Usualmente las negrillas y subrayados son nuestros.

jueves, junio 21, 2007

Sobre el Dinero

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Este trabajo podría llamarse con propiedad "sobre el dinero". Su autor Alfred Marshall desarrolla la lógica de los teóricos de la utilidad y refleja en el razonamiento que la Economía es una ciencia que tiene más relación con la Sociología, la Historia, la Filosofía que con la Matemática. Y esto dicho por un marginalista como Marshall y a quien se reputa como uno de los constructores de la "Economía Matemática".

Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Alfred Marshall

Cap. IV, del Libro 1, de la obra Money Credit and Commerce, Londres, 1923.


1. Funciones del dinero

El dinero, o moneda corriente, se desea como un medio para lograr un fin; sin embargo, en este caso no es de aplicación la regla general de que cuanto mayores sean los medios de que se dispongan para cumplir un fin determinado mejor se logrará éste. Puede, pues, compararse al aceite necesario para que una máquina funcione fácilmente. Una máquina no puede funcionar a menos que se engrase, de lo que un novicio pudiera inferir que cuanto más aceite ponga mejor funcionará, pero, en realidad, si se pone más aceite del necesario la máquina quedará obstruida.
De la misma manera, un aumento excesivo de dinero disminuye el crédito de éste, e incluso puede hacerlo dejar de circular.
A primera vista puede parecer que esta analogía es algo artificiosa. Pero debemos tener en cuenta lo siguiente:

El dinero no se desea por sí mismo, sino porque su posesión proporciona una disponibilidad inmediata de poder adquisitivo general en forma adecuada. Un billete de ferrocarril se desea por la utilidad del viaje a que da derecho. Si las compañías de ferrocarril ajustan sus billetes a la longitud de los trayectos respectivos, un billete que proporcione un viaje largo es más deseable que el que sólo da derecho a uno corto; y en el caso de que las longitudes de todos los viajes se duplicaran, este aumento de longitudes ocasionaría únicamente una perturbación muy pequeña. De igual manera, un aumento en el volumen de dinero de un país, permaneciendo iguales los demás factores, rebajará proporcionalmente el valor de cada unidad. De hecho, si existe el peligro de que dicho aumento se repita, el valor de cada unidad puede descender en mayor proporción que el aumento ya verificado.

Así como el billete de ferrocarril se valora de acuerdo con la longitud del viaje a que da derecho, así el dinero se valora según la cantidad de poder adquisitivo inmediato que proporcione. Si una ampliación de las ventajas así obtenidas pudiera adquirirse sin esfuerzo, todos podrían conservar una mayor cantidad de poder adquisitivo a mano en forma de dinero. Pero el dinero que se conserva de esta manera no produce ingresos; por tanto, todos (más o menos automática o instintivamente) pesan los beneficios que podrían obtener aumentando la cantidad de dinero que guardan en efectivo con los que lograrían invirtiendo alguna parte de la misma, bien en la adquisición de una cosa cualquiera -un abrigo o un piano, por ejemplo- de la que pudieran obtener algún beneficio, bien montando o participando en un negocio, o comprando un valor cotizable en bolsa que pueda proporcionarles un ingreso en dinero. Así se impide que el valor total del circulante que una nación tiene caiga muy por abajo, o suba muy por encima, de la cantidad de poder adquisitivo disponible que sus miembros desean tener en efectivo. y si entonces el descubrimiento de nuevas minas, o cualquier otra causa, aumenta considerablemente el acervo de dinero, el valor de éste desciende hasta que la caída determina que la adquisición de crecientes cantidades de oro deje de ser provechosa. Esto es, el valor de una moneda de oro, acuñada libremente, tiende a ligarse bastante estrechamente al coste de adquisición del oro que contiene.

Lo que un país desea no es determinada cantidad de dinero metálico (o de otra naturaleza), sino una cantidad de él que tenga un poder adquisitivo determinado. Sus existencias de oro en todo tiempo tienden a ser iguales a la cantidad que (a dicho valor) sea equivalente al poder adquisitivo que los individuos deseen conservar en forma de oro -bien en su propio poder, bien en el de los bancos- en unión de la cantidad que la industria del país quiera absorber a dicho valor.

Si el país tiene minas de oro propias, el monto de su existencia oro se regulará por el coste de producción, sujeto a la influencia indirecta de las alteraciones de la demanda de exportación, etc. Si no tiene minas de oro, su acervo tenderá a ser tal que pueda absorberlo más o menos a la tasa de coste al que pueda fabricar y exportar mercancías que los países productores de oro acepten a cambio del metal. La forma que adopta este proceso la estudiaremos más tarde.

Si sus depósitos de oro están fijados por la propia naturaleza, si el oro se utiliza únicamente para la acuñación de moneda, y todos los demás medios de cambio son en efecto pedidos por cierta cantidad de oro, entonces el valor total de este oro sería siempre el mismo, cualquiera que fuera su cantidad. Pero el oro pasa generalmente de un país a otro con plena libertad, y, por consiguiente, la existencia que cada país tiene del mismo se ajusta a la demanda que exista para acuñación o para otros usos.

El poder adquisitivo del oro dentro de cada territorio debe estar en tal relación respecto a su poder adquisitivo en los demás países, que ni sus exportadores ni sus importadores encuentren una ventaja considerable en sustituir el oro, en gran escala, por otros productos. Por tanto, las reservas de oro nunca difieren mucho, durante un tiempo considerable, de las cantidades necesarias para conservar el nivel general de precios en armonía con el de otros países, teniendo en cuenta, cuando esto sea preciso, el coste de transporte y los impuestos de aduana.

Desde luego, la demanda total de cada metal precioso está constituida por la demanda para su uso como moneda y por la demanda para usos industriales y personales. Estos incluyen los servicios de mesa de plata y plateados, los artículos de oro como los relojes y cadenas, el dorado de marcos de retratos y cuadros, etcétera. Cada una de estas demandas tiene su propia ley de variación. Cuanto más difícil sea la obtención de la plata, menos uso se hará de ella en cada país, pero su poder de facultar a una persona para hacer compras considerables con ella se aumentará con el alza de su valor. Muchas personas suelen llevar consigo, y conservar en sus casas, un peso mayor de moneda de plata que de cobre porque muchas de sus necesidades no pueden ser satisfechas con el gasto de unas cuantas monedas de esta última clase. (1)

2) En tiempos anteriores solía afirmarse que el valor del oro y de la plata era "artificial". Pero, de hecho, este valor está regulado, en cuanto a su oferta, por el coste de su obtención, y en cuanto a su demanda, por la necesidad de las gentes de poseer poder adquisitivo disponible basado en el oro y en la plata, junto con la demanda de estos metales para fines industriales y personales.

La observación de que el valor de una moneda se eleva con frecuencia sobre el del metal que contiene, induce a pensar que el valor del dinero es, realmente, un valor "artificial"; es decir, debido a un convencionalismo, a una costumbre, o a cualquier otro esfuerzo imaginativo. Pasaron muchos siglos antes de que se prestara atención al fenómeno de que el valor de cada unidad monetaria de un volumen dado podía depender de la cantidad de funciones que la moneda debía desempeñar. Pero algo progresó el pensamiento humano en esta dirección, cuando, con alguna frecuencia, la irregularidad de la oferta natural de metales preciosos, o la negligencia excepcional de aquellos que eran los encargados de cuidar de la calidad de la moneda, provocaban, o amenazaban con provocar, grandes cambios en los precios en general. Las discusiones respecto al valor del dinero fueron muy vehementes -aunque desprovistas de buena información- en Inglaterra, cuando Enrique VIII envileció la moneda; igualmente, cuando las minas del Nuevo Mundo enviaron los primeros cargamentos importantes a Europa; y de nuevo alcanzaron gran actualidad en el siglo XVIII, cuando el comercio pedía un sistema de acuñación más exacto que los anteriores y cuando el pensamiento económico comenzaba a ser más sereno y más sólido.

Al fin se vio que las condiciones del país regían en todo momento la cantidad de poder adquisitivo disponible que era preciso en tal instante para el debido funcionamiento de la actividad económica. En una palabra, las condiciones generales del país imponen un determinado número de funciones a su moneda. Por consiguiente, cuanto mayor sea la cantidad de dinero, menor número de funciones tendrá que desempeñar cada parte de la cantidad total, y, por tanto, será menor la demanda efectiva de cada pieza acuñada y menor el valor de éstas. El paso próximo a realizar era tener también en cuenta la medida en que las funciones del dinero en sí mismo podían ser facilitadas por la ayuda del crédito. (2)

No obstante, hasta principios del siglo XIX no se emprendió en serio el estudio de las causas que regían el valor del dinero. El pensamiento humano había estado hasta entonces muy preocupado con averiguar las bases económicas de la seguridad política y las del bienestar general. Al fin, la perturbación violenta del crédito público y de los precios, causada por los destrozos y las perturbaciones de las guerras napoleónicas, determinó que un grupo de hombres de estudio y de hombres de negocios, capacitados y bien enterados, comenzaran a investigar de nuevo el problema, dejando ya poco trabajo a sus sucesores en cuanto se refiere a sus líneas fundamentales. (3)

Ricardo fue uno de los pensadores más influyentes y redactó sobre este tema su famoso informe sobre los metales preciosos (Bullion Report) en 1810. En él declara que "el dinero efectivo de un país depende de la velocidad de su circulación y del número de operaciones que realiza en un momento dado, tanto como de la cantidad acuñada; toda circunstancia que muestre una tendencia a apresurar o a retrasar el ritmo de la circulación hace que la misma cantidad de dinero sea más o menos adecuada para satisfacer las necesidades del comercio. Se requiere menor cantidad de dinero cuando el crédito público consigue un alto nivel de estimación que cuando la alarma obliga a los individuos a retirar sus anticipos y protegerse contra el peligro atesorando su dinero; y en un período de seguridad comercial y confianza privada que cuando la desconfianza origina el aplazamiento de toda operación monetaria hasta que vengan mejores tiempos. Pero, sobre todo, la misma cantidad de dinero será más o menos adecuada en relación a la habilidad que las grandes entidades prestamistas muestren en la administración y economía del medio circulante. . . El progreso que ha habido últimamente en este país, singularmente en el distrito de Londres, en relación con el empleo y economía del dinero entre los banqueros, y en la manera de concertarse los pagos comerciales. . . consiste principalmente en la utilización creciente de giros bancarios para los pagos generales en Londres; el artificio de reunir a diario todos los títulos bancarios en un local común donde son compensados unos con otros; la intervención de los agentes de letras comerciales; y algunas otras novedades en las' prácticas de los banqueros de Londres, han tenido el mismo efecto de hacer innecesaria para ellos la conservación de los grandes depósitos de dinero que antes estaban obligados aguardar". Esta concisa explicación sigue siendo exacta.

Sabemos que las existencias de oro y de plata del mundo occidental han aumentado rápidamente durante las últimas décadas, aunque no poseemos estadísticas definitivas al respecto. Pero parece ser que la producción anual de plata casi se ha decuplicado desde la mitad del siglo XIX.

El acervo de oro también se ha decuplicado entre 1840 y 1855, pero su aumento ha sido más lento durante los cuarenta años siguientes; últimamente ha vuelto a ser rápido. (4)

Mientras tanto, el uso del oro en la orfebrería ha aumentado mucho; y la parte considerable del mismo que se emplea en dorar queda inutilizada para nuevos empleos. Es posible, no obstante, que en el curso de algunos pocos siglos las existencias de oro lleguen a ser pequeñas y que su poder adquisitivo esté expuesto a grandes cambios debidos a pequeñas causas. En tal caso surgirán fuertes argumentos en pro de basar todos los pagos a largo plazo en unidades de medida de poder adquisitivo general que gocen de evidente autoridad.

En Inglaterra, una compra importante se realiza, generalmente, no por la transferencia de dinero, sino por la de un cheque (u otro documento) que proporciona un título sobre dinero. Por esta razón la demanda de dinero en Inglaterra no es típica de las condiciones generales, ni siquiera en el mundo occidental; pero, por ahora, hagamos caso omiso de la influencia que en los precios ejercen los cheques y otros documentos privados; más tarde se dirá algo al respecto.

