así pues, el valor se distingue esencialmente de la riqueza porque el primero no depende de la abundancia, sino de la dificultad o facilidad de la producción».
Por lo que un hombre será rico o pobre dependiendo de la cantidad de bienes de primera necesidad y de lujo de los que pueda disponer, independientemente de su valor de cambio, contribuirán a la satisfacción del propietario.
La riqueza de un país puede aumentar mediante dos procedimientos:
Primero, empleando una mayor parte del capital en trabajo productivo. Aumentaría la riqueza del país y su valor de la riqueza.
Segunda, haciendo más productiva la misma cantidad de trabajo. Aumentaría la riqueza pero no el valor de la riqueza.
«El Sr. Say acusa al Dr. Smith de no haber tenido en cuenta el valor que los agentes naturales y la maquinaria aportan a los bienes porque considera que el valor de todas las cosas deriva del trabajo del hombre. Pero a mí no me parece que esta acusación esté justificada, porque en ninguna parte Adam Smith menosprecia los servicios que nos prestan la maquinaria y esos agentes naturales, sino que muy acertadamente distingue la naturaleza del valor que añaden a los bienes; son útiles a nosotros porque aumenta la cantidad de la producción, hacen más ricos a los hombres, aumentan el valor de uso, pero, como realizan gratuitamente su trabajo, como no se paga nada por el uso del aire, el calor o el agua, la ayuda que nos proporcionan no aumenta en absoluto el valor de cambio».
CAPÍTULO 21: Los efectos de la acumulación sobre los beneficios y el interés.
Ricardo cita a Adam Smith cuando comenta en el WoN que la caída de beneficios se debe a la acumulación de capital y a la competencia. Pero en cambio, critica que nunca indica la dificultad de proveer alimentos a un número mayor de trabajadores. Según Ricardo, Adam Smith habla de un aumento de los salarios, pero en realidad este alza temporal es producido por un aumento de los fondos al aumento de la población.
«Por consiguiente, la naturaleza ha limitado necesariamente la cantidad de capital que puede emplearse durante un tiempo en la agricultura, pero no ha puesto límites a la cantidad de capital que puede emplearse en conseguir las comodidades y artículos de lujo de la vida».
De modo permanente el tipo de interés está regulado por la tasa de beneficios, aunque también está sujeto a variaciones temporales debido a otras causas (oferta y demanda, cantidad y valor del dinero…).
CAPÍTULO 22: Primas a la exportación y prohibiciones a la importación.
«Las primas a la exportación del cereal tienden a bajar el precio de este artículo para el consumidor extranjero, pero no tienen efecto permanente alguno sobre su precio en el mercado nacional».
Una prima puede disminuir el precio de un bien en un país extranjero, por lo que aumentará la demanda de este bien en el extranjero. Al producirse este aumento de la demanda, provocará un aumento temporal de los precios de mercado de ese bien en el mercado nacional, pero nunca variará su precio natural.
Ricardo apoya la idea de Smith donde dice que el efecto de una prima es causar una depreciación parcial en el valor del dinero.
Para Ricardo, la prima, no es un problema desde este punto de vista ya que no es permanente. Esta elevará durante un periodo de tiempo su precio de mercado, pero no elevará su precio natural.
«El único efecto de los aranceles elevados sobre la importación o el de una prima sobre la exportación, bien sea de productos manufacturados, bien sea de cereal, es desviar una porción de capital a una actividad que no buscaría de forma natural. … Es la peor clase de imposición, porque no da al país extranjero todo lo que quita del propio, y el saldo negativo es una distribución menos ventajosa del capital».
CAPÍTULO 23: Sobre las primas a la producción.
Una prima a la producción de un bien en concreto, supongamos que el Estado la concede al cereal, disminuiría su precio y los productos manufacturados fuesen relativamente más caros. No causaría un efecto visible sobre la producción anual de la tierra y de la mano de obra del país.
Si se concede una prima sobre algún producto en un mercado de libre comercio, al alterar el valor relativo de los bienes, estaríamos impulsando la exportación de los bienes que reciben una prima al ser más baratos, e importaríamos los bienes que se han encarecido relativamente a causa de esta prima. Ricardo califica estás primas a la producción de ruinosas y absurdas, debido a que alteran la distribución natural de las distintas actividades del país en beneficio de los países extranjeros.
