Usualmente las negrillas y subrayados son nuestros.

lunes, marzo 31, 2008

Un esquema para entender la Tabla Económica de Quesnay

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[FISIOCRATAS+3.gif]
Esquema para explicar la Tabla Económica de Quesnay.
Los números indican Miles de Millones de unidades monetarias que expresan el tipo y "valor" e las transacciones entre clases sociales.

1. Los fisiócratas y especialmente Francois Quesnay, son la referencia histórica de la teoría moderna de la Economía Política. Fueron los primeros en sostener la teoría del valor trabajo, solamente que aplicado a la tierra. Por ello la clase productiva para ellos eran los arrendatarios de la tierra, agrupando, en un solo concepto, nos parece, a arrendatarios, campesinos y trabajadores de la agricultura.

2. El esquema arranca con la producción de 5 mil millones de la clase productiva. Estos 5 mil se dividen en 3 mil en forma de producto agrícola y 2 mil en forma de dinero.


3. 2 mil en forma de dinero se van en concepto de renta de la tierra hacia la clase rentista.

4. Los 3 mil de producto: 1 mil para rentistas en forma de alimentos, 1 mil en forma de materias primas para la clase estéril. Estéril (artesanos e industriales en un solo "saco") en el sentido de que solamente produce su propio equivalente y no genera excedente.

5. La clase rentista gasta 1 mil en alimentos y retorna este dinero a la clase productiva y compra 1 mil en productos manufacturados a la clase estéril.


6. La clase estéril compra 1 mil en materias primas a la clase productiva con el dinero (1 mil) que le ha pagado la clase rentista por productos manufacturados. Esos mil, los usa la clase productiva para comprar productos manufacturados (herramientas y otros) a la clase esteril y esta, a su vez, compra a la clase productiva alimentos por ese mismo valor.

Aquí se completa un ciclo de "circulación perfecta", entre las tres clases sociales: los 1 mil que la clase productiva entregó a la clase rentista en forma de renta y esta a la clase estéril para comprar productos manufacturados, retornan a su origen cuando la clase estéril compra 1 mil en materias primas a la clase productiva.

Para los fisiócratas la circulación imperfecta se da solamente entre dos clases sociales.

7. En el esquema no salen las cuentas cabales, si lo observamos con ojos de Economía Política contemporánea. Por ejemplo, como anotó Marx, el producto que circula no son 9 sino 7, que es el nuevo valor creado por la clase productiva y la clase estéril; no se oberva la creación de valor en la clase estéril, en la manufactura. Y quedan muchas preguntas y observaciones algunas de las cuales, como dejamos dicho, las hizo el mismo Marx en su Historia Crítica de las Teorías de la Plusvalía.


8. Pero queda claro que Quesnay fué el primero en hacer una especie de matriz insumo producto de la economía de su época, contablemente coherente y que su preocupación era cómo la riqueza se distribuía y producía entre diversas clases sociales.


Tómense estas notas como una primera aproximación a un esquema para explicar la Tabla Económica.


Otro esquema simplificado para entender la Tabla Económica se encuentra en:

http://cspoliticassantabarbara.wordpress.com/tabla-economica/

En este esquema se destacan con originalidad y digo, con pureza, sin introducir elementos monetarios, las relaciones de transacciones entre las clases sociales y en el caso de los arrendatarios la transacción que se realiza al interior de su propia clase.


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jueves, marzo 27, 2008

Condillac como Sensualista

En esta biografía se destaca la influencia de Condillac en la, podríamos decir, epistemología de las sensaciones:

http://es.wikipedia.org/wiki/Condillac

Tomás Moro: nota biográfica

En esta biografía de Tomás Moro se destaca:

1. El concepto de "parasitismo social". Todavía Moro, consideraba que el trabajo aplicado a la tierra, de los arrendatarios, era la fuente del valor, de la riqueza. El resto de la sociedad vivía de éste trabajo y la nobleza inglesa peor, porque vivía sin trabajar.

2. Teoría de la negatividad de la propiedad privada.

3. Conceptos de relación entre trabajo manual e intelectual, oposición campo y ciudad.

4. Igualdad humana y régimen político.

5. Distribución en base a necesidades. Incluso esto debe analizarse nos parece como un antecedente teórico no del socialismo, sino del comunismo.

Se enfatiza en Moro como un Socialista Utópico. Y al recordar su biografía, se encuentra una situación trágicamente consecuente de la dicotomía histórica entre poder político y poder científico, resuelta a lo Sócrates, con el sacrificio del científico.


En:

http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/m/Moro.htm

MORO, TOMÁS (1478-1535):

Pensador y humanista inglés, uno de los fundadores del socialismo utópico. Jurista por su formación. Ocupó altos cargos en el gobierno inglés, entre ellos el de Lord Canciller. Fue decapitado por negarse a reconocer al rey Enrique VIII como jefe de la Iglesia. En su “Libro de oro, tan útil como festivo, sobre la mejor organización del Estado y sobre la nueva Isla de Utopía” (1516), sometió a dura crítica al feudalismo y las relaciones capitalistas que entonces estaban naciendo en Inglaterra.

Condenando el parasitismo de la nobleza inglesa, Moro escribió que ésta, “como los zánganos, vive del trabajo ajeno”, concretamente del trabajo de los arrendatarios, a los que “monda hasta la carne viva” sin la menor compasión.

Veía en la propiedad privada la causa principal de las calamidades sociales.

Escribió que, en el régimen de propiedad privada por más que la sociedad florezca, el hombre muere de hambre “si no se preocupa de si mismo”.

Soñando con una mejor organización de la sociedad, Moro traza en su libro la imagen del régimen socialista ideal del país de Utopía.

En este país impera la igualdad entre los hombres, no existe la propiedad privada, la producción es social, aunque distribuida en talleres independientes (con entrega del producto a los depósitos colectivos), no se da la oposición entre la ciudad y el campo, entre el trabajo físico y el intelectual, los productos se distribuyen según las necesidades, el régimen político es de tipo republicano.

La idea de Moro acerca de un régimen ideal de la sociedad influyó en sentido progresivo sobre la evolución del pensamiento social: en pleno siglo XVI, Moro se asomó al futuro y predijo genialmente algunos de sus rasgos.

jueves, marzo 20, 2008

Marginalismo y sus bases

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La obra cumbre de Jevons, que construye dos pilares del marginalismo:

1. La teoría subjetiva del valor matematizada. Su sistematizador, Carl Menger no la matematizó.

2. Pionero en la aplicación del cálculo diferencial a la economía.

Puede leerse en inglés en:

http://www.econlib.org/LIBRARY/YPDBooks/Jevons/jvnPE.html
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martes, marzo 18, 2008

Crisis Comerciales

El texto completo en francés de las crisis comerciales de Juglar:

http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k83714z

Historia del Pánico

Juglar puso a una de sus obras el sugestivo título de "Breve historia de los pánicos en los Estados Unidos". Juglar es el precursor moderno, del capitalismo en el análisis de los ciclos económicos, Marx es el precursor del análisis de las CRISIS capitalistas. Después de Keynes sabemos que un ciclo puede terminar en una crisis o no o más bien que el comportamiento crítico de la economía capitalista es cíclico.

Nos llama la atención el término "pánico" usado por Juglar pues refleja el contenido social del ciclo económico en su fase recesiva. El pánico significa miedo, terror; el dios griego pan se aparecía en las noches y eso causaba
. (http://etimologias.dechile.net/?pa.nico).