3) El valor total de la circulación de un país, multiplicado por el número medio de veces que cambia de manos con fines comerciales en un año, es, evidentemente, igual a la cantidad total que importan las transacciones realizadas en dicho país por pagos directos en dinero en el citado año. Pero esta misma definición no indica las causas que gobiernan la rapidez de circulación del dinero; para descubrir éstas debemos considerar las cantidades de poder adquisitivo que los ciudadanos de tal país deciden conservar en forma de dinero.
Los hechos fundamentales son: 1) cada cambio en la rapidez de circulación de las mercancías tiende a originar un cambio correspondiente en la rapidez de circulación del dinero y de los sucedáneos de éste, y, 2), el principal de estos sucedáneos son los cheques y, en algunos casos, las letras de cambio. Pero los motivos que gobiernan la velocidad de circulación del dinero no son evidentes; consideremos, pues, cuáles pueden ser.
Aparecerá, al tratar de averiguarlos, que los cambios en la velocidad de circulación del dinero están ligados a los cambios en la cantidad de poder adquisitivo disponible que los ciudadanos de un país encuentran conveniente conservar en su propia posesión. Esta cantidad está gobernada por causas diversas, siendo fácil de comprender la principal de ellas. Es bien cierto que, relativamente, pocas personas analizan los motivos que les impulsan a obrar en tales materias, pero se advierten sugerencias implícitas de tales motivos en observaciones tales como: "he guardado una cantidad de dinero mayor de la que realmente necesito; podía haber usado parte de ella en comprar artículos de uso personal o en alguna inversión". Se producen reflexiones opuestas cuando una persona ha gastado o ha invertido casi todo el dinero que tiene a su disposición y no puede, por tanto, aprovechar una buena oportunidad cuando ésta se le presenta. O puede estar obligado a comprar a los comerciantes al por menor, que le cargan un precio alto y le surten géneros de inferior calidad, aprovechando la ventaja de conocer que no puede protestar, ya que en este caso le pueden perjudicar exigiéndole un pago inmediato. El consumidor puede, desde luego, vencer la dificultad obteniendo crédito de un banco, pero no siempre es posible utilizar este recurso. (5)

Esta exposición general indica la naturaleza general de la demanda de un país de poder adquisitivo disponible en forma de dinero; o, por lo menos, de disponibilidad inmediata de dinero, tal como se deriva de conservar una considerable suma de él en cuenta corriente en un banco.

Para precisar más este concepto, supongamos que los habitantes de un país, juntos unos con otros (e incluyendo, por tanto, todas las variedades de carácter y profesión) estiman que les vale la pena conservar en su poder, por término medio, un poder adquisitivo disponible equivalente al décimo de su ingreso anual, más la quinceava parte del valor de sus propiedades; entonces, el valor total de la moneda del país tenderá a ser igual a la suma de dichas cantidades. Supongamos que la suma de sus ingresos puede cifrarse en cinco millones de arrobas de trigo (en un año normal) y la de sus propiedades en veinticinco millones de la misma unidad. En este caso el valor total del dinero sería un millón de arrobas de trigo, porque, a dichos tipos, cada uno podría tener tanto poder adquisitivo disponible a su disposición como desee, después de compensar, unas con otras, las ventajas de una mayor disponibilidad inmediata y las desventajas de colocar una gran parte de sus recursos en forma que no pueda producirle ingreso directo ni otros beneficios. Si en dicha ocasión el total de dinero contiene un millón de unidades, cada una equivaldrá a una arroba; si contiene dos millones de unidades cada una equivaldrá a media arroba; etc.

Así, la posición es ésta: en cada estado de desarrollo de la sociedad hay una parte de su ingreso que los individuos estiman conveniente conservar en forma monetaria y que puede ser un quinto, un décimo o un vigésimo. Una mayor disponibilidad de recursos en forma de dinero les proporciona mayor facilidad y comodidad en sus negocios y les coloca en situación ventajosa para sus tratos, pero, por otra parte, les inutiliza recursos que pueden producirles un beneficio compensador si los emplean, por ejemplo, en adquirir un mayor número de muebles o artículos mejores, o un ingreso monetario si los invierten en nueva maquinaria o más ganado. En un estado primitivo de la sociedad, incluso en alguno tan avanzado como el de la India, sólo los ricos se preocupan de conservar una parte de sus recursos en efectivo. En Inglaterra, excepto los muy pobres, todos conservan una buena parte -la clase media inferior guarda una cantidad relativamente muy grande- en tanto que los muy ricos, que pagan todas sus compras por medio de cheques, guardan relativamente una muy pequeña. Pero, sea cual fuera el estado de desarrollo de una sociedad, existe un cierto volumen de recursos que las personas de todas las clases sociales, unas con otras, se cuidan de conservar en efectivo, y, en el caso de que todos los demás factores permanezcan iguales, existe tal relación directa entre la cantidad de dinero y el nivel de precios que, si una aumenta en un diez por ciento, el otro se eleva el mismo diez por ciento. Evidentemente, cuanto menor sea la proporción de sus recursos que los individuos guarden en efectivo más baja será la suma total de dinero, es decir, mayores serán los precios, dada una cantidad igual de dinero.

Esta relación entre la cantidad de circulante y el nivel general de precios puede modificarse permanentemente por diversas causas; primero, por cambios en la población y riqueza, que varíen el ingreso total; segundo, por el desarrollo de las entidades de crédito, que suplen el dinero con otros medios de pago, y tercero, por los cambios en los procedimientos de transporte, de producción y de los negocios en general, que afectan el número de manos por las cuales van pasando las mercancías en su proceso de fabricación y venta, y puede ser modificada temporalmente por las fluctuaciones de la actividad y de la confianza comercial en general. (6)

Sin duda alguna, el valor total del dinero necesario para la vida comercial inglesa es relativamente pequeño. Las clases medias y altas de la sociedad liquidan la mayor parte de sus pagos importantes por medio de cheques, y sólo una pequeña parte de éstos se hacen efectivos, ya que su mayor parte se liquidan meramente transfiriendo de una a otra cuenta bancaria el derecho a reclamar una determinada cantidad de dinero.

Como ya se ha indicado, los metales preciosos (ya sea en forma de barras o de monedas acuñadas) suelen atesorarse con objeto de prevenirse contra necesidades futuras, conocidas o desconocidas. No otra es la práctica que aún prevalece entre los campesinos de todas las partes del mundo. Pero en los países occidentales, incluso los campesinos, si son gente acomodada, se sienten inclinados a invertir la mayor parte de sus ahorros en valores de bolsa, oficiales o bien acreditados, o a confiar su administración a un banco; y, especialmente en los pueblos anglosajones, la mayor parte de la moneda que los particulares guardan se utiliza como previsión para alguna oportunidad en que pueda ser usada como poder adquisitivo directo en un futuro no muy lejano.

4) Influencias que ejercen las ocupaciones y los temperamentos sobre la cantidad de dinero que las personas con ingresos semejantes suelen guardar como disponibilidad inmediata.

La imprevisión de una persona sujeta a un salario semanal puede originar que las monedas de oro o de plata que lleguen a su poder circulen, en general, más rápidamente cuando salgan de su posesión; pero como, a menos de que se trate de una persona excepcionalmente irresponsable, conserva por lo menos un chelín hasta el final de la semana, no gasta probablemente sus monedas de cobre más rápidamente que las demás personas. De igual manera, la imprevisión de quien recibe sus ingresos por trimestre puede producir una elevación de la rapidez media de circulación de las monedas de oro que llegan a su poder, pero como sería muy raro que no conserve por lo menos una libra esterlina, no afectará directamente la rapidez con que las monedas de plata y de cobre entren y salgan de su poder.

Los comerciantes importantes conservan relativamente poco dinero en su poder en los países modernos, en los cuales casi todos los pagos importantes se realizan por medio de cheques. Pero cuando no existen instrumentos de crédito auxiliares del dinero, cada comerciante depende del acervo de poder adquisitivo que conserve en forma monetaria, con objeto de aprovechar las buenas oportunidades que se le presenten. Por instinto, y por experiencia, calcula las ventajas y desventajas de tener grandes existencias en efectivo; sabe que si conserva muy poco poder adquisitivo a su disposición pasará apuros con frecuencia, y que si guarda una cantidad excesiva disminuirá las fuentes materiales de sus ingresos y, además, que encontrará sólo muy pocas ocasiones en que emplear la totalidad de su poder adquisitivo disponible para conseguir un verdadero beneficio.

Resumiendo: la norma conveniente para una persona puede no ser buena para otra en condiciones semejantes; pero, como dijo Petty, "las personas más prósperas conservan poco. . . dinero en su poder, más bien lo gastan y emplean en adquirir productos diversos de los que obtienen gran provecho". (7)

5) Aunque el poder adquisitivo de una unidad monetaria varía, a igualdad de otros factores, inversamente al número de unidades, una emisión creciente de moneda papel no convertible puede rebajar aún más su crédito y, por tanto, disminuir la cantidad de poder adquisitivo disponible que los particulares deseen conservar. Es decir, puede rebajar el valor de cada unidad en proporción mayor al aumento de su número.

Hasta ahora no hemos tenido en cuenta la influencia que el prestigio de una moneda ejerce en el deseo de la población respectiva de conservar una parte de sus recursos, directamente en metálico en su bolsillo o en un banco o, indirectamente, en forma de valores o títulos cotizables en bolsa que producen una renta fija expresada en dinero.

Pero esta influencia puede ser muy importante, si está en peligro el crédito de la moneda. De hecho, todo aumento desproporcionado en el volumen de moneda inconvertible tiende fácilmente a rebajar el valor de cada unidad en proporción superior a dicho aumento: porque rebajará el crédito de la moneda y porque inducirá a todos a conservar en tal forma una cantidad de sus recursos menor a la que de otra manera conservarían. Conforme se aumenta el circulante, cada unidad representará, por consiguiente, una parte inferior de esta misma parte más reducida de sus recursos, y su valor sufrirá así una doble reducción. El valor total de la moneda papel inconvertible no podrá, por consiguiente, incrementarse por un aumento de su cantidad: todo aumento de su cantidad, que pueda juzgarse se repita, rebajará el valor de cada unidad en proporción superior a dicho aumento.

Esta noción de que la cantidad de poder adquisitivo disponible que necesita la población de un país en un tiempo dado es una cantidad fija está implícita, aun cuando no se manifieste de manera explícita, en la doctrina ahora tan extendida de que el valor de una unidad monetaria varía, a igualdad de otros factores, inversamente al número de unidades y a su velocidad media de circulación.

Esta "doctrina cuantitativa" contribuye eficazmente al estudio del problema sólo hasta cierto punto, pues no indica cuales son los "demás factores" que se presume que permanecen iguales para poder justificar la proposición, y no explica cuáles son las causas que rigen la "velocidad de circulación".

Se trata, casi, de una perogrullada, porque si en una columna de un libro de contabilidad se registran cuidadosamente todas las transacciones en dinero de un año, con sus valores, y en otra se especifica el número de unidades monetarias empleadas en cada transacción, las sumas de ambas columnas serán idénticas. La segunda columna representaría, desde luego, el valor total del número total de cambios de propiedad de todas las unidades monetarias, y esto es lo mismo, en otras palabras, que el valor total del dinero multiplicado por el promedio de los cambios de propiedad de cada unidad, dejando aparte los debidos a donaciones, robos, etc.

Los demás factores, que se presume que permanecen iguales para los fines de la exposición, incluyen: a) la población; b) el volumen de operaciones verificadas por habitante; c), el por ciento de dichas operaciones que se verifica directamente en dinero; y d), la eficiencia (o velocidad media de circulación) del dinero. Sólo si se cumplen estas condiciones puede comprobarse la validez de la doctrina, y, si se cumplen, la doctrina es casi una perogrullada.

6) El dinero se diferencia de otras cosas en que un aumento en su cantidad no ejerce influencia directa en la suma de servicios que proporciona.

Moneda papel inconvertible.