CAPÍTULO 24: La teoría de Adam Smith sobre la renta de la tierra.
Para Ricardo, la renta del cultivo y las minas está determinada por la mina menos productiva. En cambio para Smith, tenía la idea de que hay productos que siempre deben de tener una demanda suficiente para que compense llevarlos al mercado, como los productos de la tierra. Smith no pensó que existen tierras cuya calidad impide que se obtenga una producción que sea suficiente para reponer el capital invertido más los beneficios.
«Si la perceptiva mente de Adam Smith se hubiese fijado en este hecho, no habría sostenido nunca que la renta constituye una de las partes que componen el precio de la producción primaria, ya que en todas partes el precio está regulado por el rendimiento que se obtiene de esta última parte del capital, por la que no se paga renta. Si hubiera advertido este principio, no habría hecho distinción alguna entre la ley que regula la renta de las minas y la que regula la renta de la tierra».
CAPÍTULO 25: Sobre el comercio en las colonias.
«Adam Smith ha demostrado del modo más satisfactorio las ventajas del libre comercio y la injusticia que sufren las colonias al impedirles las metrópolis vender su producción en los mercados más caros y comprar los productos manufacturados y las provisiones en los mercados más baratos. Ha demostrado que si se permite que cada país intercambie libremente la producción de su industria donde y cuando le plazca, se obtiene la mejor distribución internacional del trabajo y se asegura la mayor abundancia de bienes de primera necesidad y de artículos agradables para la vida humana».
«El aumento del valor del dinero significa la misma cosa que la disminución del precio de los bienes».
El monopolio del comercio colonial perjudicará la distribución del capital y de la industria, por lo que se producirá menos cantidad. El precio natural de los bienes aumentará, al comprar con el mismo valor monetario, recibirá una menor cantidad de bienes.
CAPÍTULO 26: Sobre la renta bruta y neta.
Según Smith, un país obtiene más ventaja de una mayor renta bruta que de una mayor renta neta. Cuanto mayor capital se dedique a la agricultura, mayor será la cantidad de trabajo productivo, después el capital en la industria y por último el comercio. Para Smith, el poder de un país depende de la riqueza, que deben ser proporcionales al valor de su producción anual que es el fondo del cual deben pagarse los impuestos.
Para Ricardo, cuando un individuo mantiene una misma cantidad de beneficios no importa que de trabajo a más o menos trabajadores. La capacidad de pagar impuestos es proporcional a la renta neta y no a la bruta.
Sintetizando, para Smith los impuestos se pagan por la cantidad de productos producido en un país, en cambio, para Ricardo, los impuestos se pagan según la cantidad de beneficios.
CAPÍTULO 27: Sobre la moneda y los bancos.
«La circulación de moneda no puede ser nunca tan abundante que llegue a ser excesiva, porque al disminuir su valor, aumenta su cantidad en la misma proporción, y al aumentar su valor, disminuirá su cantidad».
Cuando se crearon los bancos, los Estados ya no tenían en exclusividad la capacidad para emitir y acuñar moneda. Los Estados no podían depreciar o apreciar su moneda debido a que los bancos también tenían la misma capacidad para aumentar la cantidad de moneda en circulación.
Por lo que para asegurar el valor de la moneda basta con regular su cantidad de acuerdo con el valor del metal que se adopte como patrón. Por lo que si se adopta un patrón, pongamos por ejemplo el oro, se podrá aumentar la cantidad de papel moneda cada vez que caiga el valor del oro o cada vez que aumente el precio de los bienes.