La recesión es como el dios griego pan, con la diferencia que es real, es un hecho social, que ocasiona terror al poner en peligro aspectos vitales de la sociedad, individuales y colectivos. La recesión atenta contra la subsitencia misma del ser humano, al poner en riesgo la existencia de los bienes materiales necesarios para su vida.

Las recesiones son la parte negativa de los ciclos (las expansiones o recuperaciones son la parte positiva) y ocasionan trastornos sociales que bien podrían incluirse en una sociología del miedo. (http://www.noticiasdelsur.com/nota.php?nota=489).

El pánico es una dimensión superlativa del miedo. Se tendría miedo en un primer nivel cuando se presenta un proceso de desaceleración de la economía, pánico en una prolongada recesión y terror en una crisis cuando la economía toca fondo, como en 1930.

Los Estados Unidos de América, son la primera potencia capitalista del mundo, cuyo producto interno bruto solamente es superado por la Unión Europea "en vaca", en conjunto; ha sentido históricamente como nadie estos procesos sociológicos de pánico. Pero en el actual período recesivo existen posibilidades de que la fase depresiva sea más amplia y profunda y probablemente más frecuente pero seguramente más global; solamente atenuada por medidas keynesianas de política monetaria y fiscal.

Recordemos algunos planteamientos de Juglar, con este texto, que desafortunadamente lo hemos encontrado en inglés y no en español:

http://www.gutenberg.org/dirs/etext05/panic10.txt

Un fragmento del compilador, DECOURCY W. THOM, que resumió el libro de Juglar:

"A Crisis or Panic may be defined as a stoppage of the rise of prices:
that is to say, the period when new buyers are not to be found. It is
always accompanied by a reactionary movement in prices.

A panic may be broadly stated as due to overtrading, which causes
general business to need more than the available capital, thus producing
general lack of credit. Its precipitating causes are broadly anything
leading to overtrading:

In the United States they may be classed as follows:

I. PANICS OF CIRCULATION, as in 1857, when the steadily increased
circulation, which had almost doubled in nine years, had rendered it
very easy to grant excessive discounts and loans, which had thus
over-stimulated business, so that the above relapse occurred; or, we may
imagine the converse case, leading to a quicker and even greater
disaster: a sudden and proportionate shrinkage of circulation, which, of
course, would have fatally cut down loans and discounts, and so
precipitated general ruin.

2. A PANIC OF CREDIT, as in 1866, when the failure of Overend, Gurney, &
Co. rendered the whole business world over cautious, and led to a
universal shrinkage of credit. [I take the liberty of adding that it
seems evident to me that such a danger must soon confront us in the
United States, unless our Silver Law is changed, because of a finally
inevitable distrust of the government's ability to keep 67-cent silver
dollars on an equality with 100-cent gold dollars.]

3. PANICS OF CAPITAL, as in 1847, when capital was so locked up in
internal improvements as to prove largely useless.

4. GENERAL TARIFF CHANGES. To the three causes given above the
translator adds a fourth and most important one: Any change in our
tariff laws general enough to rise to the dignity of a new tariff has
with one exception in our history precipitated a panic. This exception
is the tariff of 1846, which was for revenue only, and introduced after
long notice and upon a graduated scale. This had put the nation at large
in such good condition that when the apparently inevitable Decennial
Panic occurred in 1848 recovery from it was very speedy."

(...)

Juglar: referencia biográfica

En:

http://es.wikipedia.org/wiki/Clement_Juglar

Joseph Clement Juglar (1819-1905). Médico y economista francés.

Publicó Las crisis comerciales y su reaparición periódica en Francia, Inglaterra y Estados Unidos (1862), donde demostró que las crisis económicas no son sucesos casuales o debidos a continencias, sino parte de una fluctuación cíclica de la actividad comercial, industrial y financiera y que los períodos de prosperidad y crisis se seguían unos a otros, por lo que se considera el descubridor de los ciclos económicos.

En reconocimiento a su trabajo estadístico, se ha dado su nombre al ciclo medio, de ocho años y medio de duración en promedio, el Ciclo de Juglar, el básico de la actividad económica en el capitalismo.

viernes, marzo 07, 2008

Valor de uso y de cambio; comercio y usura


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El descubrimiento central de Aristóteles sobre el valor de uso y el valor de cambio, se encuentra en este extracto. También sus valoraciones sobre la economía natural y la economía artificial, la primera es aceptable y la segunda despreciable, una acrecienta el patrimonio la otra acrecienta el dinero por el dinero mismo.

En:


Política · libro primero, capítulo III

De la adquisición de los bienes

Puesto que el esclavo forma parte de la propiedad, vamos a estudiar, siguiendo nuestro método acostumbrado, la propiedad en general y la adquisición de los bienes.

La primera cuestión que debemos resolver, es si la ciencia de adquirir es la misma que la ciencia doméstica, o si es una rama de ella o sólo una ciencia auxiliar. Si no es más que esto último, ¿lo será al modo que el arte de hacer lanzaderas es un auxiliar del arte de tejer? ¿O como el arte de fundir metales sirve para el arte del estatuario?
Los servicios de estas dos artes subsidiarias son realmente muy distintos: lo que suministra la primera es el [29] instrumento, mientras que la segunda suministra la materia. Entiendo por materia la sustancia que sirve para fabricar un objeto; por ejemplo, la lana de que se sirve el fabricante, el metal que emplea el estatuario.
Esto prueba, que la adquisición de los bienes no se confunde con la administración doméstica, puesto que la una emplea lo que la otra suministra. ¿A quién sino a la administración doméstica pertenece usar lo que constituye el patrimonio de la familia?

Resta saber si la adquisición de las cosas es una rama de esta administración, o si es una ciencia aparte. Por lo pronto, si el que posee esta ciencia debe conocer las fuentes de la riqueza y de la propiedad, es preciso convenir en que la propiedad y la riqueza abrazan objetos muy diversos. En primer lugar puede preguntarse, si el arte de la agricultura, y en general la busca y adquisición de alimentos, están comprendidas en la adquisición de bienes, o si forman un modo especial de adquirir. Los modos de alimentación son extremadamente variados, y de aquí esta multiplicidad de géneros de vida en el hombre y en los animales, ninguno de los cuales puede subsistir sin alimentos; variaciones que son precisamente las que diversifican la existencia de los animales. En el estado salvaje unos viven en grupos, otros en el aislamiento, según lo exige el interés de su subsistencia, porque unos son carnívoros, otros frugívoros y otros omnívoros. Para facilitar la busca y elección de alimentos es para lo que la naturaleza les ha destinado a un género especial de vida. La vida de los carnívoros y la de los frugívoros difieren precisamente en que no gustan por instinto del mismo alimento, y en que los de cada una de estas clases tienen gustos particulares.

Otro tanto puede decirse de los hombres, no siendo menos diversos sus modos de existencia. Unos, viviendo en una absoluta ociosidad, son nómadas que sin pena y sin trabajo se alimentan de la carne de los animales que crían. Sólo que, viéndose precisados sus ganados a mudar de pastos, y ellos a seguirlos, es como si cultivaran un campo vivo. Otros subsisten con aquello de que hacen presa, pero no del mismo modo todos; pues unos viven del pillaje{12}, y otros de la pesca, cuando habitan en las orillas de los estanques o de los lagos, o en las orillas de los [30] ríos o del mar; y otros cazan las aves y los animales bravíos. Pero los más de los hombres viven del cultivo de la tierra y de sus frutos.