El carácter excepcional de esta doctrina "cuantitativa" del valor del dinero ha sido descrito de muchas maneras distintas. Pero el hecho central en la exposición que ahora realizamos es que 1m aumento en la cantidad de dinero de mI país no aumenta los servicios totales que proporciona. Esta declaración no es incompatible con el hecho de que un aumento de la cantidad de oro en el sistema monetario de un país aumenta su capacidad para obtener productos exportando oro, y le proporciona también la ventaja de poder convertir parte de su dinero en artículos de lujo y ornamento. Significa meramente que la finalidad de una moneda es, ante todo, facilitar las operaciones comerciales, y, para cumplir esta finalidad, necesita estar definida con toda claridad y ser aceptada por la generalidad de las gentes. A continuación, necesita representar un poder adquisitivo estable; pudiendo ser lograda tal estabilidad por una moneda papel in convertible en tanto que el gobierno, primero, pueda evitar que circulen billetes falsificados, y, segundo, pueda llevar al convencimiento de las gentes de manera absoluta que no se emitirán billetes en número excesivo. Las monedas de oro tal vez se consideren como verdadero dinero en la creencia de que la naturaleza no permitirá un aumento violento de la suma de dinero extraída de su seno. Si se descubriera (en contra de la opinión de geólogos y mineralogistas de que tal cosa es físicamente imposible) una mina de oro que contuviera un volumen de este metal tan vasto como el mineral que contiene una mina de carbón, las monedas de oro dejarían de prestar toda utilidad. (8)

Evidentemente, la estabilidad del valor de las monedas de oro se debe a veces a la estabilidad de la demanda de oro para fines ornamentales y para algunos usos industriales; pero el descubrimiento, si esto fuera posible, de un gran yacimiento de oro, produciría la gran dificultad de encontrar buenos usos para su empleo. Podríamos concebir un planeta cuya constitución fuera diferente de la del nuestro, en el cual una pequeña cantidad de mineral de hierro -por ejemplo, el necesario para fabricar una sierra- tuviera un valor en cambio superior al de medio kilo de oro. (9)

Si un gobierno fuerte regula una moneda inconvertible, el volumen de su _misión se determinará de tal suerte que el valor de cada una de sus utilidades se mantengan a un nivel fijo. Este debe ser tal que, primero, el nivel medio de precios permanezca inalterable según un sistema fidedigno de números índices; segundo, que este nivel medio se ajuste por sí mismo a los cambios generales en los precios en países cuyas monedas están ligadas efectivamente a los metales preciosos; o, tercero, que el gobierno del país en cuestión publique una lista cuidadosamente redactada de los precios generales dentro de su territorio respectivo, ajustando a los mismos el volumen de sus emisiones, es decir, por ejemplo, que un millar de unidades permita la adquisición, por término medio, de una suma uniforme de productos en general, a base de un plan como el sugerido en el capítulo III del libro I de esta obra.

Los billetes "convertibles" -esto es, billetes que puedan ser cambiados con toda certeza, al ser presentados, por oro u otro metal autorizado- ejercen aproximadamente la misma influencia en el nivel nacional de precios que el que ejercen las monedas acuñadas legalmente de valor nominal idéntico. Evidentemente, si surge la más pequeña duda acerca de su convertibilidad absoluta en moneda acuñada legal, cundirá la desconfianza respecto a los mismos, y si llegan a no ser totalmente convertibles, su valor caerá por bajo de la cantidad de oro (o plata) que nominalmente dicen representar.

Debe tenerse en cuenta que este capítulo se refiere a la demanda de dinero sólo cuando las condiciones del crédito en general son normales. Cuando el crédito se conmueve, entonces es aconsejable adoptar medidas anormales, o, si' fuese posible decir, medicinales, en relación a la oferta de dinero. Algo se dice al respecto en relación con las fluctuaciones de crédito en el Libro IV de esta obra.

NOTAS

(1) Este asunto se analiza con mayor detalle en la obra del autor Principios de Economía, Libro III, capítulo VI, así como en las notas del apéndice matemático y en el apéndice C de la misma obra.

(2) Así Petty, en su Taxes and Contributions (1667), consideraba cómo los títulos de propiedad de las tierras, bajo un buen sistema de registro público, y los "certificados expedidos por los depositarios de metales, tejidos, lienzos, cueros y otros productos de primera necesidad", en unión de los "créditos lombardos" y de los bancos de depósito, hacían que "fuese necesario menos dinero para las atenciones del comercio". Quería decir, sin duda, menos cantidad de dinero de poder adquisitivo igual al anterior y la misma cantidad de dinero de un poder adquisitivo inferior. Locke hizo un interesante estudio sobre este asunto, de! que se ocupó también el genio irresponsable y desequilibrado, pero fascinante, de John Law Harris y el agudo, pero menos conocido, CantilIon, en unión de otros, prepararon el camino a Hume y a Adam Smith.

(3) Ricardo es la figura principal entre ellos, y su gran prestigio ha dejado en la sombra la obra de los demás.
El profesor Hollander (Quartely Journal of Economics, 1911) ha demostrado cómo casi todas las partes de la doctrina de Ricardo fueron anticipadas por uno u otro de sus predecesores, pero su genio magistral, como ocurre con Adam Smith, le llevó a realizar la superior tarea de construir, con un número de verdades fragmentarias, una doctrina coherente.
Y esta doctrina constituye una fuerza constructiva precisamente por ser un todo orgánico.

(4) El profesor Lexis, en el artículo sobre el oro que publicó en Handwörterbuch der Staatswissenschaften, dice que cuatro quintos de la producción de oro entre 1801 y 1908 se obtuvieron durante los últimos sesenta años de dicho período.

(5) Es evidente que una persona particular que compra a base de crédito a largo plazo sin un motivo especial para ello paga más caro por sus compras, por una u otra razón, pues el comerciante trata de obtener una ganancia sobre su capital y los particulares raramente obtienen algo más que un pequeño tipo de interés para el suyo. No siempre beneficia a los comerciantes el llamar la atención sobre este hecho, en parte porque, cuando los clientes tardan mucho en liquidar, no están en posición de reclamar contra los fraudes que observan entre los géneros que se les sirve. El beneficio total que esto produce a los comerciantes, en unión del que les suponen las ventas al contado, varía con el importe del trabajo extraordinario de contabilidad, el riesgo de las malas deudas y otras circunstancias. En algunos casos, el obrero que sólo esté atrasado en sus pagos una semana se encuentra obligado a pagar un interés no menor de medio penique por chelín cada semana, esto es, un 200 % al año, teniendo en cuenta únicamente el interés simple.

(6) Esta exposición reproduce la contestación que di a las preguntas 11,759 a 11,761 formuladas por el Comité para el Estudio de la Situación Monetaria de la India en 1899. Una considerable parte de esta discusión sobre los problemas de moneda y crédito puede asimismo encontrarse en mis contestaciones a las preguntas 11,757 a 11,850 del cuestionario de dicho Comité y en mis contestaciones a las preguntas 9,623 a 10,014 y 10,121 a 10,126 del cuestionario formulado por la Comisión del Oro y de la Plata durante los años 1887 y 1888.

(7) Petty pensaba que el dinero "suficiente" para la nación era "aquél que se necesite para pagar las rentas de medio año de todas las propiedades rurales de Inglaterra, una cuarta parte del alquiler de las propiedades urbanas, los gastos de una semana de toda la población, y alrededor de una cuarta parte del valor de todas las mercancías exportadas". (Véase: preguntas 23 y 25 de Quantulumcunque, el capitulo IX de Political Arithmetic y el capítulo VI de Verbum Sapienti). Locke calculaba que "una cincuentava parte de los salarios, un cuarto de las rentas de los propietarios de tierras y una vigésima parte de los ingresos anuales de un corredor, en moneda disponible, puede ser bastante para mantener el comercio de cualquier país". Cantillon (1755), después de una larga y sutil exposición, deduce que el valor preciso es un noveno de la producción total del país, o, lo que él estima equivalente, un tercio de la renta de la tierra. Adam Smith, más próximo al escepticismo moderno, dice: "es imposible determinar la proporción", aun cuando "diversos autores la han calculado en un quinto, en un décimo, un vigésimo o una treintava parte del valor total de la producción anual".

(8) La complicada y cuidadosa impresión de los billetes de banco determina el que las buenas imitaciones sean muy caras y, por tanto, permite su fácil descubrimiento. La falsificación de los billetes del Banco de Inglaterra se evita, como es bien sabido, por procedimientos y medidas realmente excepcionales.

(9) Este ejemplo puede multiplicarse. Si los diamantes llegaran a ser abundantes, revolucionarían y ampliarían varios tipos de industrias para las cuales el acero no es bastante duro, pero en ese caso sería preciso utilizados con gran mesura para el adorno personal. Por otra parte, si una baja en el precio de la lana, o de cualquier otro producto realmente útil, determinara que se consumiese una mayor cantidad del mismo a un coste total inferior, produciría un aumento aproximadamente proporcional en la riqueza real del mundo; los ricos ganarían solo un poco, pero los pobres podrían tener un abrigo mucho más caliente.

Reroducido por evaristo-hernandez el 10/06/2007 18:47

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Walras: Nota biográfica

Esta nota biográfica contiene una valoración básica sobre el sistema de ecuaciones del equilibrio de Walras y una referencia a la inspiración teórica del principio de la escasez (rareté, en francés) que constituyó la base de la teoría del valor de los teoricos de la utilidad, como Walras.

LEON WALRAS (1834-1910)

http://www.geocities.com/alcaide_econoh/leon_walras.htm

El trabajo de Jevons y Menger sobre las teorías subjetivas del valor sobre la base de la utilidad marginal, en la década de 1870, converge con el de León Walras. En su obra Elementos de economía política pura, incluía un análisis del valor y de la utilidad marginal similar al de Jevons y Menger. Pero cuando Walras se formó estas ideas no conocía el trabajo de estos dos autores, ni tampoco el libro anterior de Gossen. Fue la influencia intelectual de su padre, Auguste Walras, lo que dio forma a su pensamiento, así como la de Cournot, condiscípulo de su padre, con cuyo trabajo se familiarizó desde su juventud.

Igual que Cournot, Auguste Walras (1801-66) trabajó más bien como administrador de la educación que como economista profesional y sus escritos sobre economía encontraron sólo una débil respuesta en la economía académica de la Francia de su tiempo. Como había hecho Locke antes que él, basó tanto la propiedad como el valor económico en el mismo principio, representado en este caso, no por el trabajo como en los escritos de Locke, sino por la rareté o escasez de los bienes respecto de las necesidades humanas. Fue esta noción de Augustus, la que León transformó en la equivalente de la utilidad marginal. En cuanto a Cournot, Walras encontró en su trabajo una función de demanda y una curva de demanda, que habían sido introducidas por Cournot como datos empíricos, pero que eran ahora deducidas por Walras de la función de utilidad.

A diferencia de Menger, Walras fue tanto un teórico como un reformador social. En sus ideas reformistas, por las que trabajó diligentemente durante toda su vida, siguió también a su padre. Sus propuestas, que tienen cierta afinidad con las ideas relacionadas de Mill, Gossen, Henry George y con las de los primeros fabianos, pedían la nacionalización de la tierra por medio de la compra de ésta a sus propietarios privados. En una sociedad progresiva, afirmaba, los valores de la tierra continuarán aumentando a velocidades crecientes y proporcionarán al estado unos ingresos mayores que aquellas cantidades cuyo valor capitalizado haya sido pagado como indemnización a sus anteriores propietarios. El estado, señalaba, podrá entonces renunciar a la tributación como fuente de ingresos y obtener, en su lugar, lo necesario para sus gastos, de la renta de la tierra nacionalizada. Como Walras, además de otras reformas, apoyaba también la idea de la cooperación, ha sido considerado en ocasiones como socialista, designación que sólo encaja para él en un sentido muy vago o incluso nada en absoluto, si lo que quiere darse a entender es una cierta afinidad entre su pensamiento y el de Marx.

Las aportaciones teóricas de Walras fueron más lejos que as de Jevons y Menger en el desarrollo de la idea del equiibrio económico general y en a expresión de éste en forma de un sistema de ecuaciones simultáneas. Esta parte de su trabajo fue la que había de constituir su principal consecución. El gran problema que intentó resolver fue el de relacionar los numerosos mercados de que se compone la economía. Cournot había avanzado bastante en el estudio de las posiciones de equilibrio particulares de cada mercado, considerado por separado de los otros mercados; se había dado cuenta, sin embargo, de que su análisis era incompleto, ya que no consideraba la interdependencia entre los mercados existentes en la economía, ni la cuestión de la compatibilidad de sus posiciones de equilibrio particulares..

Cournot desesperaba de que pudiera resolverse el problema del equilibrio general, debido a que lo consideraba un problema econométrico, que debía proporcionar valores numéricos para las cantidades y los precios desconocidos. El objeto de Walras no fue, sin embargo, la medición, sino la construcción de un sistema lógicamente coherente de validez teórica o formal, objetivo que le pareció posible conseguir, si bien bajo una serie de hipótesis restrictivas. Su sistema requería competencia perfecta, libertad de entrada, movilidad y flexibilidad de los precios. Los ingresos de las empresas debían ser exactamente iguales a sus costes y otro tanto debía ocurrir con los ingresos de los consumidores respecto a sus gastos en productos. En la primera aproximación de Walras no hay ahorro, ni formación de capital, ni incertidumbre que induzca a los hombres a conservar el dinero. El sistema es cerrado y no está afectado por las transacciones con el extranjero ni por las operaciones de la contabilidad del gobierno. En el equilibrio, la igualdad de las cantidades demandadas y ofrecidas sanea todos los mercados y el exceso de la demanda, positivo en forma de déficit y negativo en forma de superávit, desaparece.

Para construir su sistema de ecuaciones, Walras empieza con la distinción básica entre mercados de productos y mercados de servicios productivos.. En los primeros, los consumidores demandan productos, que son suministrados por las empresas comerciales; e los mercados de servicios productivos, que son abastecidos por el trabajo, tierra y capital, los consumidores, que son también los propietarios de los recursos productivos, venden servicios productivos a las empresas comerciales y reciben a cambio el importe de dichas ventas, que constituye sus ingresos. Los consumidores son, por lo tanto, compradores en los mercados de productos y vendedores en los mercados de servicios productivos. Las empresas comerciales son compradoras en los segundos y vendedoras en los primeros (papel dual).