«Parece, pues, que mientras se admitió uno de los dos metales como moneda de curso legal para pagar deudas de cualquier cuantía, estuvimos sometidos a un cambio constante en la medida principal de valor. Algunas veces fue el oro, otra la plata, dependiendo completamente de las variaciones en el valor relativo de los dos metales; y el metal que no era el patrón en aquellos tiempos se fundía y retiraba de la circulación porque su valor en lingotes era superior a su valor moneda. Esto era un inconveniente que era muy deseable remediar, pero el avance del progreso es tan lento que, aunque Locke ya lo había demostrado incuestionablemente y todos los estudios del tema de la moneda lo habían señalado desde entonces, nunca se adoptó un sistema mejor hasta la sesión del Parlamente de 1816 en la que se decretó que únicamente el oro sería moneda de curso legal para pagar cualquier suma que excediera de 40 chelines».
De esta manera Inglaterra abandonó la política monetaria bimetalista y se convierte en un país de patrón oro. Debido a las fluctuaciones del oro y la plata, dependiendo de su valor, era más conveniente para el deudor pagar su deuda con dicho metal. El oro era el metal que preferido por los deudores para pagar sus deudas, ya que pensaban que tenia una cualidad innata, y por ello regulaba el valor de la moneda de plata.
Para Ricardo, un señoraje (impuesto sobre la moneda al acuñarla) moderado no es muy importante, sobre todo a las monedas que se usan para realizar pagos pequeños.
CAPÍTULO 28: Sobre el valor relativo del oro, el cereal y el trabajo en los países ricos y pobres.
Un país rico tiene más problemas para aumentar la tasa de población que un país pobre, debido a la dificultad del país rico en facilitarse alimentos. Debido a esta dificultad, en el país rico aumenta el precio relativo de los alimentos y, por lo tanto, fomenta su importación de los países pobres. Los terratenientes de los países ricos presionan a los legisladores para que prohíban la importación de alimentos.
El cereal tiene su precio natural (coste de su producción) que regula el precio de mercado y el que determina la conveniencia de exportarlo a otros países.
«Lo que mantengo es que es el precio natural de los bienes del país exportador el que en última instancia regula los precios a los que deben ser vendidos esos bienes en el país importador, siempre que no sean objeto de monopolio».
CAPÍTULO 29: Impuestos pagados por el productor.
Ricardo está de acuerdo con Say:
Los fabricantes, si están obligados a pagar un impuesto, deben emplear más fondos en adelantar el impuesto, esto les supone una dificultad para un fabricante que tiene limitado capital y crédito. Los beneficios del adelanto del impuesto se deben de cargar al consumidor.
Ricardo no está de acuerdo con Say ni con Simonde:
Si para realizar una mercancía el producto tiene que pasar por varios productores que a su vez deben de pagar el impuesto, este se verá multiplicado, y el precio del consumidor deberá de pagar un precio mucho mayor. Ya que estos dos autores no se han dado cuenta de que el impuesto se contabiliza con capitalización compuesta.
CAPÍTULO 30: De la influencia de la oferta y la demanda sobre los precios.
«El coste de producción es el que, en última instancia, debe regular el precio de los bienes y no, como a menudo se ha dicho, la relación entre la oferta y la demanda».
Para Ricardo, la relación entre la oferta y la demanda solo pueden afectar durante un periodo corto de tiempo al precio de mercado.
Los bienes que están monopolizados si que fluctúan según la oferta y la demanda, su precio no tiene conexión con su precio natural. El precio de los bienes sometidos a la competencia derivan del coste de producción.
CAPÍTULO 31: Sobre la maquinaria.
«Desde que puse mi atención en los problemas de la economía política, he sido de la opinión de que la introducción de la maquinaria en cualquier ramo de la producción, en tanto que efectúa un ahorro de trabajo, constituye un bien general, aunque ocasiona algunos de los inconvenientes que acompañan a la mayor parte de los cambios de capital y trabajo de una industria a otra».
El primero que descubría y utilizaba para su producción la maquinaria hacía grandes beneficios hasta que el resto de la competencia comenzaba a usarla.
Para los trabajadores, aunque les permite comprar productos más baratos debido a la disminución del coste de producción al usar maquinaria, les afecta debido a la disminución de trabajadores al emplear máquinas.
«Todo lo que deseo demostrar es que el descubrimiento y uso de la maquinaria puede ir acompañado de una disminución de la producción bruta; y siempre que ocurra esto, será perjudicial para la clase trabajadora, pues alguno de los que la componen ha de ser despedido de su empleo, y la población llegará a ser excesiva, comparada con el fondo destinado a darle ocupación».