Estos son, poco más o menos, todos los modos de existencia, en que el hombre sólo tiene necesidad de prestar su trabajo personal, sin acudir para atender a su subsistencia al cambio ni al comercio: nómada, agricultor, bandolero, pescador o cazador. Hay pueblos que viven cómodamente combinando estos diversos modos de vivir y tomando del uno lo necesario para llenar los vacíos del otro: son a la vez nómadas y salteadores, cultivadores y cazadores, y lo mismo sucede con los demás que abrazan el género de vida que la necesidad les impone.

Como puede verse, la naturaleza concede esta posesión de los alimentos a los animales a seguida de su nacimiento, y también cuando llegan a alcanzar todo su desarrollo. Ciertos animales en el momento mismo de la generación producen para el nacido el alimento que habrá de necesitar hasta encontrarse en estado de procurárselo por sí mismo. En este caso se encuentran los vermíparos{13} y los ovíparos. Los vivíparos llevan en sí mismos, durante un cierto tiempo, los alimentos de los recién nacidos pues no otra cosa es lo que se llama leche. Esta posesión de alimentos tiene igualmente lugar cuando los animales han llegado a su completo desarrollo, y debe creerse que las plantas están hechas para los animales, y los animales para el hombre. Domesticados, le prestan servicios y le alimentan; bravíos, contribuyen, si no todos, la mayor parte, a su subsistencia y a satisfacer sus diversas necesidades, suministrándole vestidos y otros recursos. Si la naturaleza nada hace incompleto, si nada hace{14} en vano, es de necesidad que haya creado todo esto para el hombre.
La guerra misma es en cierto modo un medio natural de adquirir, puesto que comprende la caza de los animales bravíos y de aquellos hombres que, nacidos para obedecer, se niegan a someterse; es una guerra que la naturaleza misma ha hecho legítima.
He aquí, pues, un modo de adquisición natural que forma [31] parte de la economía doméstica, la cual debe encontrárselo formado o procurárselo, so pena de no poder reunir los medios indispensables de subsistencia, sin los cuales no se formarían ni la asociación del Estado ni la asociación de la familia.

En esto consiste, si puede decirse así, la única riqueza verdadera, y todo lo que el bienestar puede aprovechar de este género de adquisiciones, está bien lejos de ser ilimitado, como poéticamente pretende Solón:

«El hombre puede aumentar ilimitadamente sus riquezas.»

Sucede todo lo contrario, pues en esto hay un límite como lo hay en todas las demás artes. En efecto, no hay arte, cuyos instrumentos no sean limitados en número y extensión; y la riqueza no es más que la abundancia de los instrumentos domésticos y sociales.

Existe por tanto evidentemente un modo de adquisición natural, que es común a los jefes de familia y a los jefes de los Estados. Ya hemos visto cuáles eran sus fuentes.

Resta ahora este otro género de adquisición que se llama más particularmente y con razón la adquisición de bienes, y respecto de la cual podría creerse que la fortuna y la propiedad pueden aumentarse indefinidamente.

La semejanza de este segundo modo de adquisición con el primero es causa de que ordinariamente no se vea en ambos más que un solo y mismo objeto. El hecho es, que ellos no son ni idénticos, ni muy diferentes; el primero, es natural, el otro no procede de la naturaleza, sino que es más bien el producto del arte y de la experiencia. Demos aquí principio a su estudio.
Toda propiedad tiene dos usos que le pertenecen esencialmente, aunque no de la misma manera: el uno es especial a la cosa, el otro no lo es. Un zapato puede a la vez servir para calzar el pie o para verificar un cambio. Por lo menos puede hacerse de él este doble uso. El que cambia un zapato por dinero o por alimentos con otro que tiene necesidad de él, emplea bien este zapato en tanto que tal, pero no según su propio uso, porque no había sido hecho para el cambio. Otro tanto diré de todas las demás propiedades; pues el cambio efectivamente puede aplicarse a todas, puesto que ha nacido primitivamente entre los hombres de la abundancia en un punto y de la escasez en otro de las cosas necesarias para la vida. Es demasiado claro, que en este sentido la venta no forma en manera alguna parte de la [32] adquisición natural.
En su origen, el cambio no se extendía más allá de las primeras necesidades, y es ciertamente inútil en la primera asociación, la de la familia. Para que nazca, es preciso que el círculo de la asociación sea más extenso.

En el seno de la familia todo era común; separados algunos miembros, se crearon nuevas sociedades para fines no menos numerosos, pero diferentes que los de las primeras, y esto debió necesariamente dar origen al cambio. Este es el único cambio que conocen muchas naciones bárbaras; el cual no se extiende a más que al trueque de las cosas indispensables; como, por ejemplo, el vino que se da a cambio de trigo.
Este género de cambio es perfectamente natural, y no es, a decir verdad, un modo de adquisición, puesto que no tiene otro objeto que proveer a la satisfacción de nuestras necesidades naturales.
Sin embargo, aquí es donde puede encontrarse lógicamente el origen de la riqueza. A medida que estas relaciones de auxilios mutuos se transformaron, desenvolviéndose mediante la importación de los objetos de que se carecía y la exportación de aquellos que abundaban, la necesidad introdujo el uso de la moneda, porque las cosas indispensables a la vida son naturalmente difíciles de transportar.

Se convino en dar y recibir en los cambios una materia, que, además de ser útil por sí misma, fuese fácilmente manejable en los usos habituales de la vida; y así se tomaron el hierro, por ejemplo, la plata, u otra sustancia análoga, cuya dimensión y cuyo peso se fijaron desde luego, y después, para evitar la molestia de continuas rectificaciones, se las marcó con un sello particular, que es el signo de su valor.

Con la moneda, originada por los primeros cambios indispensables, nació igualmente la venta, otra forma de adquisición excesivamente sencilla en el origen, pero perfeccionada bien pronto por la experiencia, que reveló cómo la circulación de los objetos podía ser origen y fuente de ganancias considerables.
He aquí cómo, al parecer, la ciencia de adquirir tiene principalmente por objeto el dinero, y cómo su fin principal es el de descubrir los medios de multiplicar los bienes, porque ella debe crear la riqueza y la opulencia.

Esta es la causa de que se suponga muchas veces, que la opulencia consiste en la abundancia de dinero, como que sobre el dinero giran las adquisiciones y las ventas; y sin embargo, este dinero no es en sí mismo más que una cosa absolutamente vana, no [33] teniendo otro valor que el que le da la ley, no la naturaleza, puesto que una modificación en las convenciones que tienen lugar entre los que se sirven de él, puede disminuir completamente su estimación y hacerle del todo incapaz para satisfacer ninguna de nuestras necesidades.

En efecto, ¿no puede suceder que un hombre, a pesar de todo su dinero, carezca de los objetos de primera necesidad?, y ¿no es una riqueza ridícula aquella cuya abundancia no impide que el que la posee se muera de hambre?{15} Es como el Midas de la mitología que, llevado de su codicia desenfrenada, hizo convertir en oro todos los manjares de su mesa.

Así que con mucha razón los hombres sensatos se preguntan si la opulencia y el origen de la riqueza están en otra parte, y ciertamente la riqueza y la adquisición naturales, objeto de la ciencia doméstica, son una cosa muy distinta.

El comercio produce bienes, no de una manera absoluta, sino mediante la conducción aquí y allá de objetos que son preciosos por sí mismos.

El dinero es el que parece preocupar al comercio, porque el dinero es el elemento y el fin de sus cambios; y la fortuna, que nace de esta nueva rama de adquisición, parece no tener realmente ningún límite.

La medicina aspira a multiplicar sus curas hasta el infinito, y como ella todas las artes colocan en el infinito el fin a que aspiran y pretenden alcanzarlo empleando todas sus fuerzas. Pero, por lo menos, los medios que les conducen a su fin especial son limitados, y este fin mismo sirve a todas de límite.