Las incógnitas del sistema son los precios y las cantidades de productos y de servicios productivos, así como también las cantidades de servicios productivos utilizados para la producción de cada producto, o "coeficientes técnicos" en el lenguaje de Walras. Si hay m productos, n servicios productivos, m precios de productos, n precios de servicios productivos y mn coeficientes técnicos, el número total de incógnitas será:

2m + 2n + mn

Walras reduce el número total de incógnitas en una unidad, quedando:

2m + 2n + mn - 1,

ya que uno de los productos sirve como numeráire (numerario) producto en función del cual se miden todos los demás, es decir, como unidad de medida de valor en el sistema, unidad esta en la que se miden todos los otros precios y que tiene un precio igual a la unidad.

En general, las distintas incógnitas pueden ser determinadas y demostrarse su coexistencia, cuando el número de ecuaciones independientes que se tienen es igual al número de incógnitas, en este caso, el número de aquéllas es igual a m - 1 ecuaciones de demanda para los productos, m ecuaciones de coste, n ecuaciones de cantidad para los servicios productivos y mn ecuaciones de coeficientes técnicos, es decir,

2m + 2n + mn -1

ecuaciones en total.

En las ecuaciones de demanda, la cantidad demandada de un producto depende del precio del producto y también de los precios de todos los otros productos y de los servicios productivos. Los precios de los servicios productivos afectan a los ingresos de los consumidores y, por ello, a la demanda de productos realizada por dichos consumidores; los precios de los otros productos -bienes sustitutivos y complementarios- ejercen también influencia sobre la demanda de un producto determinado, en grado variable y más o menos significativo. Las ecuaciones de demanda se deducen de las funciones de utilidad que están maximizadas para cuando un consumidor, los precios son proporcionales a las utilidades marginales. Se escriben primero para los consumidores individuales y después se suman para los m productos menos 1. La ecuación de demanda para un solo producto debe ser descartada porque no es una ecuación independiente, sino que simplemente proporciona información que puede ser obtenida sacando conclusiones a partir de la información contenida en las demás ecuaciones. Es decir, si la demanda de todos los productos menos uno está determinada, otro tanto le ocurrirá a la demanda de ese uno con tal de que los ingresos de los consumidores sean iguales a sus gastos en productos. A la luz de esta igualdad, que es conocida como ecuación de presupuesto, está claro que lo que se gasta en ese producto es la diferencia existente entre los ingresos y lo que se gasta en todos los demás productos. La proposición general de la que se sigue, que, bajo ciertas condiciones -aquí la ecuación de presupuesto- el equilibrio o la ausencia de exceso de demanda en m - 1 mercados implica también equilibrio o ausencia de exceso de demanda en el mercado restante, ha recibido el nombre de Ley de Walras. Esta ley arroja luz sobre la estructura de las relaciones cuantitativas, implicadas y explica, por ejemplo, por qué el número total de ecuaciones del sistema es m - 1, siendo la ecuación descartada la del precio del dinero.

El sistema de pensamiento de Walras puso orden en el caos y transformó la diversidad en unidad. A quienes podían y querían verlo, les demostró las posibilidades del análisis matemático. El coronamiento de su sistema fue el intento de Walras de demostrar que una economía perfectamente competitiva tiende a aproximarse a las posiciones de equilibrio y fue con esta idea en su mente con la que desarrolló su teoría de los tatonnements -"tanteos" o aproximaciones- que pueden explicar el movimiento progresivo del mercado hacia la posición de equilibrio. Esta teoría supone la fijación de un precio arbitrario, al cual los compradores y vendedores declaran las cantidades que están dispuestos a comprar y a vender. Si dicho precio no sanea el mercado, habrá que fijar otro distinto y seguir con este procedimiento hasta que se alcance el equilibrio.

Walras, después de pasar por diferentes empleos, por fin, en 1870, se le ofreció el puesto recientemente creado de profesor de economía política de la Academia de Lausana, posteriormente designada Universidad de Lausana. La importancia de su doctrina sólo fue reconocida al final de su vida. Cournot, a quien Walras remitió su trabajo, expresó su reacción con las siguientes palabras: "mucho me temo que tus curvas de utilidad te leven sólo a un puro laissez faire , es decir, en la economía interior a una tierra despojada de sus bosques y en la economía internacional a la subyugación de los pueblos corrientes por uno privilegiado, siguiendo la teoría de Darwin".

En relación con el sistema walrasiano surgen problemas respecto a la existencia del equilibrio, a su estabilidad y al camino a lo largo del cual alcanzar dicho equilibrio. Walras intentó dar soluciones para todos ellos, quiso demostrar que el equilibrio existe, que el decrecimiento de la curva de demanda garantiza su estabilidad y que el equilibrio se alcanza con la ayuda de los tanteos. Estas cuestiones, que recibieron también el desafío de Alfred Marshall, fueron sacadas a relucir nuevamente en los años treinta y cuarenta, cuando Kaldor, Hicks y Samuelson abordaron todo este tipo de problemas.

El sistema walrasiano proporcionó el punto de partida para otra nueva aportación al análisis económico. Como se suponía que dicho sistema representaba a la economía clásica y neoclásica en el cenit de su desarrollo, recibió una especial atención por parte de los que argüían que en la economía política clásica y neoclásica existía una dicotomía o divorcio entre la teoría de los precios relativos, y la teoría del dinero y la del nivel de los precios, afirmando que en el sistema walrasiano el nivel de precios está indeterminado. Patinkin, el más destacado exponente de este punto de vista, considera que el sistema walrasiano debía ser complementado por el efecto Pigou -o de saldo real- que hace que los individuos ajusten sus saldos monetarios para mantener una relación conveniente entre dichos saldos y los gastos realizados en mercancías. Un nivel de precios que esté, por ejemplo, por debajo del equilibrio lleva consigo un valor real de los saldos monetarios lo suficientemente alto como para inducir al individuo a cambiar dinero por mercancías, poniendo con ello en movimiento un alza del nivel de precios tendente al equilibrio. En ausencia del efecto del saldo real, afirma Patinkin, la ley de Walras aseguraría el equilibrio en el mercado de dinero, cualesquiera que fueran los márgenes de las mercancías en el equilibrio, es decir, el equilibrio, en dicho mercado, es compatible con cualquier nivel de precios, el cual es, de hecho, indeterminado.

Aunque la continua discusión de esas materias demostraría la pertinencia del pensamiento de Walras para la teoría pura, se puso en duda durante mucho tiempo su significación para la economía práctica, especialmente en relación con el examen de la política económica. Estas dudas tenían en parte su origen en la aguda distinción que había hecho él mismo Walras entra la economía pura y la economía aplicada y aparecían confirmadas por el carácter eminentemente macroeconómico de su sistema de equilibrio general. Algunas de las ecuaciones de este sistema deben ser agregadas, pero el sistema tiene de todas formas su punto de partida en las funciones de preferencia individual, las cuales parecen desafiar a la verificación estadística. Si se le compara con los grandes agregados que constituyen la clave de la economía keynesiana, la economía walrasiana parece incapaz de adquirir un contenido empírico y de llegar a ser operativa.

Escrito por evaristo-hernandez el 10/06/2007 15:48

Keynes sobre Gessel

SISTEMA MONETARIO DE SILVIO GESELL EXPUESTO POR JOHN MAYNARD KEYNES
por el Dr. Julio C. González

John M. Keynes (Lord Keynes) en su “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” [1] en la página 312 escribe:
“Es conveniente citar aquí al raro e indebidamente olvidado profeta Silvio Gesell (1862-1930), cuyo trabajo contiene destellos de profunda perspicacia y estuvo al borde de captar la esencia del asunto. En la posguerra [2] sus devotos me bombardearon con copias de sus trabajos... (en ellos ) no logré en absoluto descubrir sus méritos... su importancia no se me aclaró hasta que yo hubiese llegado a formular mis propias conclusiones a mi manera. Entretanto, como otros economistas académicos, juzgué sus esfuerzos profundamente originales...

Ante esta ponderación del pensamiento de Gesell rescatada por Keynes, se impone desarrollar la vida y la obra de Gesell.

I

Silvio Gesell nació el 17 de marzo de 1862 en St. Vith, región de Malmedy, ubicada en la convergencia de Bélgica, Luxemburgo y Prusia. Hablaba correctamente francés y alemán. A los 20 años se trasladó a España donde permaneció dos años. Hablaba, leía y escribía correctamente también en español. Tres idiomas, tres vertientes de pensamiento. Su proveniencia espiritual y lingüística estaba dada: por el catolicismo francés materno y por el rigor alemán protestante de su padre. Sus estudios: primer año de colegio secundario en Alemania. Tres años de empleado público en el Correo del Estado y luego empleado de comercio en negocios de artículos odontológicos. En 1882 se radica en Málaga (España), aprende castellano y se sumerge en la cultura española. Actúa en los ramos comerciales de bodegas y orfebrería. En 1884 vuelve a Alemania. Cumple el servicio militar y actúa en los negocios familiares de artículos odontológicos en Berlín y se desempeña luego en las áreas de fábrica de máquinas de coser y de transportes marítimos. En 1885 emprende su radicación al Río de la Plata para actuar en el negocio propio. Su actividad: artículos para odontología. Su capital: un crédito que un ex empleador suyo en Hamburgo, Alemania, le abre para hacer frente a cualquier riesgo en Buenos Aires.

Se aloja en una pieza alquilada con el capital físico que trae consigo: material odontológico para vender a dentistas.

La competencia es inexistente. Visita a los dentistas y les vende sus productos. Coloca enseguida todas las mercaderías dentales que trae consigo. Debe requerir a Alemania nuevos y sucesivos pedidos. Precios muy satisfactorios. Ha descubierto un mercado que no estaba explotado. Son artículos de demanda elástica. Esos elementos no hacen a la subsistencia diaria, sino a preservar la integridad física de las personas. Vuelve a Alemania y se asegura una remisión –por parte de las empresas fabricantes- de “un flujo regular de importaciones” para vender en el mercado de Buenos Aires. Instala aquí su propia empresa “Casa Silvio Gesell.” Austeridad.
Trabajo y ahorro. Se casa, nacen cuatro hijos y amplía su negocio “Silvio Gesell, casa introductora de artículos de farmacia.” Anexa a los artículos odontológicos importados otros artículos para médicos y artículos para bebés. Crece su actividad. Incorpora a sus negocios una fábrica de cajas de cartón para uso del comercio local. La empresa de artículos medicinales y artículos para bebés continúa hasta la actualidad.

La aguda observación del mercado consumidor y sus necesidades es lo que determina su éxito. El comportamiento del consumidor, en razón de sus disponibilidades dinerarias, es lo que determinará que conciba una nueva estructura monetaria. En 1911 vuelve a Europa. Habrá de residir sucesivamente en Alemania y Suiza. Hará viajes continuos y regresará muchas veces a Argentina, donde vive afincada de manera permanente su familia.

En Les Hauts Geneveys, Suiza, y en Berlín, Alemania, entre 1906, 1911 y 1916 aparecen sus primeras obras que, traducidas al inglés por su originalidad importante, se publican con el título de “The Natural Economic Order”, traducidas por Philip Pye. [3] La traducción de la 7ª edición alemana se conoció en Buenos Aires en 1936, después de la muerte de Gesell, ocurrida en Berlín en 1930. Son dos volúmenes titulados “El orden económico natural” “Literatura y libre moneda.” Tomo Primero: “El dinero tal cual es”, y Tomo Segundo: “El dinero como debe y puede ser” “La teoría libre monetaria del interés.”

II

Suspendemos la metodología económica y las conclusiones de la vida, observaciones y obra monetaria de Gesell para sintetizar el valor que Keynes en la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” le asigna a su obra y a su tesis monetaria.

Dice Keynes:

1) “En abril de 1919 Gesell formó parte del efímero gabinete soviético de Baviera como Ministro de Hacienda, habiendo sido juzgado posteriormente por un Consejo de Guerra.” (Op. cit. pág. 313)

Ubicamos la época. En el año 1919 se firma el Tratado de Versailles que despedazó territorial y económicamente a la Alemania vencida en la primera guerra. Eso marca el inicio de la crisis total del Estado de Derecho liberal burgués. La consecuencia es que proliferan en toda Europa Oriental movimientos socialistas de distinto tipo que procuraron una solución a la miseria y al desempleo masivo. Cunde la desesperación por la falta de moneda y el cierre masivo de las industrias. Deuda externa imposible de pagar a los usureros dominantes. Manifestaciones masivas pidiendo pan y trabajo. Algo similar a la Argentina de diciembre de 2001 posterior al menemato de una década.