En el país donde más cuesta producir un bien, el uso de la maquinaria es más demandado.
«La maquinaria no puede usarse sino con la cooperación de los hombres, y no puede ser construida sin que otros hombres contribuyan a ello con su trabajo. Invirtiendo en maquinaria parte del capital, habrá una disminución progresiva de la demanda de trabajo; exportando el capital al extranjero, la demanda de trabajo se aniquilará completamente».
CAPÍTULO 32: Las opiniones de Malthus sobre la renta de la tierra.
«Me siento feliz con la oportunidad que se me brinda aquí de expresar mi admiración por el -Ensayo sobre la Población- del Sr. Malthus».
La renta, para Ricardo, supone una creación de valor pero no una creación de riqueza.
Según Malthus, la renta aumentará con la fertilidad reducida de la tierra a no ser que se vea contrarrestada con una gran reducción del capital, de la población y de la demanda.
«Por lo tanto, no parece que la proposición del Sr. Malthus sea correcta: la renta no aumenta o disminuye inmediata y necesariamente con el aumento o la reducción de la fertilidad de la tierra, pero el aumento de su fertilidad permite que dicha tierra pueda pagar en algún momento futuro una renta mayor».
El precio de un bien solo puede aumentar permanentemente si para producir dicho bien se necesita una cantidad mayor de capital y/o de trabajo o si baja el valor del dinero y a la inversa.
«Mi propósito en esta obra ha sido demostrar que un descenso de los salarios no tendría otro efecto que el de aumentar los beneficios. Todo aumento de los beneficios es favorable a la acumulación de capital y a un posterior aumento de la población y, por consiguiente, con toda probabilidad, conduciría a un aumento de la renta».
LECTURA 1. 17 AGO 2016. Editorial Pirámide 2003. Estudio preliminar: John Reeder. Traducción: Paloma De La Nuez y Carlos Rodríguez Braun.
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3 comentarios:
enlance de principios de economia politica y tributacion
https://drive.google.com/open?id=1Leu68n7_7iKjdUoUj04zWK47Mhqe0QYc
Mi comentario, en relacioon a la exposincion que hice, gue de Charles Fourier. Segun la literatura que investigue, es considerado el padre del socialismo utopico, el cual buscaba una equidad entre todos los sectores de la sociedad aparte de esto creia que la educacion era una de las armas mas imprortantes para que la gente saliera de la ignorancia y que con la educacion la equidad de entre las diferentes clases sociales no existirian mas.
Por otra parte crea un termino nuevo el cual es el Falansterio, el cual se consideraba un modelo de comunidad igualitario perfecto, en el que producción y consumo son realizados por la sociedad de modo equitativo y utópico. En esta sociedad planteaba que una sociedad era una idea cuando solo viven un maximo de 1600 personas, sonde la misma sociedad es la que regula las normas de convivencia y los mismos miembreos de la sociedad son los que son los que eligen en donde trabajar, y lo principal en donde no existen las clases sociales
Una forma de conocer la materia por dos puntos de vistas diferentes y la discrepancia entre ambas interpretaciones que nos dan a entender los autores y la comparativa de los distintos pensamientos economicos de David Ricardo y Thomas Malthus.
De los cuales destáco la cercana relacion intima entre dichos personajes y agregando ademas que David Ricardo y Thomas Robert Malthus compartieron unos mismos principios filosóficos y económicos pero llegaron a unas conclusiones y a unas propuestas de política económica radicalmente diferentes.
Sus polémicas eran científicas pero también políticas: Ricardo defendía los intereses de los industriales, mientras que Malthus defendía los de los terratenientes. Sus polémicas cubrieron todos los campos, destacando las siguientes discusiones: Las leyes de cereales, la teoría de la renta de la tierra, la teoría de la distribución, la ley de Say y las crisis de sobreproducción, la tecnología y el desempleo, las discusiones sobre la teoría del valor.
Pero que a todo ello la mejor manera de entender a estos economistas es estudiarlos conjuntamente, pues el uno no se entiende sin analizar las polémicas con el otro.
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