Lejos de esto, la adquisición comercial no tiene por fin el objeto que se propone, puesto que su fin es precisamente una opulencia y una riqueza indefinidas.

Pero si el arte de esta riqueza no tiene límites, la ciencia doméstica los tiene, porque su objeto es muy diferente. Y así podría creerse a primera vista, que toda riqueza, sin excepción, tiene necesariamente límites. Pero ahí están los hechos para probarnos lo contrario: todos los negociantes ven acrecentarse su dinero sin traba ni término.
Estas dos especies de adquisición tan diferentes, emplean el mismo capital a que ambas aspiran, aunque con miras muy distintas, pues que la una tiene por objeto el acrecentamiento [34] indefinido del dinero, y la otra otro muy diverso; esta semejanza ha hecho creer a muchos, que la ciencia doméstica tiene igualmente la misma extensión, y están firmemente persuadidos de que es preciso a todo trance conservar o aumentar hasta el infinito la suma de dinero que se posee.

Para llegar a conseguirlo, es preciso preocuparse únicamente del cuidado de vivir, sin curarse de vivir como se debe<. No teniendo límites el deseo de la vida, se ve uno directamente arrastrado a desear, para satisfacerle, medios que no tiene.

Los mismos que se proponen vivir moderadamente, corren también en busca de goces corporales, y como la propiedad parece asegurar estos goces, todo el cuidado de los hombres se dirige a amontonar bienes, de donde nace esta segunda rama de adquisición de que hablo.

Teniendo el placer necesidad absoluta de una excesiva abundancia, se buscan todos los medios que pueden procurarla<. Cuando no se pueden conseguir éstos con adquisiciones naturales, se acude a otras, y aplica uno sus facultades a usos a que no estaban destinadas por la naturaleza.

Y así, el agenciar dinero no es el objeto del valor, que sólo debe darnos una varonil seguridad; tampoco es el objeto del arte militar ni de la medicina, que deben darnos, aquél la victoria, ésta la salud; y sin embargo, todas estas profesiones se ven convertidas en un negocio de dinero, como si fuera éste su fin propio, y como si todo debiese tender a él. Esto es lo que tenía que decir sobre los diversos medios de adquirir lo superfluo; habiendo hecho ver lo que son estos medios, y cómo pueden convertirse para nosotros en una necesidad real.

En cuanto al arte que tiene por objeto la riqueza verdadera y necesaria, he demostrado que era completamente diferente del otro, y que no es más que la economía natural, ocupada únicamente con el cuidado de las subsistencias; arte que, lejos de ser infinito como el otro, tiene, por el contrario límites positivos.

Esto hace perfectamente clara la cuestión que al principio proponíamos; a saber, si la adquisición de los bienes es o no asunto propio del jefe de familia y del jefe del Estado. Ciertamente es indispensable suponer siempre la preexistencia de estos bienes.

Así como la política no hace a los hombres, sino que los toma como la naturaleza se los da, y se limita a servirse de ellos; en igual forma a la naturaleza toca suministrarnos los primeros [35] alimentos que proceden de la tierra, del mar o de cualquier otro origen, y después queda a cargo del jefe de familia disponer de estos dones, como convenga hacerlo; así como el fabricante no crea la lana, pero debe saber emplearla, distinguir sus cualidades y sus defectos, y conocer la que puede o no servir.

También podría preguntarse cómo es que mientras la adquisición de bienes forma parte del gobierno doméstico, no sucede lo mismo con la medicina, puesto que los miembros de la familia necesitan tanto la salud como el alimento o cualquier otro objeto indispensable para la vida. He aquí la razón: si por una parte el jefe de familia y el jefe del Estado deben ocuparse de la salud de sus administrados, por otra parte este cuidado compete, no a ellos, sino al médico. De igual modo lo relativo a los bienes de la familia hasta cierto punto compete a su jefe, pero bajo otro no, pues no es él y sí la naturaleza quien debe suministrarlos.

A la naturaleza, repito, compete exclusivamente dar la primera materia. A la misma corresponde asegurar el alimento al ser que ha creado, pues en efecto, todo ser recibe los primeros alimentos del que le transmite la vida; y he aquí por qué los frutos y los animales forman una riqueza natural, que todos los hombres saben explotar.
Siendo doble la adquisición de los bienes, como hemos visto, es decir, comercial y doméstica, ésta necesaria y con razón estimada, y aquélla con no menos motivo despreciada{16}, por no ser natural y sí sólo resultado del tráfico, hay fundado motivo para execrar la usura, porque es un modo de adquisición nacido del dinero mismo, al cual no se da el destino para que fue creado. El dinero sólo debía servir para el cambio, y el interés, que de él se saca, le multiplica, como lo indica claramente el nombre que le da la lengua griega. Los padres en este caso son absolutamente semejantes a los hijos. El interés es dinero producido por el dinero mismo; y de todas las adquisiciones es esta la más contraria a la naturaleza.[36]
———

{12} Como observa Tucídides (lib. I, cap. V), el hacer esto no era una cosa deshonrosa en los primeros tiempos de la Grecia.

{13} Sin duda Aristóteles se refiere a aquellos insectos cuyos huevos son demasiado pequeños para poderse descubrir a simple vista.

{14} Principio de las causas finales de que Aristóteles hace un uso muy frecuente.

{15} Montesquieu observa, que las inmensas cantidades de oro y plata del nuevo mundo no impidieron que España cayera en la miseria, ocasionada por una multitud de causas.

{16} Platón ha explicado con gran claridad y con más moderación que Aristóteles las causas del desprecio en que cayó en general el comercio.
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Proyecto Filosofía en español
© 2005 www.filosofia.org Patricio de Azcárate · Obras de Aristóteles
Madrid 1874, tomo 3, páginas 28-35

La Política, índice


*

En:

http://www.filosofia.org/cla/ari/azc03.htm

Aristóteles· Política
Libro I· II· III· IV· V· VI· VII· VIII
Patricio de Azcárate· Obras de Aristóteles· volumen 3· Madrid 1874

Biblioteca Filosófica. Aristóteles. Política. Obras filosóficas de Aristóteles. Obras de Aristóteles, puestas en lengua castellana por D. Patricio de Azcárate, socio correspondiente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas y de la Academia de la Historia. Madrid [1874], Medina y Navarro, Editores. Calle del Rubio, núm. 25. (Imprenta de la Biblioteca de Instrucción y Recreo, Rubio 25, Madrid.) 302 páginas.

Índice y sumario

Observaciones acerca del orden en que aparecen colocados los libros de la Política de Aristóteles, 7

La Política

Libro primero
De la sociedad civil. De la esclavitud.
De la propiedad. Del poder domestico
.

Capítulo primero. Origen del Estado y de la sociedad.

La sociedad es un hecho natural. – Elementos de la familia; el marido y la mujer, el señor y el esclavo. – El pueblo se forma mediante la asociación de familias. – El Estado se forma mediante la asociación de pueblos: es el fin de todas las demás asociaciones: el hombre es un ser esencialmente sociable. – Superioridad del Estado sobre los individuos; necesidad de la justicia social, 17

Capítulo II. De la esclavitud.

Opiniones diversas en pro y en contra de la esclavitud: opinión de Aristóteles; necesidad de instrumentos sociales; necesidad y utilidad del poder de la obediencia. – La superioridad y la inferioridad naturales determinan la existencia de los señores de los esclavos: la esclavitud natural es necesaria, justa y útil; el derecho de la guerra no puede fundar la esclavitud. – Ciencia del señor; ciencia del esclavo, 21

Capítulo III. De la adquisición de los bienes.