2) Las ideas económicas de Gesell se difunden velozmente en ese ámbito de la posguerra europea de 1914-18, “atrayendo (hacia Gesell) el fervor semirreligioso que antes había rodeado (en Estados Unidos) a Henry George... [4] y vino (Gesell) a ser el profeta reverenciado de un culto con muchos miles de discípulos en todo el mundo.” (Op. cit. pág. 313 )

3) Keynes recuerda que el primer congreso internacional del movimiento doctrinario de Gesell, se realizó en Basilea en 1923, al que concurrieron suizos, alemanes y representantes de las ideas y programas monetarios de varios países del mundo. Agrega Keynes que en Texas (Estados Unidos) el profesor Irving Fisher, fue el único economista académico que reconoció en esa época la “importancia” del pensamiento de Silvio Gesell. (Op. cit. pág. 313)

4) Continúa diciendo Keynes que el libro más importante de Gesell “The Natural Economic Order” (“El orden económico natural por libre tierra y libre moneda”) [5] fue escrito en “lenguaje sereno y científico” aunque “está teñido por él (autor) por una devoción más pasional y emotiva hacia la justicia social de la que algunos encuentran que cuadra a un científico.” (Op. cit. pág. 314)

5) Ideológicamente Keynes califica al pensamiento de Gesell como “el establecimiento de un socialismo antimarxista, una reacción contra el laissez faire, edificada sobre bases teóricas totalmente distintas a las de Marx.” Keynes remarca de seguido la trascendencia futura de las ideas económicas y monetarias de Gesell, con estas palabras: “Creo que el porvenir aprenderá más de Gesell que de Marx.” (Op. cit. pág. 314 )

6) Desarrollando el pensamiento de Silvio Gesell, Keynes continúa:
“...Gesell... distingue claramente entre tasa de interés y eficiencia marginal del capital.” (Op. cit. pág. 314)

7) “Luego indica, dice Keynes, que la tasa de interés es un fenómeno puramente monetario y que la peculiaridad del dinero, del cual emana la importancia de la tasa monetaria de interés, reside en el hecho de que su propiedad como medio de atesorar riqueza, impone a quien lo tiene gastos de conservación despreciables...” “...y que formas de riqueza tales como la existencia de bienes... no tienen dichos gastos de conservación.” (Op. cit. pág. 314 )

8) “La estabilidad de la tasa de interés a través de los tiempos... es prueba de que la tasa de interés no depende de caracteres puramente físicos como el capital... sino que depende de caracteres psicológicos constantes...” “...en tanto que... la curva de la eficiencia marginal del capital no ha fijado la tasa de interés y... ha acrecentado las existencias de capital real (cosas).” (Op. cit. pág. 314)

9) Keynes dice a continuación que Gesell en su “diálogo entre Robinson Crusoe y un extranjero... demuestra que la tasa de interés puede resultar negativa... dado el costo que el prestatario debe realizar para conservarle el capital intacto al prestamista.”
Pero Keynes aclara enseguida que él no comparte este concepto de Gesell y cuestiona a Gesell no haber tenido en cuenta la “preferencia por la liquidez.” Es decir, las cosas físicas convertidas en dinero, que es una masa monetaria (Op. cit. pág. 315) Nota: con este criterio Keynes justifica la usura. De ahí la promoción de las ideas de Keynes y la no publicidad o difusión de los sólidos conceptos de Gesell.

10) Expresa de seguido Keynes que “el crecimiento del capital real (físico no monetario) está refrenado por la tasa de interés.” “Si se eliminara este freno el crecimiento del capital real (físico no monetario) sería en el mundo moderno tan rápido que probablemente se justificaría una tasa igual a cero.” (Op. cit. pág. 315)
Nota: con este criterio Keynes demuestra la exactitud matemática de los conceptos de Gesell.

11) Destaca Keynes el concepto central de Silvio Gesell:
“La necesidad primaria consiste en reducir la tasa monetaria de interés, lo que puede lograrse, según indicó Gesell, haciendo que el dinero incurra en costos de conservación, del mismo modo que las otras existencias de bienes infecundos.” (Tal como una máquina o herramienta que se presta)

12) Lo predicho, continúa Keynes, lleva a la proscripción de Gesell del “dinero sellado” que ha “recibido la aprobación del profesor Irving Fisher, que hemos citado en el punto 3) de este estudio. “De acuerdo con esta proposición (de Gesell) los billetes circulantes (lo mismo que otras formas de dinero bancario) solamente retendrían su valor siempre que fuesen sellados mensualmente, como una tarjeta de seguro social, con estampillas compradas en una oficina de correos.” “El costo de estas estampillas podría fijarse... en función al excedente de la tasa monetaria de interés (fuera de las estampillas) sobre la eficiencia marginal del capital... en una ocupación plena.”
Nota: es decir que el capital que no se convierte en cosas, sino que se mantiene como dinero líquido, debe depreciarse por su no uso productivo. Por lo tanto, con el sistema monetario de Gesell, toda especulación usuraria sobre la moneda líquida queda descartada y prohibida. Esto se complementa perfectamente con el concepto de Mariano Fragueiro del “servicio público de crédito público” para todos sin interés y a larguísimos plazos “para que sean las cosas las que respaldan el dinero” y no las monedas metálicas o con valor intrínseco de otros países. Esto está establecido en el Estatuto de Hacienda y Crédito de la Confederación Argentina sancionado por la Asamblea General Constituyente el 9 de diciembre de 1853, y que sigue en vigencia porque no ha sido derogado.

13) Continúa Keynes con otros aspectos de la doctrina monetaria de Silvio Gesell y dice: “El gravamen sugerido por Gesell (a la moneda inactiva) era de 1 por mil semanario, equivalente al 5,2 por ciento anual.” (Op. cit. pág. 316)

14) Concluye Keynes: “La idea (de Gesell) del dinero sellado es sólida.” (Op. cit. pág. 316) Empero, agrega Keynes, “la preferencia de la liquidez” provocaría que gran cantidad de sucedáneos de la moneda sellada y con fecha de vencimiento, como ser “dinero bancario, deudas a la vista (o facturas a cobrar), dinero extranjero, alhajas y metales preciosos en general y así sucesivamente.” “Ha habido épocas en que la sed insaciable de posesión de la tierra –con independencia de su rendimiento- fue lo que sirvió para sostener la tasa de interés, y en el sistema de Gesell esa posibilidad habría sido eliminada por la nacionalización de la tierra.”

III

Hasta aquí la síntesis y la valoración futura del sistema de Silvio Gesell elaborada por John M. Keynes en el capítulo VI de “Notas sobre el mercantilismo, las leyes sobre la usura, el dinero sellado y del subconsumo” que integran el libro VI de la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” de John Maynard Keynes (Lord Keynes).

La comprobación exacta del sistema monetario de Silvio Gesell, se acreditó en Argentina en el transcurso de los años 2001-2002 y 2003. La ley 23.928 del 28 de marzo de 1991 (Menem-Cavallo) había impuesto el disparate de sobrevaluar el peso haciéndolo equivalente al dólar norteamericano. Argentina carecía de dólares billete permanentes para convertir en dólares su base monetaria o dinero de pesos en circulación y el art. 4° de la ley 23.928 establecía que las reservas de la convertibilidad estarían dadas por títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, dólares u otras divisas se similar solvencia. De esta manera, los dólares en efectivo de las reservas eran unos pocos provenientes del precio vil de las “privatizaciones” del patrimonio nacional y por títulos que se emitían a cuenta de permanentes y usurarios empréstitos. Así la situación, la convertibilidad no podía mantenerse. Por eso ante el vaciamiento doloso de los bancos que remitieron sus disponibilidades en dólares a sus casas matrices en el exterior a fines del año 2001, se produjo una corrida y se suspendió de hecho la convertibilidad de un peso (sobrevaluado) igual a un dólar norteamericano. El paso siguiente fue la devaluación que se instrumentó con las siguientes normas:

Ø Ley 25.561 de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario del 6 de enero del año 2002: derogó la ley de convertibilidad 23.928 dejando solamente en vigencia el art. 11, que es el que dispone que las obligaciones de dar moneda extranjera, son obligaciones de dar sumas de dinero y sólo se cancelan dando la especie de moneda prometida. Con este artículo 11, todas las monedas extranjeras adeudadas (por acuerdo de partes) pasaron a tener curso legal y ser exigibles.

Ø Decreto 214 del 3 de febrero de 2001: Por su artículo 2° estableció que los depósitos bancarios en dólares fuesen devueltos por los bancos a razón de $ 1,40 por cada dólar estadounidense.

· Por su artículo 3° dispuso que todas las deudas en dólares norteamericanos con el sistema financiero (cualquiera fuese su monto o naturaleza) serán convertidas a pesos a razón de un peso por cada dólar norteamericano que adeude.

La situación descripta generó una escasez de circulante en pesos en todo el ámbito del país. Para que no se produjese un caos por la recesión que sobrevino, dieciséis gobiernos provinciales emitieron bonos de cancelación con los que se pagaron los sueldos y jubilaciones. Fueron tales los patacones de la provincia de Buenos Aires y otras cuasi monedas de cambio que instrumentaron como circulante otras provincias.

¿Qué ocurrió entonces?

Sencillamente que esos bonos llamados “patacones” en la provincia de Buenos Aires y otros similares en las demás provincias al tener fecha de vencimiento no podían darse en préstamo a interés ni depositarse como ahorros. Había que gastarlos para comprar cosas (bienes y servicios) con toda premura. Entonces la velocidad de circulación aumentó las transacciones y la economía física tuvo un auge productivo poniendo fin a la recesión.

De esta manera la teoría de Gesell sobre los efectos multiplicadores de la economía física (cosas) por tener fecha de vencimiento los billetes circulantes, se demostró en Argentina con toda exactitud: más transacciones motivaron mayor reactivación de todo el aparato productivo. Se detuvo la especulación con el dinero.

Otro caso análogo se había dado entre 1932 y 1933 en la ciudad austríaca de Wörgl. Allí se dispuso aplicar la moneda concebida por Gesell que estaba gravada con una tasa de utilización del 1% mensual (12% anual).

¿Y qué ocurrió?

Que los 32.000 chelines libres que se emitieron con fecha de vencimiento y con gravamen del 1% mensual por su no uso, circularon en un año 463 veces creando bienes y servicios físicos por valor de 14.816.000 chelines. En cambio, el chelín común circuló tan sólo 21 veces. La existencia de un dinero, de simple intermediación en los cambios sin inflación ni tasa de interés posible es por consiguiente la moneda no especulativa usuraria que posibilitará otra humanidad para el siglo XXI y el tercer milenio de la historia. Todo es cuestión de comenzar y convencer. Es lo que estamos haciendo con este estudio.

Nota: una monografía - tesis sobre un nuevo sistema monetario para multiplicar las transacciones económicas de bienes y servicios sin inflación y sin interés, que ponga fin inmediato a la recesión y al desempleo, es lo que hemos realizado en el segundo cuatrimestre del año 2003 con los alumnos de la cátedra de Estructura Económica Argentina a nuestro cargo, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Profundizando en estos estudios, el 17 de noviembre de 2003 se realizó una reunión conjunta de las cátedras de Macroeconomía a cargo del Dr. Juan Latrichano, Microeconomía a cargo del Dr. Jorge Putica y los alumnos de nuestra cátedra de Estructura Económica Argentina. La misma tuvo por objeto escuchar al Dr. Carlos Louge, quien fue becario durante dos meses en Alemania para estudiar el sistema monetario de Silvio Gesell. Esto indica el renacer del pensamiento de Silvio Gesell en las universidades europeas frente a la actual crisis terminal del sistema monetario y financiero del Fondo Monetario Internacional.

[1] “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” – Edición del Fondo de Cultura Económica – México 1974.
[2] Se refiere al período posterior a la Primera Guerra Mundial de 1914-1918.
[3] Confr. Keynes:“Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, op. cit. pág. 313.
[4] Henry George (economista norteamericano, muerto en 1897) autor de “La cuestión de la tierra”, que propugna el establecimiento de un impuesto único y progresivo sobre la tierra. Fue la reactualización en el siglo XIX del programa agrario de la fisiocracia. Procuraba una reforma agraria mediante medidas fiscales.
[5] “El Orden Económico Natural por Libretierra y Libremoneda” - Tomo I “El dinero tal cual es” y Tomo II “El dinero como debe y puede y ser” – “La teoría libremonetaria de interés”, traducción castellana de la 7ª edición alemana, editados por Ernesto Fridolim Gesell (hijo de Silvio Gesell) en Buenos Aires, 1936

La obra completa "El Orden Económico Natural" de Silvio Gessel puede decargarse y consultarse en línea en:

http://www.systemfehler.de/es/

Escrito por evaristo-hernandez el 08/06/2007 18:39

La Escuela Austríaca

La Escuela Austríaca

La Escuela Austríaca de Economía, fundada por Carl Menger, es una escuela de pensamiento económico que se opone a la utilización de los métodos de las ciencias naturales para el estudio de las acciones humanas, y prefiere utilizar métodos lógicos y la introspección (praxeología).