De la propiedad natural y de la artificial. – Teoría de la adquisición de los bienes; la adquisición de los bienes no afecta directamente a la economía doméstica, que emplea los bienes, pero no los crea. – Diversos modos de adquirir: la agricultura, el pastoreo, la caza, la pesca, la piratería &c. Todos estos modos constituyen la adquisición natural. – El comercio es un modo de adquisición que no es natural; doble valor de las cosas, uso y cambio; necesidad y utilidad de la moneda: la venta; codicia insaciable del comerciante; reprobación de la usura, 28

Capítulo IV. Consideraciones prácticas sobre la adquisición de bienes.

Riqueza natural, riqueza artificial; explotación de los bosques y de las minas como una tercera especie de riqueza. – Autores que han escrito sobre estas materias: Carés de Paros y Apolodoro de Lemnos. – Especulaciones ingeniosas y seguras para adquirir fortuna: especulación de Tales; monopolios utilizados por los particulares y por los Estados, 36

Capítulo V. Del poder doméstico.

Relaciones del marido a la mujer y del padre a los hijos. – Virtudes particulares y generales del esclavo, de la mujer y del hijo. – Diferencia profunda entre el hombre y la mujer: error de Sócrates: trabajos estimables de Gorgias. – Cualidades del obrero. Importancia de la educación de las mujeres y de los hijos, 38

Libro segundo

Examen crítico de las teorías anteriores
y de las principales constituciones


Capítulo primero. Examen de La República de Platón.

Crítica de sus teorías sobre la comunidad de las mujeres y de los hijos. – La unidad política tal como la concibe Platón, es una quimera, y destruiría el Estado, lejos de fortificarle. – Indiferencia que ordinariamente, tienen los asociados respecto de las propiedades comunes; imposibilidad de ocultará los ciudadanos los lazos de familia que los unen; peligros de ignorarlos; crímenes contra naturaleza; indiferencia de unos ciudadanos para con otros. – Condenación absoluta de este sistema, 43

Capítulo II. Continuación del examen de La República de Platón.

Crítica de sus teorías sobre la comunidad de bienes; dificultades generales que nacen de la mancomunidad, cualquiera era que ella sea. – La benevolencia recíproca de los ciudadanos puede, hasta cierto punto, reemplazar la mancomunidad, y vale mas que ella; importancia del sentimiento de propiedad; el sistema de Platón sólo tiene una apariencia seductora; es impracticable, y no tiene las ventajas que su autor dice. – Observaciones críticas sobre la posición excepcional de los guerreros y sobre la perpetuidad de las magistraturas, 49

Capítulo III. Examen del Tratado de las Leyes de Platón.

Relaciones y diferencias entre las Leyes y la República. – Observaciones críticas: el número de guerreros es excesivo, y no se toma en cuenta para nada la guerra exterior; falta de claridad y de precisión en lo relativo a los límites de la propiedad; olvido en lo concerniente al número de hijos; no se advierte en Fidon este vacío; el carácter general de la constitución propuesta en las Leyes es sobre todo oligárquico, como lo prueba el modo de elección los magistrados, 54

Capítulo IV. Examen de la Constitución propuesta por Faleas de Calcedonia.

De la igualdad de bienes; importancia de esta ley política; la igualdad de los bienes lleva consigo la igualdad de educación. – Insuficiencia de este principio. – Faleas nada ha dicho de las relaciones de su ciudad con los Estados vecinos: es preciso extender la igualdad de bienes hasta los muebles, no limitarla a los bienes raíces. – Disposición de Fáleas sobre los artesanos, 58

Capítulo V. Examen de la Constitución ideada por Hipódamo de Mileto.

Análisis de esta constitución; división de las propiedades; edades, tribunal supremo de apelación; recompensa a los inventores de descubrimientos políticos; educación de los huérfanos de los guerreros. – Crítica de la división de las clases y de la propiedad; crítica del sistema propuesto por Hipódamo respecto al tribunal de apelación; cuestión relativa a las innovaciones en materia política; es conveniente dejar de hacer innovaciones, para no debilitar el respeto debido a la ley, 62

Capítulo VI. Examen de la Constitución de Lacedemonia.

Crítica de la organización de la esclavitud en Esparta; vacío de la legislación lacedemoniana respecto a las mujeres. – Desproporción enorme de las propiedades territoriales causada por la imprevisión del legislador; consecuencias fatales. – Defectos en la institución de los éforos; defectos en la institución del senado; defectos en la institución del reinado. – Organización viciosa de las comidas comunes. – Los almirantes tienen demasiado poder. – Esparta, según Platón , sólo ha desarrollado la virtud guerrera. – Organización defectuosa de las rentas públicas, 67

Capítulo VII. Examen de la Constitución de Creta.

Sus relaciones con la constitución de Lacedemonia; admirable posición de Creta; siervos, Cosmos, Senado; la organización de las comidas públicas y comunes es mejor en Creta que en Esparta. – Costumbres viciosas de los cretenses autorizadas por el legislador; desórdenes monstruosos del gobierno cretense, 73

Capítulo VIII. Examen de la Constitución de Cartago.

Su mérito probado por la tranquilidad interior que ha disfrutado y la estabilidad del Estado; analogías entre la constitución de Cartago y la de Esparta. – Defectos de constitución cartaginesa; demasiado poder de las magistraturas; estimación exagerada de la riqueza; acumulación de empleos; la constitución cartaginesa no es bastante fuerte para que el Estado pueda soportar un contratiempo, 76

Capítulo IX. Consideraciones acerca de varios legisladores.

Solon: verdadero espíritu de sus reformas. – Zaleuco, Carondas, Onomacrito; Filolao, legislador de Tebas; ley de Carondas contra los testigos falsos; Dracon, Pitaco, Androdamas, 79

Libro tercero
Del Estado y del ciudadano.
Teoría de los gobiernos y de la soberanía. Del reinado


Capítulo primero. Del Estado y del ciudadano.

Condiciones necesarias para ser ciudadano: el domicilio no basta; el carácter distintivo del ciudadano es la participación en las fusiones de juez y de magistrado: esta definición general varía según los gobiernos, y se aplica principalmente al ciudadano de la democracia; insuficiencia de las definiciones que ordinariamente se dan. – De la identidad del Estado en sus relaciones con los ciudadanos; la identidad del suelo no constituye la identidad del Estado; el Estado varía con la constitución misma, 83

Capítulo II. Continuación del mismo asunto.

La virtud del ciudadano no se confunde con la del hombre privado; el ciudadano está siempre en relación con el Estado. La virtud del individuo es absoluta, sin que las relaciones exteriores la limiten; estas dos virtudes no se confunden en la república perfecta: sólo se dan reunidas en el magistrado digno de mandar; cualidades muy diversas que exigen el mando y la obediencia, bien que el buen ciudadano debe saber igualmente obedecer que mandar; la virtud especialmente propia del mando es la prudencia, 88

Capítulo III. Conclusión del asunto anterior.

Los artesanos no pueden ser ciudadanos en un Estado bien constituido; excepciones diversas a este principio; posición de los artesanos en las aristocracias y en las oligarquías; necesidades a que los Estados deben someterse a veces. – Concepto definitivo del ciudadano, 92

Capítulo IV. División de los gobiernos y de las constituciones.

Idea general y fin del Estado; el amor instintivo de la vida y la sociabilidad en el hombre; el poder, en la comunión política, debe tener siempre por mira el bien de los administrados. según este principio, se dividen los gobiernos en gobiernos de interés general, que son los buenos, y gobiernos de intereses particular, que son los corrompidos, 94

Capítulo V. División de los gobiernos.

Gobiernos puros: reinado, aristocracia, república; gobiernos corrompidos: tiranía, oligarquía, demagogia. – Las objeciones que se hacen a esta división general, se apoyan en hipótesis y no en hechos. – Disentimiento de los ricos y de los pobres sobre la justicia y el derecho políticos; unos y otros ven tan solo una parte de la verdad. – Noción exacta y esencial de la ciudad y de a asociación política que tienen principalmente en cuenta la virtud y la felicidad de los asociados, no tan sólo la vida común. Solución general del litigio entre la riqueza y la pobreza, 96

Capítulo VI. De la soberanía.

El gobierno del Estado puede ser profundamente injusto; pretensiones recíprocas e igualmente inicuas de la mayoría y de la minoría. – Argumentos diversos en favor de la soberanía popular, y enumeración de los objetos a que pueden extenderse; objeciones a estos argumentos y respuesta a estas objeciones. – La soberanía debe residir en las leyes fundadas en la razón; estrecha relación entre las leyes y la constitución, 101

Capítulo VII. Continuación de la teoría de la soberanía.

Para saber a quien pertenece la soberanía, deben tenerse en cuenta las condiciones verdaderamente políticas, y no otras, cualesquiera que ellas sean: la nobleza, la libertad, la fortuna, la justicia, el valor militar, la ciencia, la virtud. – Insuficiencia de las pretensiones exclusivas: la igualdad es, en general, el fin que el legislador debe proponerse a fin de conciliar aquellas, 106

Capítulo VIII. Continuación de la teoría de la soberanía.

Excepción al principio de igualdad en favor del hombre superior; origen y justificación del ostracismo; uso del ostracismo en los gobiernos de todas clases; el ostracismo no es posible en la ciudad perfecta; el Estado debe someterse al hombre superior; apoteosis del genio, 110

Capítulo IX. Teoría del reinado.

De la utilidad o de los peligros de esta forma de gobierno. – Cinco especies diversas de reinado, que debe ser siempre legal: la primera especie no es más que un generalato vitalicio; la segunda es la que tienen ciertos pueblos bárbaros, y se aproxima a la tiranía por lo ilimitado de su poder; la tercera comprende las esimenetías o tiranías voluntarias consentidas por un tiempo más o menos largo; o la cuarta es el reinado de los tiempos heroicos; la quinta, en fin, es aquella en que el rey es dueño absoluto del poder a la manera que lo es el padre en el seno de la familia, 112

Capítulo X. Continuación de la teoría del reinado.

Las cinco especies pueden reducirse a dos principales. – Del reinado absoluto: vale más encomendar el poder a un sólo individuo que a las leyes hechas por ciudadanos ilustrados y hombres de bien. – Argumentos en pro y en contra del reinado absoluto; la aristocracia es muy preferible; causas que han producido el establecimiento y después la ruina de los reinados. – La sucesión hereditaria del poder real no es admisible. – De la fuerza pública puesta a disposición del reinado, 115

Capítulo XI. Conclusión de la teoría del reinado.

Superioridad de la ley; aun cuando ésta disponga siempre de una manera general, vale más que el poder arbitrario de un individuo; auxiliares precisos de que el monarca ha de servirse siempre para poder ejercer la autoridad; condenación en general del reinado absoluto. Única excepción en favor del genio. – Fin de la teoría del reinado, 118

Capítulo XII. Del gobierno perfecto o de la aristocracia, 122

Libro cuarto
Teoría general de la ciudad perfecta


Capítulo primero. De la vida perfecta.

Teoría de la república perfecta. Indagación preliminar de la vida mas perfecta; división de los bienes de que el hombre puede gozar; bienes exteriores bienes del alma: superioridad de estos últimos; la felicidad está siempre en proporción de la virtud; los hechos y la razón lo prueban, 125

Capítulo II. De la felicidad con relación al Estado.

¿La felicidad tiene los mismos elementos cuando se trata del Estado que cuando del individuo? Ventajas e inconvenientes de la dominación; ejemplos diversos de algunos pueblos que siempre la han ambicionado; condenación de este sistema político; la conquista no debe ser la aspiración de la ciudad, 128

Capítulo III. De la vida política.

Examen de las opiniones que recomiendo proscriben la vida política; la actividad es el verdadero fin de la vida, lo mismo para los individuos que para el Estado; la verdadera actividad es la del pensamiento, que prepara y rige los actos exteriores, 131

Capítulo IV. De la extensión que debe tener el Estado.

De la extensión que el Estado perfecto debe tener; hay límites que no deber traspasarse; aunque no se deba fijar un número exacto de ciudadanos, es preciso que sea tal, que pueda bastar a todas las necesidades de la vida común, y no sea tan excesivo que puedan los ciudadanos evitar la vigilancia de la autoridad: peligros de una excesiva población, 133

Capítulo V. Del territorio del estado perfecto.

Condiciones militares que debe reunir: la ciudad debe de ser marítima; medios seguros de sacar partido de la proximidad del mar; peligros de la preocupación exclusiva del comercio marítimo; Precauciones que el legislador debe tomar para que las relaciones marítimas no perjudiquen al buen orden de la ciudad, 135

Capítulo VI. De las cualidades naturales que deben tener los ciudadanos en la república perfecta

Caracteres diversos de los pueblos según el clima; diversidad de sus instituciones políticas. – Superioridad incontestable de la raza griega; un pueblo debe tener a la vez inteligencia y valor; papel notable que desempeña el corazón en la vida humana, 137

Capítulo VII. De los elementos indispensables a la existencia de la ciudad.

Son de seis especies: subsistencias, artes, armas, rentas públicas, sacerdocio, y gestión de los intereses generales y decisión de los juicios; sin estos elementos la ciudad no puede subsistir ni ser independiente, 139

Capítulo VIII. Elementos políticos de la ciudad.

Reducción de los mismos a dos en el gobierno perfecto; son ciudadanos únicamente los que empuñan las armas y tienen derecho a votar en la asamblea pública; exclusión de todos los artesanos; los bienes raíces deben pertenecer sólo a los ciudadanos; entre los ciudadanos, las armas deben confiarse a la juventud; las funciones públicas, a los de edad madura, y el sacerdocio a los ancianos, 141

Capítulo IX. Antigüedad de ciertas instituciones políticas.

Antigüedad de la división en castas y de las comidas en común; ejemplos del Egipto y de la Italia: de la división de la propiedad en la república perfecta; de la elección de esclavos, 143

Capítulo X. De la situación de la ciudad.

Condiciones que debe procurarse que tenga: la salubridad, las aguas; de las fortificaciones de la ciudad; necesita de murallas que sirvan de auxiliar al valor de sus habitantes; falsas teorías que se han expuesto sobre este punto; los progresos del arte de sitiar exigen que las ciudades sepan defenderse con tanta habilidad como la que pueda emplearse en el ataque, 145

Capítulo XI. De los edificios públicos y de la policía.

De los edificios consagrados al culto en la república perfecta; las comidas en común; de los magistrados; de las plazas públicas y de los gimnasios; de la policía de la ciudad; la policía rural debe organizarse poco más o menos de la misma manera, 148

Capítulo XII. De las cualidades que los ciudadanos deben tener en la república perfecta.

Condiciones generales de la felicidad; influencia de la naturaleza, de los hábitos y de razón; unión necesaria de estos tres elementos para constituir la felicidad del individuo y de la ciudad; es preciso que se dan reunidos en la ciudad perfecta, 149

Capítulo XIII. De la igualdad y de la diferencia entre los ciudadanos en la ciudad perfecta.