La praxeología, desarrollada con mayor profundidad por Ludwig von Mises en su magnus opus La Acción Humana posee fuertes vínculos con la sociología comprensiva weberiana y ha servido de base a posteriores estudios sociológicos que toman de la Escuela Austríaca su individualismo metodológico.

Su origen se halla en el debate metodológico con la Escuela Histórica Alemana, que en un ánimo historicista intentaba confinar las leyes del mercado a diferentes etapas de la historia.

Aportes fundamentales

Esta escuela se ha caracterizado por su fuerte criticismo hacia programas de investigación como el Marxismo, el Socialismo fabiano, el Nazismo, el Fascismo y el Keynesianismo.

Se debe a Eugen von Böhm-Bawerk la conocida monografía La conclusión del sistema marxiano en que refuta desde la praxeología la teoría marxista del valor-trabajo y el concepto de plusvalía, ante una evidente contradicción que se producía en la aplicación de la misma cuando la llamada tasa de ganancia no cumplía la predicción de Karl Marx en su tendencia decreciente, sino que por el contrario, se incrementaba.

Dicha contradicción fue reconocida por Marx en el tercer volumen de su compleja obra El Capital, respondiendo en consecuencia que si bien dicha aparente contradicción se registra en casos puntuales, en la economía general luego se superan manteniendo vigente su sistema, lo que lo llevó a introducir una modificación notable en este:

la ley del valor (que afirma 'las mercancías se intercambian por su valor') ya no ha de cumplirse en cada caso individual, sino a escala general considerando el sistema económico en su conjunto. Böhm-Bawerk constató que estos "casos puntuales" eran en relidad prácticamente todos. La obra ha hecho famoso a Böhm-Bawerk, y mostrado los rasgos deliberadamente críticos de la Escuela Austríaca.

Lo mismo puede decirse de Ludwig von Mises, quien ha dedicado un volumen a dicha empresa, en su conocido libro El Socialismo donde expone su argumento contra las doctrinas socialistas al tiempo que justifica la propiedad privada en términos economicistas, demostrando que sólo ésta posibilita la libre formación de precios en un mercado, y esto otorga a quienes intervienen en él información sobre la escasez y utilidad de un bien económico.

Sólo con propiedad privada será posible minimizar la escasez, que la Escuela Austríaca considera como propiamente humana.

Sin propiedad privada habrá, declara Mises, un irracional manejo de la escasez.

Mises afirma que será imposible en ausencia de precios El Cálculo Económico en la Comunidad Socialista[1], monografía con la cual introduce su argumento, posteriormente aceptado por el socialista de mercado Oskar Lange, quien adopta para su análisis la praxeología miseana.

Principales exponentes

Entre sus principales teóricos y seguidores se encuentran Carl Menger, Eugen von Böhm-Bawerk, Friedrich von Wieser, Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Murray Rothbard, Israel Kirzner, Hans-Hermann Hoppe y Jesús Huerta de Soto.

La Escuela Austríaca, algo alejada de la corriente principal de la teoría neoclásica, ha sido muy influyente por su cuestionamiento de la teoría del comportamiento de dicha corriente.

Se les suele asociar con los liberales y los libertarianos por sus ideas sobre la organización social, política y económica.

Los partidarios de esta escuela suelen ver en la Escuela de Salamanca una antecesora de la suya.

No tenemos a mano la referencia exacta de esta cita. La pondremos posteriormente. Las negrillas y separación de algunos párrafos son para efectos de nuestros estudios.

Publicado anteriormente por evaristo-hernandez el 05/06/2007 21:35

Nota biográfica de Keynes

Interesante nota de Keynes en wikipedia. Refiere sus principales aportes de Teoría Económica, su papel como inversor, las relaciones familiares con la élite intelectual inglesa, su papel en el Tratado de Versalles y sus preferencias homosexuales, al menos cuando era estudiante y el curioso dato de su estatura de casi dos metros. La reproducimos:

Vida personal y matrimonial

John Maynard Keynes fue hijo de John Neville Keynes, profesor de economía en la Universidad de Cambridge, y Florence Ada Brown, una exitosa autora y reformista social. Su hermano menor Geoffrey Keynes (1887-1982) fue cirujano y un bibliófilo, su hermana menor Margaret (1890-1974), se casó con el fisiólogo ganador del premio Nobel Archibald Hill.

Keynes tenía una gran estatura, erguido media aproximadamente unos 2m. Tuvo una serie de relaciones homosexuales durante sus días en la universidad, incluyendo una relación seria con el pintor Duncan Grant del grupo de Bloomsbury, entre 1908 y 1915. Keynes continuó asistiendo financieramente a Grant por el resto de su vida. En Octubre de 1918 conoció a Lidya Lopokova, una afamada bailarina rusa, con quien contrajo matrimonio. Según la mayoría de los relatos de la época, Keynes disfrutó del matrimonio con Lopokova,una bailarina rusa,a pesar de que no pudieron tener hijos. Keynes fue un inversor exitoso, construyendo de esa manera una considerable fortuna. Durante el Crack del 29 casi queda en bancarrota, pero pudo recuperarse en poco tiempo. Disfrutaba coleccionando libros, incluyendo muchos artículos de Isaac Newton. Estaba interesado en la literatura en general y el drama en particular, y ofreció apoyo económico al Teatro de Artes de Cambridge. Gracias a esto, la institución se convirtió durante un tiempo en el más importante escenario británico fuera de Londres.

Educación

Keynes disfrutó una educación media de elite en el Eton College, donde mostró talento en casi cada campo de su inusualmente amplio rango de intereses. Sus habilidades fueron sorprendentes por su absoluta diversidad. Ingresó en el King´s College de Cambridge para estudiar matemáticas, pero su interés en la política lo llevó hacia el campo de la economía, que estudió en Cambridge, asistiendo a clases de Arthur Cecil Pigou y Alfred Marshall

Carrera

Keynes aceptó una cátedra de economía en Cambridge, financiada personalmente por Marshall, desde la cual comenzó a construir su reputación. Pronto fue nombrado para la Comisión Real para la Moneda y Finanzas de la India, donde mostró considerable talento para aplicar la teoría económica a los problemas prácticos.

Sus habilidades fueron muy demandadas durante la Primera Guerra Mundial. Trabajó para el consejero del Chancellor of the Exchequer, ministro británico para asuntos financieros, y para el HM Treasury, el Tesoro de Su Majestad, en asuntos financieros y económicos. Entre sus responsabilidades se encontraba el diseño de los contratos crediticios entre Gran Bretaña y sus aliados continentales durante la guerra, y la adquisición de divisas escasas.

En este último encargo, "el temple y la maestría" de Keynes "se volvieron legendarios", en palabras de Robert Lekachman, un caso ejemplo es cuando logró - con dificultad - juntar un pequeño suministro de pesetas españolas y luego venderlas en conjunto logrando romper el mercado: funcionó, y las pesetas se hicieron menos escasas y menos valiosas. Estos logros llevaron finalmente al nombramiento que tendría un profundo efecto en la vida y carrera de Keynes: representante financiero del Tesoro en la conferencia de paz de París de 1919.

La carrera de Keynes despegó como asesor del Departamento de Finanzas del Reino Unido desde 1915 a 1919 durante la primer guerra mundial y como representante en el Tratado de Versalles en 1919. Sus observaciones aparecieron en el altamente influencial libro Las consecuencias económicas de la paz de 1919, seguido de Una revisión del Tratado de 1922. En tales escritos argumentó que las reparaciones que se obligaba a Alemania pagara a los países victoriosos en la guerra eran excesivas, que llevarían a la economía alemana a la ruina y resultarían en futuros conflictos para Europa. Estas predicciones resultarían confirmadas al sufrir la economía alemana la hiperinflación de 1923. Solo una fracción de las reparaciones exigidas fueron pagadas.

Keynes publicó su Tratado sobre Probabilidad en 1920, una notable contribución a las bases matemáticas y filosóficas de la teoría de la probabilidad. Atacó las políticas deflacionarias de los años 20 en Un Tratado sobre la Reforma Monetaria de 1923, un incisiva argumentación sobre el porque los países deberían apuntar a la estabilidad de los precios domésticos al tiempo de proponer el uso de tipos de cambio flexibles. En el Tratado sobre el Dinero de 1930 (en 2 volúmenes) expone su teoría de tipo Wickselliana sobre ciclo de crédito.

Su obra central, la Teoría General del Empleo, Interés y Dinero, desafió el paradigma económico imperante al momento de la publicación en 1936. En este libro Keynes presenta una teoría basada en la noción de demanda agregada para explicar las variaciones del nivel general de actividad económica, tales como las observadas durante la Gran Depresión de los años 30. Según su teoría, el ingreso total de la sociedad esta definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo y capacidad productiva no utilizada, "solamente" puede aumentarse el empleo y el ingreso total, incrementando primero los gastos, sean en consumo o en inversión.

La cantidad total del ahorro en la sociedad es determinado por ingreso total y por tanto, la economía podría alcanzar un incremento del ahorro total, aún si las tasas de interés se bajaran para estimular los gastos en inversión. El libro avocaba por políticas económicas activas por parte del gobierno para estimular la demanda en tiempos de elevado desempleo, por ejemplo a través de gastos en obras públicas. El libro es a menudo visto como la fundación de la macroeconomía moderna. Los historiadores concuerdan en que Keynes influyó en el Nuevo Trato del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, pero discuten aún sobre el grado de dicha influencia. Una política de gasto deficitario del tipo del emprendido en el New Deal comenzó a efectuarse en 1938, que había sido llamada pump priming, y había sido aprobada por el presidente Herbert Hoover. Pocos economistas renombrados en los EE.UU. comulgaron con las ideas de Keynes durante los años 30. Con el tiempo, sin embargo, sus ideas fueron más ampliamente aceptadas.

Para 1942 Keynes era ya un economista ampliamente reconocido, fue admitido a la Cámara de los Lores con el título de Baron Keynes, de Tilton en el Condado de Sussex, ubicándose en la bancada del Partido Liberal Británico. Durante la Segunda Guerra Mundial, Keynes argumentó en ¿Cómo pagar la guerra? (1940) que el esfuerzo bélico debería ser mayormente financiado por mayores impuestos, en lugar de gasto deficitario, para de esa manera evitar la inflación. A medida que la victoria Aliada parecía más segura, Keynes estuvo muy involucrado en las negociaciones que establecieron el sistema Bretton Woods, en su papel de líder de la delegación Británica y presidente de la comisión del Banco Mundial. El plan de Keynes, referente a una unión internacional de clearing propuesta para un sistema de administración de divisas, involucraba un banco central mundial, el Bancor, que sería responsable de una unidad mundial única de cambio. Sin embargo, el peso de los EE. UU. en las negociaciones fue determinante para que el resultado final estuviera más acorde a los planes más moderados de Harry Dexter White.

Keynes escribió Ensayos en Biografía y Ensayos en Persuasión, el primero aportando retratos de economistas y otras personas notables, mientras que el segundo presenta algunos de los intentos del autor de influir en los formadores de políticas durante la Gran Depresión. Keynes fue editor jefe para el Economic Journal desde 1912. También fue miembro del Partido Liberal Británico.

Inversor

El brillante desempeño de Keynes como inversor bursátil está demostrado por la información pública del fondo que administró en nombre del King's College de Cambridge.

Desde 1928 a 1945, a pesar de recibir un gran golpe durante el Crac de Wall Street de 1929, el valor del fondo de Keynes mostró un considerable crecimiento anual promedio de 13,2 %, comparado con un nivel general en el mercado del Reino Unido que se redujo en un promedio del 0,5 % anual.