Subordinación natural según las diversas edades. – Las ocupaciones de la paz constituyen la vida verdadera de la ciudad; es preciso saber emplear convenientemente el tiempo de sobra; la cultura de la razón debe ser el principal objeto que se han de proponer el hombre en la vida y el legislador en la educación e los ciudadanos, 152

Capítulo XIV. De la educación de los hijos en la ciudad perfecta.

Cuidados que el legislador debe tomar en lo relativo a la generación; de la edad de los esposos; osos; condiciones indispensables para que la unión sea lo que debe de ser peligros de las uniones demasiado precoces; cuidados que deben tenerse con las mujeres en cinta; abandono de los hijos cuando son deformes o numerosos; el aborto; castigo de la infidelidad conyugal, 157

Capítulo XV. De la educación durante la primera infancia.

Cuidados higiénicos; ejercicios corporales. Debe evitarse el roce con los esclavos; debe proscribirse toda palabra o acción deshonesta delante de los niños; importancia de las primeras impresiones. – De cinco a siete años los niños deben asistir a las lecciones sin tomar parte en ellas; hay que distinguir dos épocas en punto a la educación; de los siete años a la pubertad; de la pubertad a los veintiún años, 161

Libro quinto
De la educación en la ciudad perfecta


Capítulo primero. Condiciones de la educación.

Importancia capital de esta cuestión; la educación debe de ser pública; diversidad de opiniones sobre los objetos que la educación debe comprender, generalmente si bien se está de acuerdo sobre el fin que debe proponerse, 165

Capítulo II. Cosas que debe comprender la educación.

Cosas que deben ser objeto de ella: las letras, la gimnástica, la música y el dibujo; límites en que debe encerrarse el estudio para los hombres libres. Del lugar que en otro tiempo ocupó la música en la educación; es una ocupación propia de los momentos de ocio, 166

Capítulo III. De la gimnástica como elemento de la educación.

De la utilidad de la gimnástica excesos cometidos en este punto por algunos gobiernos; no debe intentarse hacer que los ciudadanos sean atletas ni guerreros feroces; sólo debe procurarse dar al cuerpo robustez y destreza y al espíritu valor generoso; la experiencia de diversos pueblos basta para fijar con certidumbre los limites en que conviene encerrar la gimnástica; edad en que debe el hombre dedicarse a ella, 169

Capítulo IV. De la música como elemento de educación.

De la música; no todos están de acuerdo acerca de la naturaleza y utilidad de la música; si es un puro pasatiempo, se le puede obtener lo mismo oyendo a artistas de profesión que ejercitándose uno mismo; análisis de las diversas objeciones que se hacen al estudio de la música, 171

Capítulo V. Continuación de lo relativo a la música.

La música no es un mero placer; puede ejercer un gran influjo sobre las almas; diversos hechos que lo prueban; diferencia entre la música y las demás artes, particularmente la pintura; siendo incontestable el poder moral de la música, es preciso hacerla entrar en la educación; en este sentido es en el que es útil, 173

Capítulo VI. Continuación de lo relativo a la música.

Conviene que los niños practiquen la música; ventajas de esta ejecución; límites en que debe encerrarse se elección de instrumentos; no todos deben admitirse; proscripción de la flauta; diversas fases porque ha pasado el estudio de este instrumento; ha sido condenado por la misma Minerva, si hemos de dar crédito a la fábula, 176

Capítulo VII. Continuación de lo relativo a la música.

Elección de las armonías y de los ritmos, que deben entrar en la educación de los niños; los cantos son de tres especies: moral, animado, apasionado; los primeros son los que casi exclusivamente deben constituir esta enseñanza; el modo dórico es sobre todo el conveniente; crítica de lo dicho por Platón, 178

Libro sexto
De la democracia y de la oligarquía.
De los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial

Capítulo primero. De los deberes del legislador.

No debe limitarse el legislador a conocer el mejor gobierno posible; debe saber también mejorar en la práctica los elementos actuales de que puede disponer; de aquí nace para él la necesidad de conocer las diversas especies de constituciones y las leyes especiales que son esenciales a cada una de ellas, 183

Capítulo II. Resumen de lo precedente e indicación de lo que sigue.

Subordinación de los malos gobiernos; matices diversos de la democracia y de la oligarquía; la teoría de las revoluciones deberá ser la conclusión de esta obra, 185

Capítulo III. Relación de las constituciones con los elementos sociales.

La diferencia de constituciones nace de la diferencia misma de los elementos sociales; la pobreza y la riqueza dan origen a dos formas principales de constituciones, la democracia y la oligarquía. – Carácter esencial de la una y de la otra; el número no es su condición capital; es la fortuna. – Enumeración de las partes necesarias del Estado; crítica del sistema de Platón; todas las funciones sociales pueden acumularse; sólo la pobreza y la riqueza no pueden reunirse en las mismas manos, 187

Capítulo IV. Especies diversas de democracia.

Sus caracteres y sus causas; son cinco. – Influencia desastrosa de los demagogos en las democracias en que la ley ha cesado de ser soberana; tiranía del pueblo extraviado por sus aduladores, 192

Capítulo V. Especies diversas de oligarquía.

Son éstas cuatro. – Influencia general de las costumbres sobre la naturaleza del gobierno. – De las causas de las diversas especies de democracia y de oligarquía. – Examen de las formas de gobierno distintas de la democracia y de la oligarquía. – Algunas palabras sobre la aristocracia, 194

Capítulo VI. Idea general de la república.

Sus relaciones con la democracia. – Elementos que el Estado debe combinar: la libertad y la riqueza constituyen principalmente la república, mezclándose de diversos modos. – Relaciones de la república con la aristocracia, 198

Capítulo VII. Más sobre la república.

La república es una combinación de la oligarquía y de la democracia; medios diversos de hacer esta combinación. – Carácter de una verdadera república; ejemplo tomado del gobierno de Lacedemonia; la república debe sostenerse sólo por el amor de los ciudadanos, 200

Capítulo VIII. Breves consideraciones sobre la tiranía.

Sus relaciones con el reinado y la monarquía absoluta; siempre es un gobierno fundado en la violencia, 202

Capítulo IX. Continuación de la teoría de la república propiamente dicha.

Excelencia política de la clase media; diversas cualidades sociales que solamente ella presenta: es la verdadera base de la república. Esta forma de gobierno se encuentra raras veces, 203

Capítulo X. Principios generales aplicables a estas diversas especies de gobiernos.

Calidad y cantidad de los ciudadanos que gozan de derechos políticos; es necesario combinar con equidad los diversos elementos del Estado, y dar a cada cual su parte; ardides de la oligarquía; ardides contrarios de la democracia reglas que deben seguirse respecto de los pobres. Consideraciones históricas; Consideraciones históricas importancia creciente de la infantería procedente de las filas del pueblo, 207

Capítulo XI. Teoría de los tres poderes en cada clase de gobierno: poder legislativo.

Teoría de los tres poderes: legislativo o de la asamblea general, ejecutivo o de los magistrados, y judicial o de las tribunales. Organización del poder legislativo sus formas diversas en la democracia y en la oligarquía. De las sentencias judiciales encomendadas a la decisión de la asamblea general vicios del sistema actual, 211

Capítulo XII. Del poder ejecutivo.

De la organización de las magistraturas. Dificultades de esta cuestión idea general del magistrado su carácter distintivo diferencia en este respecto entre los grandes Estados y los pequeños: en los unos se pueden dividir las magistraturas en los otros es preciso con frecuencia reunirlas en una sola mano. Las magistraturas versan con las constituciones diferentes combinaciones según las cuales se pueden establecer los electores; los elegibles modo de nombramiento matices diversos según las diversas constituciones, 214

Capítulo XIII. Del poder judicial.

De la organización de los tribunales su personal sus atribuciones su modo de formación; especies diversas de tribunales; nombramiento de los jueces; formas distintas según la diversidad de constituciones, 220

Libro séptimo
De la organización del poder en la democracia
y en la oligarquía


Capítulo primero. De la organización del poder en la democracia.

Consecuencias que se desprenden del principio de la democracia; aplicaciones más o menos completas que pueden hacerse. Carácter de la democracia la libertad del turno en el poder y de la independencia absoluta de las acciones individuales como consecuencia de aquella organización especial del poder en la democracia; la asamblea general; el Senado; retribución de los funcionarios; de la igualdad democrática, 223

Capítulo II. Organización del poder en la democracia: continuación.

El pueblo agricultor es el más acomodado para la democracia; instituciones que convienen al mismo; leyes hechas en algunos Estados para favorecer la agricultura. De los Pueblos pastores. – De la demagogia extrema; medios propios de la misma, 228

Capítulo III. Continuación de lo relativo a la organización del poder en la democracia.

Condiciones necesarias para la duración de las democracias: no exagerar las consecuencias del Principio democrático; evitar la opresión de los ricos y las confiscaciones en Provecho del tesoro público; procurar proporcionar al pueblo un bienestar general. Medios empleados por algunos gobiernos, 232

Capítulo IV. De la organización del poder en las oligarquías.

Las bases son generalmente las opuestas a las de la democracia; condiciones diversas del censo. La administración de las oligarquías exige mucha prudencia, porque su principio es malo; necesidad del orden debido; relación de las diversas formas o grados de la oligarquía con la composición del ejercito. – Los oligarcas deben hacer ciertos gastos; faltas que cometen las más de las oligarquías, 234

Capítulo V. De las diversas magistraturas indispensables o útiles a la ciudad.

Objetos a que se aplican estas magistraturas: el mercado la limpieza y mantenimiento de calles y caminos & c.; los campos; las rentas del Estado; los actos y contratos; la ejecución de las sentencias; los negocios militares; el ajuste de las cuentas públicas; presidencia de la asamblea general; el culto religioso y civil; inspección de las mujeres y de los jóvenes. Fin de la teoría sobre la organización del Poder, 236

Libro octavo
Teoría general de las revoluciones


Capítulo primero. Procedimientos de las revoluciones.

Teoría de las revoluciones; su lugar en esta obra; causa general de la diversidad de constituciones: la necesidad de igualdad mal comprendida. – Procedimientos generales de las revoluciones; se dirigen ya a las cosas, ya a las personas. – De la igualdad positiva y de la igualdad proporcional; la república tiene en especial probabilidades de estabilidad, 243

Capítulo II. Causas diversas de las revoluciones.

Disposición de los espíritus; fin de las revoluciones; circunstancias determinantes; estas circunstancias son muy complejas; el ansia de riquezas y de honores, el insulto, el miedo, el desprecio, el aumento desproporcionado de una clase las cábalas, a negligencia, las causas imperceptibles, la diversidad de origen. Citas históricas en apoyo de estas consideraciones, 246

Capítulo III. Continuación de la teoría precedente.

Las causas verdaderas de las revoluciones son siempre muy graves, pero la ocasión puede ser fútil; la igualdad de los partidos produce muchas veces las revoluciones; procedimientos empleados ordinariamente por los revolucionarios, 251

Capítulo IV. De las causas de las revoluciones en las democracias.

El carácter turbulento de los demagogos es la más común, como lo prueba la historia. De los demagogos que son al mismo tiempo jefes del ejército; peligros que tiene el reunir grandes atribuciones en una misma mano; utilidad y ventaja del voto por fracciones en lugar del voto en masa, 254

Capítulo V. De las causas de las revoluciones en las oligarquías.

División entre los mismos oligarcas: los que se ven excluidos del poder se sublevan, y a veces se hacen demagogos; conducta de los oligarcas que no saben conservar su propia fortuna; causas de las revoluciones en la oligarquía en tiempo de guerra; violencias de unos oligarcas contra otros; circunstancias accidentales. – Las oligarquías y las democracias se convierten raras veces en los gobiernos contrarios, 256

Capítulo VI. De las causas de las revoluciones en las aristocracias.

Minoría demasiado limitada de los miembros del gobierno; infracción del derecho constitucional; influencia de los dos partidos contrarios, que exageran su principio; fortuna excesiva de los principales ciudadanos; causas imperceptibles; causas exteriores de destruccion. Fin de la teoría de las revoluciones en los Estados republicanos, 260

Capítulo VII. Medios generales de conservación y de prosperidad, en los Estados democráticos, oligárquicos y aristocráticos.

Respeto a las leyes; franqueza en las cosas políticas; corta duración de las funciones; inspección activa ejercida por todos los ciudadanos; revisión frecuente del censo; precauciones que deben tomarse contra las notabilidades políticas; inspección de las costumbres de los ciudadanos; integridad de los funcionarios públicos; concesión de los empleos poco importantes al pueblo; amor de la mayoría de los ciudadanos a la constitución; moderación en el ejercicio del poder; esmero en lo relativo a la educación pública, 263

Capítulo VIII. De las causas de revolución y de conservación en las monarquías.

Diferencia entre el rey y el tirano; las causas de revolución en las monarquías son idénticas en parte a las de las repúblicas; conspiraciones contra las personas y contra el poder; insultos hechos por los tiranos; influencia del miedo y sobre todo del desprestigio; conspiraciones tramadas por el deseo de la gloria; ataques exteriores contra la tiranía; ataques de sus propios partidarios; causas de ruina para el reinado; peligros de la sucesión hereditaria, 271

Capítulo IX. De los medios de conservación en los Estados monárquicos.

El reinado se salva por la moderación. Las tiranías tienen dos sistemas muy diferentes para sostenerse: la violencia unida a la astucia y la buena administración; examen del primer sistema: sus vicios; examen del segundo sistema: sus ventajas; retrato del tirano; duración de las diversas tiranías; datos históricos, 278

Capítulo X. Crítica de la teoría de Platón sobre las revoluciones.

Errores cometidos por Platón con relación al orden en que se suceden más comúnmente los diversos gobiernos; Platón ha reducido a límites demasiado estrechos la cuestión, 286
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Nota sobre esta edición digital (mayo de 2005)
Esta edición del texto en español de la Política de Aristóteles, en versión de Patricio de Azcárate, que ofrece libremente por internet el Proyecto Filosofía en español, se ha realizado directamente a partir de un ejemplar de la edición impresa, Madrid 1874. Se hace figurar entre corchetes el número y el lugar donde continúa el texto en cada página de esa edición impresa. Se han renumerado correlativamente las 203 notas puestas al texto de Aristóteles (que en la versión impresa van referidas a cada página). Se reproduce con la mayor fidelidad el texto ofrecido por Azcárate, en el que sólo se ha españolizado su forma de transcribir algunos nombres clásicos. Para cuanto tiene que ver con la ordenación de los libros en esta edición y otras circunstancias remitimos al lector al informe:

Versiones de la Política de Aristóteles en español desde 1509
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Proyecto Filosofía en español
© 2005 www.filosofia.org Patricio de Azcárate · Obras de Aristóteles
Madrid 1874, tomo 3, portada y páginas 289-301