El enfoque generalmente adoptado por Keynes con sus inversiones él lo resumió en:

Una selección cuidadosa de unas pocas inversiones considerando su bajo precio en relación a su valor intrínseco actual probable, y el potencial en un dado período de años, y en relación a otras inversiones disponibles en ese momento.
Una tenencia firme de estas relativamente grandes cantidades contra viento y marea, quizás por varios años, hasta que, o bien han satisfecho la expectativa que se tenía sobre ellas o sea evidente que su compra fue un error.
Una posición equilibrada de la inversión, es decir una variedad de riesgos a pesar de que las tenencias individuales sean grandes, y riesgos contrapuestos si es posible (por ejemplo, una tenencia de oro entre otras inversiones en acciones, ya que probablemente se moverán en direcciones opuestas cuando haya fluctuaciones generales.
Keynes argumentó que "Es un error el pensar que uno limita sus propios riesgos diversificando mucho entre empresas de las cuales uno sabe poco y no se tiene ninguna razón particular para confiar... El conocimiento de uno y su experiencia son en definitiva limitados y raramente hay, en cualquier momento dado, más de dos o tres empresas en las cuales siento que puedo depositar una confianza completa." ("It is a mistake to think one limits one's risks by spreading too much between enterprises about which one knows little and has no reason for special confidence ... One's knowledge and experience are definitely limited and there are seldom more than two or three enterprises at any given time in which I personally feel myself to put full confidence.")
Algunos pueden considerar que el consejo de Keynes respecto a la especulación mantiene su vigencia:

(Invertir es) intolerablemente aburrido y sobre exigente para cualquier que esté exento del instinto apostador; mientras que quien lo tiene debe pagar a esta propensión el precio adecuado.

Cuando revisaba un importante trabajo en inversión de valores, Keynes argumentó que "compañías industriales bien manejadas, como regla, no distribuyen el total de sus beneficios a sus accionistas. En los buenos años, si no en todos los años, retienen parte de sus beneficios y los reinvierten en sus negocios. Por ende hay un elemento de interés compuesto operando en favor de una inversión industrial razonable."

Principales contribuciones al pensamiento económico

En su obra principal Teoría general del empleo, interés y el dinero, Keynes escribió sobre sus opiniones en lo referente al empleo, teoría monetaria, y el ciclo de comercio, entre otros temas. Su obra dedicada al empleo se oponía a todo lo que los economistas clásicos habían enseñado. Keynes decía que la causa real del desempleo era el insuficiente gasto en inversión. Él creía que la cantidad de trabajo entregada es diferente cuando el decremento en los salarios reales (el producto marginal del trabajo) se debe al decremento de la salario monetario, que en el caso cuando se debe a un incremento del nivel de precios, asumiendo que el salario monetario se mantenga constante.

En su Teoría del Dinero, Keynes dijo que los ahorros e inversión estaban determinados en forma independiente. La cantidad destinada a ahorro tenía poco que ver con las variaciones en las tasas de interés que a su vez tenían poco que ver con cuanto se destinaba a inversión. Keynes pensó que los cambios en la cantidad destinada a ahorro dependían en la predisposición para consumir que resultaba de cambios incrementales, marginales, al ingreso. Por tanto, la cantidad destinada a inversión estaba determinada por la relación entre tasa esperadas de retorno sobre la inversión y la tasa de interés.

Muerte

Keynes murió de un infarto, sus problemas cardíacos fueron agravados por la presión de su trabajo en los problemas financieros internacionales de la posguerra. Su padre, John Neville Keynes (1852–1949), sobrevivió a su hijo por 3 años. El hermano de Keynes, Sir Geoffrey Keynes (1887–1982) fue un distinguido cirujano, profesor universitario y bibliófilo. Sus sobrinos fueron el fisiólogo Richard Keynes (nacido en 1919); y Quentin Keynes (1921–2003), aventurero y bibliófilo.

Escrito por evaristo-hernandez el 03/06/2007 21:47

Contabilidad Nacional

Contabilidad Nacional: Una historia

Antecedentes y actualidad de la medición macroeconómica en Cuba (*)

Elier Méndez Delgado
María Elena Figueroa Gonzáles
María del Carmen Lloret Feijóo



CAPITULO I


ANTECEDENTES DE LA CONTABILIDAD NACIONAL Y LA ESTADÍSTICA ECONÓMICA EN CUBA


Con este epígrafe se realiza un análisis de la evolución histórica que ha sufrido la Contabilidad Nacional (en adelante CN) a nivel internacional. En él, se exponen las causas que han provocado la construcción de un complejo modelo contable y las sucesivas revisiones a las que han sido sometidos tanto el Sistema de Cuentas Nacionales elaborado por la ONU, como el Sistema de Cuentas Nacionales y regionales elaborado por el Eurostat que actualmente están vigentes a escala internacional.

1.1 Evolución histórica de la Contabilidad Nacional en el ámbito internacional.


Las Cuentas Económicas han llegado a ser una herramienta muy valiosa para el análisis de la economía de una nación y es difícil imaginar cómo podríamos hacerlo sin ellas. Estas cuentas han sido llamadas “el gran descubrimiento” para el análisis económico del siglo XX, pero realmente no es un evento de dicho siglo, ya que fueron desarrolladas gradualmente durante varios siglos, produciéndose una evolución acelerada en los tiempos de la II Guerra Mundial (Kendrick, 1996, p.6).


Desde las primeras estimaciones de Rentas Nacionales (en adelante, RN), origen de la CN, hasta la construcción de Sistemas Contables en los que se relacionaba dicha magnitud con otras para formar los denominados Sistemas de Cuentas Nacionales, se produce toda una evolución que podemos dividir en dos fases:


 La primera de ellas, comprende el período que va desde las estimaciones de la RN hasta la aparición del primer Sistema Contable Nacional.

 La segunda fase, engloba el lapso temporal que va desde la aparición del primer Sistema de Cuentas Nacional, pasando por el proceso de evolución y, por tanto, el perfeccionamiento sufrido por dicho Sistema hasta llegar al sistema que actualmente está vigente.

1.1.1. Antecedentes de las estimaciones de la renta nacional en el ámbito internacional.


Los conceptos de Producción y de Renta Nacional han estado estrechamente ligados desde sus orígenes, siendo la Renta el lado monetario de la Producción.


Las primeras estimaciones de la RN fueron elaboradas en Inglaterra a finales del siglo XVII por William Petty (1691) en su artículo “Verbum Sapienti” donde obtenía una serie de agregados económicos mediante unas estimaciones básicas con el objetivo de hacer el sistema fiscal más equitativo. Un seguidor de la metodología empleada por Petty fue Gregory King. Este autor utilizó sus estimaciones para realizar comparaciones internacionales, como las efectuadas en 1696 entre la economía inglesa y la de sus dos principales rivales comerciales y políticos, Francia y Holanda (Stone, 1997).


Posteriormente, los autores Boisguillebert (1843) y Vauban (1843) hicieron estimaciones de la RN francesa para los períodos 1695 y 1707 respectivamente. Ambos trabajaron independientemente con el mismo fin: lograr un apoyo para solicitar una reforma del sistema fiscal existente, el cual suponía un perjuicio para el estado del bienestar del país. Asimismo, en Rusia también se realizaron estimaciones sobre la renta a finales del siglo XVIII. En cambio, en Estados Unidos las primeras estimaciones conocidas sobre la RN datan de 1843, pero no comenzaron a publicarse hasta 1934, cuando el Congreso de los Estados Unidos autorizó a ello al Departamento de Comercio, el cual estaba asistido por Kuznets . El profesor Kuznets venía trabajando desde 1930 en el desarrollo de un conjunto de cuentas económicas nacionales, además, de haber elaborado estimaciones de la RN para el National Bureau of Economic Research.


Durante el siglo XIX más de veinte países europeos prepararon estimaciones con distintos propósitos, tales como evaluaciones de los ingresos fiscales y sobre la distribución de la renta, entre otros. Muchas de estas estimaciones fueron elaboradas por Mulhall y publicadas en “Dictionary of Statistics” cuya primera edición está fechada en 1884 (Kendrick, 1970, pp. 284-315).

En el período 1925-1939, un gran número de naciones europeas realizaron estimaciones oficiales de la RN y series relacionadas con el fin de fortalecer la información de base de las decisiones tomadas en políticas económicas. A pesar de la gran evolución de dichas estimaciones, existía un problema reconocido por el League’s Committee on Statistics que consistía en la imposibilidad de comparar las estimaciones realizadas por distintos países. En 1944, con el objetivo de elaborar estimaciones comparables y más útiles (Denison, 1947) , se encontraron representantes de las Oficinas de Estadísticas Británica, Americana y Canadiense para tratar los conceptos, métodos de estimación y representación de información macroeconómica.


Al margen de la evolución de las estimaciones de la RN, también encontramos innovaciones metodológicas y/o conceptuales. Una de ellas fue la realizada por Quesnay, médico y economista francés. Este autor propuso, a través de su obra “Tableau Economique” (1758) , el análisis de los flujos intersectoriales. En palabras de Leontief (1996, p.48) “el análisis input-output no es más que una consecuencia práctica de aquella teoría clásica que postula la interdependencia general de las variables económicas”.


Otra aportación importante en CN fue la realizada por Marx , quien desarrolló su propia teoría apoyada en el concepto de producción material , esbozado anteriormente por Adam Smith. Los conceptos de Marx fueron implantados por la Unión Soviética y otros países socialistas en el llamado Sistema del Producto Material (SPM) de cuentas nacionales, el cual prevaleció hasta la caída de la URSS. En el SPM únicamente era considerado como trabajo productivo aquel mediante el cual se obtenía los productos materiales y los servicios materiales –necesarios para poner en circulación los denominados productos materiales–.


Un importante progreso de carácter conceptual fue aportado por Marshall en su obra “Economics of Industry” (1879) . Este autor identificó la producción con la creación de utilidad, ampliando así los límites de la frontera de la producción, incluyendo tanto los servicios como los bienes. Además, fue el primero en hacer la diferenciación entre Renta Nacional Bruta (RNB) y Renta Nacional Neta (RNN).


Como se puede apreciar, en la historia de la CN han existido dos conceptos de producción distintos, uno de ellos aportado por Marx, que dio origen a los Sistemas de Productos Materiales y el otro, defendido por Marshall, que lo identificamos como el germen de los Sistemas de Cuentas Nacionales del mundo occidental. Con esta idea queremos subrayar que aquellos países con economías capitalistas siguieron los sistemas cuyo origen se encuentra en el concepto de producción defendido por Marshall, mientras que los países con economías de corte socialista siguieron aquellos sistemas basados en los conceptos económicos de Marx.


Posteriormente, el economista neoclásico Pigou (1932, p. 11) da un paso más en la definición de RN marshalliana , estableciendo que formarán parte de ella los bienes y servicios que puedan ser vendidos directa o indirectamente y medidos en unidades monetarias. En esa época, ya algunas estadísticas individuales habían intentado incluir estimaciones de actividades económicas no retribuidas (tales como las actividades realizadas por las amas de casa) en la RN, pero los organismos estadísticos gubernamentales optaron por la prudencia y limitaron las estimaciones de la RN y de la producción a bienes y servicios vendidos o que podían ser vendidos en mercados organizados.


En los años treinta, Leontief retomó las tablas que Quesnay había presentado en 1758 y Marx en 1885, denominándolas Tablas Input-Output y realizó un desarrollo teórico de dicho análisis.


A nuestro entender, uno de los hitos más importantes en la CN y en la evolución de los Sistemas de Cuentas Nacionales (SCN), fue la utilización de la contabilidad de doble entrada . El primer autor en sugerir su empleo para la estimación de la RN fue Fisher en su libro “La Naturaleza de la Renta y el Capital” (1906) , aunque no fue hasta principios de la II Guerra Mundial cuando comenzó a utilizarse dicho método en Inglaterra. Con esta innovación nació el enfoque de la Contabilidad en esta rama de nuestra disciplina. Meade en 1940 fue el primer autor que realizó estimaciones de las CN usando el método contable de la partida doble. Más tarde Meade continuó trabajando en la misma línea junto a Richard Stone . Los estudios de ambos autores eran amparados por Keynes quien recomendó que fueran publicados junto al White Paper titulado “An Analysis of the Sources of War Finance and an Estimate of the National Income and Expenditure in 1938 and 1940” en abril de 1941 . A partir de éste trabajo Stone, junto a sus colaboradores de la Oficina Central de Estadística de Inglaterra, realizó grandes avances tales como la construcción de cuentas de ingresos y gastos para cada sector de la economía relacionadas con la cuenta de producción nacional. Estos estudios realizados por Meade y Stone evidencian el nacimiento de lo que en la actualidad conocemos por marco contable.


En éste mismo período, Estados Unidos entró en guerra y el Departamento de Comercio publicó unas series anuales del Producto Nacional Bruto (PNB) desde el lado de los gastos y de los ingresos (1942) . El objetivo de estas publicaciones consistía en servir de base para planificar en tiempos de guerra la distribución de los recursos entre los sectores públicos y privados y para otros asuntos políticos.


1.1.2 Evolución del marco contable y antecedentes históricos.


En 1949 la OCDE articuló una Oficina de Estudio de las Cuentas Nacionales en Cambridge para fomentar la comparabilidad de las estadísticas de cuentas nacionales entre los países miembros. En 1950, dicha oficina publicó “Un Sistema Simplificado de Cuentas Nacionales” cuya versión revisada fue denominada “Un Sistema Normalizado de Cuentas Nacionales” y publicada en 1952. El objetivo fundamental de éste sistema consistía en “administrar la ayuda financiera y fomentar el crecimiento económico en los países miembros, y para ello necesitaba una información sistemática acerca de la situación y condiciones económicas y de los resultados económicos obtenidos en dichos países” (Stone, 1963, p.33).


Para conseguir la requerida uniformidad en la presentación de las estimaciones de la RN, las Naciones Unidas elaboraron el SCN en 1952, el cual fue publicado en 1953. El origen de este sistema se encuentra en un memorándum de Richard Stone elaborado a partir de sus trabajos realizados en Gran Bretaña y publicado en un informe del Comité de expertos estadísticos de la Liga de Naciones, bajo el título de “Measurement of National Income and the Construction of Social Accounts” (Geneva, 1947).


Con la publicación del SCN de 1953 se proporcionaron las directrices necesarias para que los distintos países comenzaran a elaborar sus Cuentas Nacionales, de tal forma que “facilitaron un marco coherente para el registro y presentación de las principales corrientes relativas a la producción, el consumo, la acumulación y el comercio exterior” (SCN68, epígrafe 1.1.). No obstante, se dejaron conscientemente algunas cuestiones sin resolver con el propósito de tratarlas en futuros SCN. A modo de ejemplo podemos citar algunas deficiencias, tales como: las estimaciones de los flujos fueron expresadas únicamente a precios corrientes sin entrar en su elaboración a precios constantes, tampoco se abordó el análisis input-output ni las corrientes financieras y no se introdujeron las guías necesarias para la construcción de balances.


Por ello, el Sistema de 1953 no proporcionaba las directrices necesarias para elaborar una CN completa, pero supuso un paso adelante en el establecimiento de un marco claro y conciso; dentro del cual se pudiera organizar e interrelacionar la información estadística necesaria para estudiar el proceso económico en todos sus múltiples aspectos.


Desde que se publicara el SCN53, los países integrantes de las Naciones Unidas realizaron numerosos trabajos, comunicados, informes, etc. sobre aquellos temas no tratados en el mismo, con el objetivo de servir como base aceptable a la hora de fijar futuras normas internacionales. Dichos estudios fueron debatidos en conferencias internacionales, oficiales y privadas, contribuyendo al acercamiento de posturas sobre algunos de los temas pendientes y a la manifestación de la necesidad de revisar el antiguo SCN (SCN68, p. iv).


Tras cuatro años de estudios y discusiones internacionales se elaboró el nuevo SCN en 1968 , con la ayuda y asesoramiento de un Grupo de Expertos , aunque en España no fue publicado hasta 1970 . Este sistema “proporciona un marco amplio y detallado para el registro sistemático y completo de las corrientes y fondos de una economía, presentando de forma articulada y coherente, datos cuyo grado de agregación va desde las cuentas consolidadas del antiguo SCN hasta los cuadros detallados de input-output y de las corrientes financieras” (SCN68, p.iii). A continuación enumeramos las novedades introducidas en el nuevo sistema:


- Se proporciona una base para preparar cuentas y cuadros normalizados más amplios y mejorados. Un ejemplo lo encontramos en la cuenta de producción. Dicha cuenta ha sido detallada y articulada para las actividades de cada una de las clases de productores y se relacionan las industrias con los productos.


- Se clarifican los conceptos y definiciones contenidas en el antiguo SCN, con el fin de mejorar la comparabilidad de datos obtenidos a partir del SCN y del SPM (Sistema de Producto Material).


- Se introduce en el Sistema de Cuentas Nacionales las tablas input-output.


- Se elaboran las cuentas financieras.


- Permite la elaboración de estimaciones a precios constantes de la oferta y demanda de bienes y servicios.


Entendemos que el SCN68 supone un gran avance para la CN, como hemos podido comprobar al enumerar las novedades que contiene con respecto al sistema anterior, aunque creemos que sigue siendo un sistema incompleto. Desde nuestro punto de vista, la confección de balances y por tanto, el análisis de las variables fondos, es imprescindible para obtener una imagen clara y real de la economía de un país o región y, éste sistema no proporcionaba las guías necesarias para su elaboración. Relevantes autores defienden la idea de que en primer lugar hay que mejorar las cuentas nacionales de flujos y, sólo cuando éstas tengan una fiabilidad mínima, podrá pensarse en completarlas con un balance de la riqueza nacional (Schwartz, 1997, p. 22). Aunque nosotros también compartimos esta idea, esta concepción implicaría que ante la falta de fiabilidad de la información proporcionada por el SCN68, los elaboradores de dicho Sistema optaron por no desarrollar las directrices necesarias para la elaboración de balances; idea con la que discrepamos. A nuestro entender el SCN68, sí era lo suficientemente fiable como para permitir la construcción de balances, pero las personas encargadas de su elaboración, no creían que la medición de la riqueza de un país tuviera un carácter imperioso y destinaron sus esfuerzos hacia otras cuestiones que creían más relevantes.


Por otro lado, es importante señalar otra deficiencia sufrida por el SCN68 que consiste en la ausencia de las directrices necesarias para elaborar una Contabilidad Regional. En el SCN68 (apartado e), p.16) se establece que “el desarrollo de las cuentas regionales plantea diversos problemas conceptuales de pequeña importancia y numerosos problemas de medición. No obstante, al no ser dicha cuestión de carácter urgente, se dejará para plantearla en el futuro”.


En 1986 la Naciones Unidas junto con otras cuatro organizaciones internacionales –Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión de las Comunidades Europeas, la OCDE y el Banco Mundial– formaron un Grupo de Trabajo con el objeto de revisar diversas cuestiones, tales como, la ampliación del concepto de producción o la inclusión de balances y, realizar recomendaciones para la revisión del SCN68.


El nuevo SCN fue presentado por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas en febrero de 1993 y publicado a principios de 1994 bajo el título “Sistema de Cuentas Nacionales 1993” (Naciones Unidas, 1993). El SCN93 “constituye un conjunto coherente, consistente e integrado de cuentas macroeconómicas, balances y tablas basados en un conjunto de conceptos, definiciones, clasificaciones y reglas contables internacionalmente aceptados. Proporciona un marco contable dentro del cual los datos económicos pueden ser recopilados y presentados en un formato único diseñado para propósitos de análisis económico, toma de decisiones y actuaciones políticas” (SCN93, 1.1). Como establece Carson (1996) “los Sistemas de Cuentas Nacionales son sistemas conceptuales que proporcionan un marco para elaboración de informes sobre la economía de una nación”


La mayoría de las diferencias entre el SCN68 y SCN93 están relacionadas con la clarificación y mejora de los conceptos y definiciones con respecto a las unidades estadísticas, sectores y subsectores, instrumentos financieros, valoración y otras cuestiones similares. Aunque existen más diferencias, ninguna de ellas altera el marco básico teórico del SCN68, pero se ajustan a las exigencias de nuevos análisis que orienten la política de los países y las necesidades de información de las organizaciones internacionales. Los cambios introducidos en el nuevo SCN93 los resumimos a continuación :


- Se producen cambios en la frontera de la producción. Esta frontera se extiende a los denominados activos intangibles tales como: prospección minera y petrolera, software informático, los originales de obras artísticas y literarias, etc. Con relación a las actividades de los hogares, aquella producción de servicios por los propios hogares destinados al auto consumo (por ejemplo, los servicios de las amas de casa), sigue estando excluida, excepto los servicios prestados por los empleados del hogar y la renta imputada al propietario de su residencia por ocuparla.


Es importante señalar que el SCN93 sugiere que los servicios producidos y consumidos por los propios hogares, a pesar de no ser incluidos en la estimación de la producción, sean analizados mediante cuentas satélites , pudiendo así obtener estimaciones del PIB alternativos (Naciones Unidas, 1993, p. 522). El Profesor Eisner , de la Universidad de Northwestern, señaló que el vehículo propuesto por el SCN93, las Cuentas Satélites, permitirán “el uso de conceptos alternativos o complementarios de la inversión y la producción, cuando sea necesario presentar una dimensión adicional al marco conceptual de la CN”


- Se establecen guías acerca de la inclusión de las actividades ilegales. El SCN93 aclara que las actividades ilegales por el hecho de serlo no deben ser excluidas de la CN (Naciones Unidas, 1993, pp. xxxiii). La utilización de la contabilidad de la partida doble explica esta consideración, ya que si los gastos legales son la contrapartida de una producción ilegal, ¿por qué se contabiliza la aplicación y no el origen de una transacción?. Esta consideración provocaría un desequilibrio contable.


- Se ha introducido un cambio importante en la definición de consumo final, desglosándose en: (I) Gasto en consumo final y (II) Consumo final efectivo. Dicho desglose busca clarificar qué agentes económicos realizan el consumo y cuáles efectúan el gasto, poniendo de manifiesto el papel redistribuidor que desempeña las Administraciones Públicas y las Instituciones Sin Fines de Lucro al Servicio de los Hogares (ISFLSH). Para ello, existe un paso previo que consiste en la diferenciación entre consumo individual y consumo colectivo.


- Otra modificación importante viene del lado de la renta, ya que la partida denominada en el SCN68 “Excedente Bruto de Explotación (EBE)” es desglosada en: (I) EBE y (II) Renta Mixta. Éste último concepto, aunque lo hemos considerado como “nuevo”, realmente es un concepto rescatado de los orígenes de la CN . Se utiliza con el fin de recoger aquellas rentas de empresas pertenecientes al sector hogares –que no están constituidas en sociedad– para las que resulta imposible separar la remuneración del trabajo percibidas por el propietario, de las rentas obtenidas en concepto de beneficios como empresarios.


- Otra novedad se produce en el concepto de Formación Bruta de Capital (FBC), el cual ha sido extendido para incluir las inversiones militares susceptibles de uso civil –aeropuertos, hospitales, etc.– en lugar de ser contabilizado como consumo intermedio de las Administraciones Públicas. De la misma forma se incluye como FBC los objetos valiosos –joyas, antigüedades, etc.–.


- Por último, la inclusión de los balances, permitiéndonos elaborar una Contabilidad Nacional completa. En el nuevo sistema se proporcionan las guías necesarias para elaborar los balances para cada una de las unidades, habilitando la medición de los activos y de los pasivos y, por tanto, estimar la riqueza o el patrimonio.


Aunque se hayan introducido cambios importantes que han mejorado significativamente el marco contable de la CN facilitándonos su análisis desde un enfoque contable, todavía quedan cuestiones pendientes que consideramos relevantes. En el grupo de expertos donde se elaboró el SCN93 hubo bastantes discusiones acerca del tratamiento que debería darse a los desembolsos que se realizaban en una economía en concepto de investigación y desarrollo. Aunque, no llegó a un consenso, por tanto, esta partida no fue tratada como inversión, no obstante recomendaron que fuera analizada mediante Cuentas Satélites. De la misma forma fueron tratadas las inversiones en capital humano tales como la educación y la formación.


A nuestro entender, los gastos en investigación y desarrollo deberían ser tratados en la CN de la misma forma que en la Contabilidad Empresarial. Ya que, si una empresa realiza un gasto en investigación y desarrollo y lo contabiliza como una inversión y como consecuencia aparece en el balance como activo. ¿Por qué en la CN, que es una imagen razonable de la economía de un país, no recoge fielmente aquellos datos obtenidos de las empresas?.


Nota aclaratoria: Por la importancia que representa para la autoría del trabajo este epígrafe se consideró oportuno tomarlo casi en forma integra. Sus autores son: Guillermo J. Sierra Molina, J. Ángel Pérez López, Teresa Duarte Atoche; todos de la Universidad de Sevilla en España.



(*) Ya hemos mencionado que en la historia del pensamiento de la Economía Política se refiere que William Petty fué, quien en Inglaterra, sentó las bases de la Ciencia incluyendo el uso del término "Artimética Política". También se ha relacionado a Petty como el fundador de la Estadística Económica. Este segmento de un libro, destaca antecedentes del Sistema de Cuentas Nacionales que en la actualidad se utiliza internacionalmente y entre ellos, el concepto de Renta Nacional de Petty y otros economistas políticos constituye la base teórica, insistimos, de los sistemas de cuentas nacionales que están vigentes en el mundo globalizado de nuestros tiempos.


Escrito por evaristo-hernandez el 01/06/2007 15:40

Estadísticas Mundiales

Estadísticas Mundiales y por Países

Un "ramillete" seleccionado de sitios que proporcionan estadísticas, mundiales y por países y clasificados por algunas temáticas muy importantes como agricultura, energía y otras, se encuentra en:

http://www.redem.buap.mx/destadisticas.htm

Escrito por evaristo-hernandez el 01/06/2007 15:28